sábado, 22 de diciembre de 2012

A propósito del fin del mundo

Los pequeños detalles que denotan el principio del fin, son elusivos, discretos, tenues, muy tenues. Pero yo, experta en despedidas, he aprendido a reconocerlos apenas asoman. Todo comienza hablando en pretérito del tiempo presente, cuestión de conjugar, puede pensarse, pero es más complicado que eso: cuestión de conjurar diría yo. Al inicio las palabras como dagas se clavan buscando asirse de algo que evite el desenlace apresurado, pero conforme pasa el tiempo, se pierden el interés y el filo, tristes y angustiadas palabras que se van poniendo opacas. Poco a poco se sigue avanzando al fin, después de la confusión temporal y el afilamiento-desafilamiento de palabras, viene el frío, a no ser claro que sea un incendio el que aniquile cualquier destello de punto suspensivo. Ya para este momento los involucrados se han dado cuenta, el final es inminente e imbatible. No tiene caso evadirlo, más vale buscar una banca de parque, embriagarse y brindar por los te quiero que no nos dieron, por los extraños que nunca nos extrañaron y por todos esos deseos con los que se pensaba hacer rascacielos. Salud y feliz fin del mundo.

domingo, 9 de diciembre de 2012

Un domingo cualquiera

Es que a veces nada es suficiente - dice ella, con el invierno en los labios y a punto de estallar.

lunes, 8 de octubre de 2012

Sobre como él decidió morir antes de tiempo



 "Lo único que me duele de morir, es que no sea de amor".
Gabriel García Márquez.
Por fin después de muchas noches de espera volviste, no era de noche y no pensabas quedarte pero volviste, pude ver  pese a tu disimulo que habías vuelto a colocar el peso del pasado sobre tu cuerpo, tu andar lento y desganado lo hacía evidente.  No dije nada, a veces prefiero pensar que si no nombro las cosas estas no existen, me limité a  desocupar tu espacio en la cama,  pude oler entonces muy de cerca tus recuerdos, habías pasado un par de noches enteras entre ellos.  Algo dijiste. No quise escucharte.  Intenté tocarte, pero lo único que conseguí fue provocar remolinos con el polvo que sacudiste a tu memoria. Entonces me percaté, habías vuelto y estabas herido, esta vez  no de tedio, ni de tiempo sino de muerte, la herida te atravesaba media vida, era honda y estaba infectada. No tenía caso alguno limpiarla, intentar sanarla, no había remedio.  En algún momento y sin tener muy claro por qué decidiste morirte y enterraste en tus entrañas un amor oxidado.  Te mueres amor mío, te mueres y yo no me muero contigo. 

domingo, 26 de agosto de 2012

Lejana


No soy nada.
Nunca seré nada.
No puedo querer ser nada.
Aparte de esto, tengo en mí todos los sueños del mundo.
Fernando Pessoa
Descubro que los objetos que me rodean no me pertenecen, nada es mío. Alguna vez tuve la misma sensación al despertar una mañana soleada en un cuarto de hotel, una luz molesta se colaba por entre las impecables cortinas blancas de la habitación, el olor a sabanas nuevas y la sensación confortante de la almohada de plumas me resultó desagradable, además no sabía dónde estaba, en que parte del mundo había despertado esta vez, o peor aún, en qué mundo imposible era menester integrarse a una cotidianidad ajena. El sentido de no pertenencia es habitual en mi, nada me pertenece y yo no pertenezco por más que  me esfuerce en lograr lo contrario a nada ni a nadie.
 No es para alarmarse, me digo una y mil veces; no seré, estoy segura de ello, ni la primera ni la última  que de pronto se descubre lejana, ajena, impropia. El consuelo por lo general llega recorriendo mi cuerpo, repasando mis ideas diciéndome en voz baja que yo soy mía. Hoy eso no basta, no estoy segura de ello. La realidad me golpea, es un golpe certero que me deja en el suelo sin saber siquiera si ese dolor que siento es autentico. 
Habitar, ser habitable es un anhelo tan desgastante, es como reunir de gota a gota una copa que se desearía estuviera desbordándose. Alguien alguna vez me dijo, el problema es esperar, desear demasiado, tener grandes expectativas. Anduve entonces algún  tiempo con la cabeza gacha y conformándome con eso que el no deseo podría ofrecerme. No fui menos infeliz.  La naturaleza, mi naturaleza quiere, desea, espera. El problema está en saber qué.
Cada vez estoy más lejos de mí.

martes, 17 de julio de 2012

...


A veces creo que es momento de dejar de reñir con el silencio, debería entender de una vez por todas que después del último temblor todos quedamos en el sitio equivocado, que no es  que no me quieras es que no me quieres querer. 

domingo, 24 de junio de 2012

martes, 19 de junio de 2012

El lado izquierdo


Esta mañana  por fin sacudí el polvo del lado izquierdo de mi cama, no porque crea que por fin vendrás, sino porque tengo la certeza  de que no vas a hacerlo. Necesito dormir y soñarte ausente para sincronizar poco a poco las realidades y habituarme antes que nunca a tu no estar. 

lunes, 16 de abril de 2012

Mientras tanto.

…te conoce el tiempo enlazado, el vagabundo erótico que somos te conoce.”
Homero Aridijis
Las mañanas del mundo se conjuntaban de vez en cuando en el centro de su cuerpo, colapsando en mil brillos  obligándola inevitablemente a retorcerse un poco antes de salir de la cama. Hoy era un día de esos.  Pese al estallido de luces, ella se resistió a levantarse, permaneció observando cómo desde su ombligo se proyectaban rayos violetas hasta el techo. Cerró los ojos y comenzó sin intención de dormir, pero sí de prolongar el sueño, a reconstruir el escenario: él estaba ahí, ocupando el lado izquierdo de la cama, aunque esa no pareciera su cama, sino la de ese mundo onírico del que se había apropiado sin pedir permiso. Sus labios ligeramente abiertos dejaban escapar un tenue silbido que no llegaba a ser molesto, ella levantó la sabana y con las luces que se colaban  entre las cortinas se auxilió para observar el cuerpo desnudo postrado a su lado. Recorrió sin pudor cada centímetro  de piel que se le ofrecía  o  por lo menos no se le negaba.  Identificó cada surco, grieta, lunar, cicatriz que aquel cuerpo poseía; imaginó entonces se trataba de un mapa,  el mapa de un mundo desconocido, de una galaxia ajena, que no le pertenecía, que nunca habitaría, pero que esta mañana se le había permitido recrear en el ensueño que precede a la vigilia.  Se preguntó entonces como sería tocarle, andar con sus dedos como peregrinos descalzos por aquellos valles, por un momento sintió la tentación de aproximar sus labios hasta el  hombro derecho, pero temió eso acabará con la fantasía, así que se limitó a mirarle, a evocar  o registrar, no estaba muy segura, el olor de aquel hombre. Se recostó un momento, perdió de vista la imagen que un segundo atrás la ocupaba y se preguntó si él también la pensaría, si bajo aquellos parpados alguna imagen de ella se colaba. ¿De qué color serían sus sueños?  Un suspiro distante, que venía desde su yo que giraba en la cama, la hizo salir del letargo, era momento de despertar.

lunes, 26 de marzo de 2012

Ella...

Ella, ese sur perpetuo, ese norte extremo, ese sabor a tierra mojada por el llanto de tres noches de  28  vidas cada una. Ella la de las ideas dispersas y las tristezas largas, la de la noche en la mirada y el verano en los dedos. Ella, ese navío olvidado en mitad del pantano. Ella la de los pies descalzos y las sonrisas en clave. La que abraza, la que hiere, la que ama, la que vive, la que olvida, la que muere, la que siente, la que piensa. Ella, la que no es ella, sino otra, siempre otra, nunca la adecuada, nunca la prudente, nunca la precisa. Ella la que escribe y la que calla. Ella, ese espejo en mitad de la nada, esa puerta sin destino, esa ventana sellada. Ella, ella que no soy yo, pero que sin saberlo yo soy un poco ella. 

miércoles, 14 de marzo de 2012

Qué alegría más tonta.

Los fantasmas que la habitan se han puesto de fiesta, los armarios de su mente son  una bulla constante desde hace unos días. Ella sonríe, sola, acompañada, sentada, de pie, de noche, de día, mientras sueña, mientras habla, cuando camina, mientras escribe, ella sonríe.   

sábado, 10 de marzo de 2012

Se va

Una descarga de armas irrumpe mi noche, pensarte se vuelve menos importante cuando debo preguntarme la vida de quién quedo en la banqueta, uno menos ¿ de los bueno o de los malos? Pregunta ociosa en estos tiempos. La sirena opaca la música triste que te evocaba, un llanto aterrador irrumpe el mío que al final termina por parecer soso. Un tumulto se arremolina a mitad de la calle, una madre grita ante un cuerpo caliente al que se le escapa la vida, mejor o peor que la mía no lo sé, pero se va, escapa entre los techos del vecindario, por mi ventana siento que la veo pasar, me duele un instante, me indigna.   Mas sirenas, más gente, más llanto, menos vida.

viernes, 24 de febrero de 2012

...

El universo se contraía en el centro de su cuerpo, los ojos fijos en el firmamento y de a poco la levedad que no ocupa gran espacio para hacer cimbrar al infinito.  Ella conocía el resultado sinnovedad de su obra, mezclarse con el cosmos nunca debió ser un invento. Era tarde para laproducción de arrepentimientos, la creación innecesaria de soledades la rompía y no tenía forma de pararlo, no ahora.

lunes, 6 de febrero de 2012

Colores

Me concedo muchas libertades, soy imprudente, tomo lo que encuentro en el camino, lo hago mío y  puedo llegar a ser asfixiante.  He querido no ser así, pero entonces pierdo colores, es como si se tratara de una pintura a la que has dedicado una vida entera y al final te das cuenta que los colores saturan la escena y aunque es un lindo cuadro, esta saturado de color, entonces comienzas por borrar un poco de amarillo, y la pintura comienza a perder luminosidad, los azules se hacen más evidentes y sientes frío, entonces eliges quitar un poco de esos azules, dejando al descubierto, un rojo que se torna violento, y así continuas quitando uno a uno, y de pronto sólo la ausencia de color, una gran nada en el  lienzo, perdió cualquier rasgo.  No sé ser mesurada, no entiendo el mundo desde la perspectiva prudente y decorosa, pareciera que todo lo que llega a mis manos es una bomba a segundos de explotar. 

No hago un juicio, por lo menos no en este momento, deseo, deseo tantas cosas que me doy miedo.

martes, 10 de enero de 2012

Auto retrato



Soy yo  rumoraba  la noche

Soy yo  jugueteaban mis manos

Soy yo  descalza y con la cara  sucia

Soy yo  la que espera, la que vive, la que sueña

Soy yo gritaron todas

Soy yo esa  piel de fruta

Soy yo esos días sin nombre

Soy yo relámpago y calma

Soy yo   angustia y delirio

Soy yo la que piensa

Soy yo la que habla

Soy yo la que escucha


Soy yo la que no es

Soy yo  carcajada sonora

Soy yo llanto desesperado

Soy yo golpe y silencio

Soy yo todas ellas

Soy yo la bifurcación de las noches

Soy yo cuerpo de larvas

Soy yo mujer de arena

Soy yo nostalgia en las manos

Soy yo humo olvidado

Soy yo ausencia presente

Soy yo con los pies al viento

Soy yo la que habita en la sombra

Soy yo  palabra, memoria y olvido

Soy yo ventana, espejo y silencio

Soy yo corazón y espinas

Soy yo monstruo de mil cabezas

Soy yo casa embrujada

Soy yo insomnio y tristeza

Soy yo colores y excesos

Soy yo  mujer de tres ojos

Soy yo animal de mil sexos

Soy yo miedo y promesa

Soy yo murmuraba la noche

Soy yo contestaba la luna.

lunes, 2 de enero de 2012

Para comenzar

“Todo cambiará en mi nueva vida pero ahora no”

Tenía muchas ideas para comenzar este post, había hecho una lista mental de la forma en que debían ir organizadas, hice otra lista de las palabras que debería usar: Laberinto, tú, sueño, él, yo, noche, zapato, corazón, etcétera.  Pero nada, las palabras se amotinan, se volvieron inconexas, absurdas, en fin, aquí mi primer post del año:

No todos, no siempre.
Esta es la que sueña
Las mañanas del mundo se conjuntaban de vez en cuando en el centro de su cuerpo, colapsando en mil brillos y obligándola inevitablemente a retorcerse un poco antes de salir de la cama. Hoy era un día de esos, pero pese al estallido de luces, ella se resistió a levantarse, permaneció observando cómo desde su ombligo se proyectaban rayos violetas hasta el techo. Cerró los ojos y comenzó sin intención de dormir, pero sí de prolongar el sueño, a reconstruir el escenario.  Él estaba ahí, en ese mundo onírico del que se había apropiado sin pedir permiso, sentado sobre un rascacielos jugaba los pies al viento.  Ella decidió no subir. La ventaja de soñar sin dormir, es el poder de decisión,  aunque no es absoluto tiene un rango de posibilidad más amplio que cuando se duerme. Metió las manos en sus bolsillos y comenzó a caminar, seguro que se trataba de una mañana muy fría, pues sentía como se entumían sus dedos, bajó la cabeza un poco para no sentir que el aire le reventaba las mejillas pero sobre todo para no verle a él, ahí en la punta del edificio. 
Las calles eran angostas y en las grandes paredes de los edificios se leían las palabras que estaba segura corrían por sus venas, primero intento leerlas todas, supuso era una revelación, si conseguía anotarlas todas, grabarlas en su memoria, tendría los elementos claves para descifrar la construcción de su realidad última; después se dio por vencida, eran demasiadas y muy confusas, así, optó por elegir únicamente 3 y olvidar el resto.
Los trapecistas siempre le habían causado fascinación, pero por algún trauma de la infancia siempre había tenido miedo a las alturas, pero cuando se sueña no importa si dormido o despierto, se puede trascender a esas cosas, así que olvidándose de la presencia de él por un momento, subió  a la parte más alta de un rascacielos y se aferró al trapecio, una nube espesa, palabras más palabras, tomó impulso y justo antes de saltar del otro lado estaba él…
Sí, este post no tiene sentido.

A propósito del fin del mundo

13:59
Los pequeños detalles que denotan el principio del fin, son elusivos, discretos, tenues, muy tenues. Pero yo, experta en despedidas, he aprendido a reconocerlos apenas asoman. Todo comienza hablando en pretérito del tiempo presente, cuestión de conjugar, puede pensarse, pero es más complicado que eso: cuestión de conjurar diría yo. Al inicio las palabras como dagas se clavan buscando asirse de algo que evite el desenlace apresurado, pero conforme pasa el tiempo, se pierden el interés y el filo, tristes y angustiadas palabras que se van poniendo opacas. Poco a poco se sigue avanzando al fin, después de la confusión temporal y el afilamiento-desafilamiento de palabras, viene el frío, a no ser claro que sea un incendio el que aniquile cualquier destello de punto suspensivo. Ya para este momento los involucrados se han dado cuenta, el final es inminente e imbatible. No tiene caso evadirlo, más vale buscar una banca de parque, embriagarse y brindar por los te quiero que no nos dieron, por los extraños que nunca nos extrañaron y por todos esos deseos con los que se pensaba hacer rascacielos. Salud y feliz fin del mundo.
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Un domingo cualquiera

12:42
Es que a veces nada es suficiente - dice ella, con el invierno en los labios y a punto de estallar.
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Sobre como él decidió morir antes de tiempo

22:32


 "Lo único que me duele de morir, es que no sea de amor".
Gabriel García Márquez.
Por fin después de muchas noches de espera volviste, no era de noche y no pensabas quedarte pero volviste, pude ver  pese a tu disimulo que habías vuelto a colocar el peso del pasado sobre tu cuerpo, tu andar lento y desganado lo hacía evidente.  No dije nada, a veces prefiero pensar que si no nombro las cosas estas no existen, me limité a  desocupar tu espacio en la cama,  pude oler entonces muy de cerca tus recuerdos, habías pasado un par de noches enteras entre ellos.  Algo dijiste. No quise escucharte.  Intenté tocarte, pero lo único que conseguí fue provocar remolinos con el polvo que sacudiste a tu memoria. Entonces me percaté, habías vuelto y estabas herido, esta vez  no de tedio, ni de tiempo sino de muerte, la herida te atravesaba media vida, era honda y estaba infectada. No tenía caso alguno limpiarla, intentar sanarla, no había remedio.  En algún momento y sin tener muy claro por qué decidiste morirte y enterraste en tus entrañas un amor oxidado.  Te mueres amor mío, te mueres y yo no me muero contigo. 
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Lejana

0:11

No soy nada.
Nunca seré nada.
No puedo querer ser nada.
Aparte de esto, tengo en mí todos los sueños del mundo.
Fernando Pessoa
Descubro que los objetos que me rodean no me pertenecen, nada es mío. Alguna vez tuve la misma sensación al despertar una mañana soleada en un cuarto de hotel, una luz molesta se colaba por entre las impecables cortinas blancas de la habitación, el olor a sabanas nuevas y la sensación confortante de la almohada de plumas me resultó desagradable, además no sabía dónde estaba, en que parte del mundo había despertado esta vez, o peor aún, en qué mundo imposible era menester integrarse a una cotidianidad ajena. El sentido de no pertenencia es habitual en mi, nada me pertenece y yo no pertenezco por más que  me esfuerce en lograr lo contrario a nada ni a nadie.
 No es para alarmarse, me digo una y mil veces; no seré, estoy segura de ello, ni la primera ni la última  que de pronto se descubre lejana, ajena, impropia. El consuelo por lo general llega recorriendo mi cuerpo, repasando mis ideas diciéndome en voz baja que yo soy mía. Hoy eso no basta, no estoy segura de ello. La realidad me golpea, es un golpe certero que me deja en el suelo sin saber siquiera si ese dolor que siento es autentico. 
Habitar, ser habitable es un anhelo tan desgastante, es como reunir de gota a gota una copa que se desearía estuviera desbordándose. Alguien alguna vez me dijo, el problema es esperar, desear demasiado, tener grandes expectativas. Anduve entonces algún  tiempo con la cabeza gacha y conformándome con eso que el no deseo podría ofrecerme. No fui menos infeliz.  La naturaleza, mi naturaleza quiere, desea, espera. El problema está en saber qué.
Cada vez estoy más lejos de mí.

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...

22:28

A veces creo que es momento de dejar de reñir con el silencio, debería entender de una vez por todas que después del último temblor todos quedamos en el sitio equivocado, que no es  que no me quieras es que no me quieres querer. 

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Definiciones

0:03

Pusilánime: ella  que ahoga  el deseo, él que no lo tiene. 
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El lado izquierdo

18:24

Esta mañana  por fin sacudí el polvo del lado izquierdo de mi cama, no porque crea que por fin vendrás, sino porque tengo la certeza  de que no vas a hacerlo. Necesito dormir y soñarte ausente para sincronizar poco a poco las realidades y habituarme antes que nunca a tu no estar. 
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Mientras tanto.

18:10
…te conoce el tiempo enlazado, el vagabundo erótico que somos te conoce.”
Homero Aridijis
Las mañanas del mundo se conjuntaban de vez en cuando en el centro de su cuerpo, colapsando en mil brillos  obligándola inevitablemente a retorcerse un poco antes de salir de la cama. Hoy era un día de esos.  Pese al estallido de luces, ella se resistió a levantarse, permaneció observando cómo desde su ombligo se proyectaban rayos violetas hasta el techo. Cerró los ojos y comenzó sin intención de dormir, pero sí de prolongar el sueño, a reconstruir el escenario: él estaba ahí, ocupando el lado izquierdo de la cama, aunque esa no pareciera su cama, sino la de ese mundo onírico del que se había apropiado sin pedir permiso. Sus labios ligeramente abiertos dejaban escapar un tenue silbido que no llegaba a ser molesto, ella levantó la sabana y con las luces que se colaban  entre las cortinas se auxilió para observar el cuerpo desnudo postrado a su lado. Recorrió sin pudor cada centímetro  de piel que se le ofrecía  o  por lo menos no se le negaba.  Identificó cada surco, grieta, lunar, cicatriz que aquel cuerpo poseía; imaginó entonces se trataba de un mapa,  el mapa de un mundo desconocido, de una galaxia ajena, que no le pertenecía, que nunca habitaría, pero que esta mañana se le había permitido recrear en el ensueño que precede a la vigilia.  Se preguntó entonces como sería tocarle, andar con sus dedos como peregrinos descalzos por aquellos valles, por un momento sintió la tentación de aproximar sus labios hasta el  hombro derecho, pero temió eso acabará con la fantasía, así que se limitó a mirarle, a evocar  o registrar, no estaba muy segura, el olor de aquel hombre. Se recostó un momento, perdió de vista la imagen que un segundo atrás la ocupaba y se preguntó si él también la pensaría, si bajo aquellos parpados alguna imagen de ella se colaba. ¿De qué color serían sus sueños?  Un suspiro distante, que venía desde su yo que giraba en la cama, la hizo salir del letargo, era momento de despertar.

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Ella...

21:25
Ella, ese sur perpetuo, ese norte extremo, ese sabor a tierra mojada por el llanto de tres noches de  28  vidas cada una. Ella la de las ideas dispersas y las tristezas largas, la de la noche en la mirada y el verano en los dedos. Ella, ese navío olvidado en mitad del pantano. Ella la de los pies descalzos y las sonrisas en clave. La que abraza, la que hiere, la que ama, la que vive, la que olvida, la que muere, la que siente, la que piensa. Ella, la que no es ella, sino otra, siempre otra, nunca la adecuada, nunca la prudente, nunca la precisa. Ella la que escribe y la que calla. Ella, ese espejo en mitad de la nada, esa puerta sin destino, esa ventana sellada. Ella, ella que no soy yo, pero que sin saberlo yo soy un poco ella. 
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Qué alegría más tonta.

20:08
Los fantasmas que la habitan se han puesto de fiesta, los armarios de su mente son  una bulla constante desde hace unos días. Ella sonríe, sola, acompañada, sentada, de pie, de noche, de día, mientras sueña, mientras habla, cuando camina, mientras escribe, ella sonríe.   
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Se va

0:38
Una descarga de armas irrumpe mi noche, pensarte se vuelve menos importante cuando debo preguntarme la vida de quién quedo en la banqueta, uno menos ¿ de los bueno o de los malos? Pregunta ociosa en estos tiempos. La sirena opaca la música triste que te evocaba, un llanto aterrador irrumpe el mío que al final termina por parecer soso. Un tumulto se arremolina a mitad de la calle, una madre grita ante un cuerpo caliente al que se le escapa la vida, mejor o peor que la mía no lo sé, pero se va, escapa entre los techos del vecindario, por mi ventana siento que la veo pasar, me duele un instante, me indigna.   Mas sirenas, más gente, más llanto, menos vida.
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...

23:54
El universo se contraía en el centro de su cuerpo, los ojos fijos en el firmamento y de a poco la levedad que no ocupa gran espacio para hacer cimbrar al infinito.  Ella conocía el resultado sinnovedad de su obra, mezclarse con el cosmos nunca debió ser un invento. Era tarde para laproducción de arrepentimientos, la creación innecesaria de soledades la rompía y no tenía forma de pararlo, no ahora.
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Colores

18:16
Me concedo muchas libertades, soy imprudente, tomo lo que encuentro en el camino, lo hago mío y  puedo llegar a ser asfixiante.  He querido no ser así, pero entonces pierdo colores, es como si se tratara de una pintura a la que has dedicado una vida entera y al final te das cuenta que los colores saturan la escena y aunque es un lindo cuadro, esta saturado de color, entonces comienzas por borrar un poco de amarillo, y la pintura comienza a perder luminosidad, los azules se hacen más evidentes y sientes frío, entonces eliges quitar un poco de esos azules, dejando al descubierto, un rojo que se torna violento, y así continuas quitando uno a uno, y de pronto sólo la ausencia de color, una gran nada en el  lienzo, perdió cualquier rasgo.  No sé ser mesurada, no entiendo el mundo desde la perspectiva prudente y decorosa, pareciera que todo lo que llega a mis manos es una bomba a segundos de explotar. 

No hago un juicio, por lo menos no en este momento, deseo, deseo tantas cosas que me doy miedo.
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Auto retrato

18:39


Soy yo  rumoraba  la noche

Soy yo  jugueteaban mis manos

Soy yo  descalza y con la cara  sucia

Soy yo  la que espera, la que vive, la que sueña

Soy yo gritaron todas

Soy yo esa  piel de fruta

Soy yo esos días sin nombre

Soy yo relámpago y calma

Soy yo   angustia y delirio

Soy yo la que piensa

Soy yo la que habla

Soy yo la que escucha


Soy yo la que no es

Soy yo  carcajada sonora

Soy yo llanto desesperado

Soy yo golpe y silencio

Soy yo todas ellas

Soy yo la bifurcación de las noches

Soy yo cuerpo de larvas

Soy yo mujer de arena

Soy yo nostalgia en las manos

Soy yo humo olvidado

Soy yo ausencia presente

Soy yo con los pies al viento

Soy yo la que habita en la sombra

Soy yo  palabra, memoria y olvido

Soy yo ventana, espejo y silencio

Soy yo corazón y espinas

Soy yo monstruo de mil cabezas

Soy yo casa embrujada

Soy yo insomnio y tristeza

Soy yo colores y excesos

Soy yo  mujer de tres ojos

Soy yo animal de mil sexos

Soy yo miedo y promesa

Soy yo murmuraba la noche

Soy yo contestaba la luna.
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Para comenzar

23:31
“Todo cambiará en mi nueva vida pero ahora no”

Tenía muchas ideas para comenzar este post, había hecho una lista mental de la forma en que debían ir organizadas, hice otra lista de las palabras que debería usar: Laberinto, tú, sueño, él, yo, noche, zapato, corazón, etcétera.  Pero nada, las palabras se amotinan, se volvieron inconexas, absurdas, en fin, aquí mi primer post del año:

No todos, no siempre.
Esta es la que sueña
Las mañanas del mundo se conjuntaban de vez en cuando en el centro de su cuerpo, colapsando en mil brillos y obligándola inevitablemente a retorcerse un poco antes de salir de la cama. Hoy era un día de esos, pero pese al estallido de luces, ella se resistió a levantarse, permaneció observando cómo desde su ombligo se proyectaban rayos violetas hasta el techo. Cerró los ojos y comenzó sin intención de dormir, pero sí de prolongar el sueño, a reconstruir el escenario.  Él estaba ahí, en ese mundo onírico del que se había apropiado sin pedir permiso, sentado sobre un rascacielos jugaba los pies al viento.  Ella decidió no subir. La ventaja de soñar sin dormir, es el poder de decisión,  aunque no es absoluto tiene un rango de posibilidad más amplio que cuando se duerme. Metió las manos en sus bolsillos y comenzó a caminar, seguro que se trataba de una mañana muy fría, pues sentía como se entumían sus dedos, bajó la cabeza un poco para no sentir que el aire le reventaba las mejillas pero sobre todo para no verle a él, ahí en la punta del edificio. 
Las calles eran angostas y en las grandes paredes de los edificios se leían las palabras que estaba segura corrían por sus venas, primero intento leerlas todas, supuso era una revelación, si conseguía anotarlas todas, grabarlas en su memoria, tendría los elementos claves para descifrar la construcción de su realidad última; después se dio por vencida, eran demasiadas y muy confusas, así, optó por elegir únicamente 3 y olvidar el resto.
Los trapecistas siempre le habían causado fascinación, pero por algún trauma de la infancia siempre había tenido miedo a las alturas, pero cuando se sueña no importa si dormido o despierto, se puede trascender a esas cosas, así que olvidándose de la presencia de él por un momento, subió  a la parte más alta de un rascacielos y se aferró al trapecio, una nube espesa, palabras más palabras, tomó impulso y justo antes de saltar del otro lado estaba él…
Sí, este post no tiene sentido.

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