martes, 20 de abril de 2010

Caluroso sueño de tres minutos ó la persecución Onírica del Sapo



"El sueño nos separa de la continuidad del tiempo"
Homero Aridijis
Los termómetros están que revientan en esta ciudad, estoy en estado de menopausia ultra prematura, con estados de ánimo incomprensibles, volubles y detestables, con el llanto atorado en la garganta y un vacío en el estomago, como si de verdad el fin de mis días estuviera cerca, un bochorno detestable me hace sudar, estoy pegajosa, incomoda y molesta por esta reacción de mi cuerpo ante la primavera. Abro las ventanas, enciendo los ventiladores, pero parece que solamente hacen circular el maldito aire caliente, trato de tener paciencia, trato de concentrarme en leer, voy al librero y erróneamente escojo "Mirándola
Dormir" un muy buen libro, pero repleto de alusiones carnales que terminan por saturar mi ya bastante acalorado cerebro. Cierro el libro, veo el reloj, son las cuatro de la tarde con veintisiete minutos, si consigo dormir hora y media al despertar la temperatura habrá bajado y podre salir a dar un paseo.Cierro los ojos y cómo si tuviera un chip que se activa y desactiva a mi voluntad para el sueño, quedo profundamente dormida.
Tuve un sueño muy extraño, uno de esos donde puedo partirme en muchos personajes de mi propio sueño y al mismo tiempo ser testigo presencial de todo cuanto ocurre. Estaba sentada en la orilla de un estanque recitando el Sapo de Arreola, buscando algo en la superficie del agua, el olor de lugar era agradable, cómo el de las calles en la comunidad después de que ha llovido, me quedé pensando en eso y de repente ya no estaba en el estanque, ahora estaba en la escuela de la Soledadita, la primera comunidad en la que di clases, me encontraba sentada junto a una de las que fueron mis alumnas, vestía el uniforme de la secundaria, pero lo extraño es que yo también era la maestra, escribí en el pizarrón y en el cuaderno: "Salta de vez en cuando, sólo para comprobar su radical estático", eso rompió el cuadro, me di cuenta que estaba soñando, así que me dispuse a despertar, sacudí la cabeza ya no siendo ni maestra ni alumna y desperté en medio de mi cuarto en Morelia, me dio tanto gusto despertarme ahí, recorrí con los ojos la habitación, los catres, los posters, las fotos, mis libros, el desorden habitual en el piso, alguien tocó a la puerta, era yo nuevamente, tenía el Bestiario de Arreola en mis manos, y di una larga explicación de la interpretación del Sapo, mi yo del cuarto, nuevamente se dio cuenta q seguía dormida, entonces conté hasta diez para despertar. Abrí los ojos y estaba en un cuarto de hotel, las sabanas frescas me provocaron una sensación agradable, encendí la tele para ver q hora era y pude verme en la caja idiota, estoy dando las noticias, seguía dormida, me llevé las manos a la cara, no sin un dejo espantoso de desesperación, recordé despertando a la vida, y si en realidad es así, si ya nunca más se despierta y se vaga de sueño en sueño, si mi último destino era seguir soñando para pensar en la fealdad del sapo y su abrumadora cualidad de espejo, comencé tener miedo, un calor muy extraño se apoderó de mi cuerpo, grité aaaah!!
Despierto en el sillón de la sala donde originalmente me había quedado dormida, el calor no ha bajado ni un grado y el tiempo se suspendió en el sueño, son las cuatro con treinta minutos, voy a lavarme la cara, devuelvo al señor Aridijis a su lugar y buscó mi Bestiario, me dispongo a seguir con mi análisis del Sapo.

2 visiones de otros espejos:

Anónimo dijo...

yo tambien estoy soñando...te amo

Karla dijo...

Me gusta tu texto y precioso ambiente que le has dado a tu blog.

Saluditos!

Caluroso sueño de tres minutos ó la persecución Onírica del Sapo



"El sueño nos separa de la continuidad del tiempo"
Homero Aridijis
Los termómetros están que revientan en esta ciudad, estoy en estado de menopausia ultra prematura, con estados de ánimo incomprensibles, volubles y detestables, con el llanto atorado en la garganta y un vacío en el estomago, como si de verdad el fin de mis días estuviera cerca, un bochorno detestable me hace sudar, estoy pegajosa, incomoda y molesta por esta reacción de mi cuerpo ante la primavera. Abro las ventanas, enciendo los ventiladores, pero parece que solamente hacen circular el maldito aire caliente, trato de tener paciencia, trato de concentrarme en leer, voy al librero y erróneamente escojo "Mirándola
Dormir" un muy buen libro, pero repleto de alusiones carnales que terminan por saturar mi ya bastante acalorado cerebro. Cierro el libro, veo el reloj, son las cuatro de la tarde con veintisiete minutos, si consigo dormir hora y media al despertar la temperatura habrá bajado y podre salir a dar un paseo.Cierro los ojos y cómo si tuviera un chip que se activa y desactiva a mi voluntad para el sueño, quedo profundamente dormida.
Tuve un sueño muy extraño, uno de esos donde puedo partirme en muchos personajes de mi propio sueño y al mismo tiempo ser testigo presencial de todo cuanto ocurre. Estaba sentada en la orilla de un estanque recitando el Sapo de Arreola, buscando algo en la superficie del agua, el olor de lugar era agradable, cómo el de las calles en la comunidad después de que ha llovido, me quedé pensando en eso y de repente ya no estaba en el estanque, ahora estaba en la escuela de la Soledadita, la primera comunidad en la que di clases, me encontraba sentada junto a una de las que fueron mis alumnas, vestía el uniforme de la secundaria, pero lo extraño es que yo también era la maestra, escribí en el pizarrón y en el cuaderno: "Salta de vez en cuando, sólo para comprobar su radical estático", eso rompió el cuadro, me di cuenta que estaba soñando, así que me dispuse a despertar, sacudí la cabeza ya no siendo ni maestra ni alumna y desperté en medio de mi cuarto en Morelia, me dio tanto gusto despertarme ahí, recorrí con los ojos la habitación, los catres, los posters, las fotos, mis libros, el desorden habitual en el piso, alguien tocó a la puerta, era yo nuevamente, tenía el Bestiario de Arreola en mis manos, y di una larga explicación de la interpretación del Sapo, mi yo del cuarto, nuevamente se dio cuenta q seguía dormida, entonces conté hasta diez para despertar. Abrí los ojos y estaba en un cuarto de hotel, las sabanas frescas me provocaron una sensación agradable, encendí la tele para ver q hora era y pude verme en la caja idiota, estoy dando las noticias, seguía dormida, me llevé las manos a la cara, no sin un dejo espantoso de desesperación, recordé despertando a la vida, y si en realidad es así, si ya nunca más se despierta y se vaga de sueño en sueño, si mi último destino era seguir soñando para pensar en la fealdad del sapo y su abrumadora cualidad de espejo, comencé tener miedo, un calor muy extraño se apoderó de mi cuerpo, grité aaaah!!
Despierto en el sillón de la sala donde originalmente me había quedado dormida, el calor no ha bajado ni un grado y el tiempo se suspendió en el sueño, son las cuatro con treinta minutos, voy a lavarme la cara, devuelvo al señor Aridijis a su lugar y buscó mi Bestiario, me dispongo a seguir con mi análisis del Sapo.
2 comentarios:

yo tambien estoy soñando...te amo


Me gusta tu texto y precioso ambiente que le has dado a tu blog.

Saluditos!