viernes, 30 de mayo de 2014

Día 3.1


Una llovizna ligera pero molesta dada su constancia desde que comenzaste a caminar, te tenía sin apenas notarlo mojada de pies a cabeza, sin embargo, no sentías frío, por el contrario un volcán de emociones te desbordaba. Bastaba cerrar tus ojos para verles uno tumbado junto al otro volviéndose cómplices al calor de una amena charla. A este momento, seguramente él ya le habría contado sobre el sin sabor de la vida y lo atribulado de su alma  desde la primera infancia, seguro ya la había enterado de los pormenores familiares y un mucho más sobre los primeros amores. Sus manos oscilantes ya estarán entrelazadas, él manifestará miedo y confusión, pero se asirá sin resistencia a esos dedos que se ofrecen afables a la compañía. Ella, con simpleza y benevolencia le brindará consuelo, consejo y su cuerpo. Basta abrir los ojos para sentir como se confunde el escurrir de tus cabellos con el llanto amargo que entrecorta la respiración y te sitúa en ese espacio tan familiar como ageno, esa calle otrora en amoroso abrazo recorrida, ahora solitaria y dolida contemplada.

Día 3

Cínico centímetros de distancia, esa fue la medida perfecta. Después sólo el miedo a los aviones, a los cumpleaños, a las palabras, al amor, al mar. Un silencio teléfonico y un llanto contenido. Un no quiero q sella los labios y anula un mundo. 

jueves, 29 de mayo de 2014

Día 2

Entre haberes y hubieras poco nos queda, apenas un recuerdo ultrajado, una absurda manía de buscarnos las voces que los demonios callaban. Son los despojos, de un amor perecedero, esparcidos por el piso los que hacen de alfombra roja para la llegada de ella, la nueva ella. 

martes, 27 de mayo de 2014

Bitácora de reconstrucción gabrielistika Día 1

No siempre cuatro paredes hacen una casa, no todas las casas tienen cuatro paredes y no cualquier casa puede construise hogar. El departamento es lindo, cajas por todos lados, nunca había entendido lo valioso de un martillo hasta hoy que lo necesitaba y no tenía uno. Recaídas 1, 6 cigarrillos, 67 minutos de teléfono, 3kgms menos, dolor agudo en el lado izquierdo de la cama y el contorno de la vida. 

lunes, 19 de mayo de 2014

CARTAS



Si me quitara la manía de escribir  cartas, me metería en menos problemas, el sonido confunde y olvida, el papel no. Ese es rencoroso, guarda minuciosamente los sentimientos y es como si la tinta en él fermentara los sentires que cuando volvemos a ellos nos embriagan.  No es que la embriaguez sea mala, que al final nada bueno ni malo existe, pero a  veces, cuando en el papel se surcaron abismos no pensados y por supuesto, se olvidó de incluir un puente, una se queda del otro lado de las cartas, sin poder alcanzar nunca más al destinatario que sin esperarlo se ha quedado varado del otro lado, mirando en silencio y con un dolor que le atraviesa el hipotálamo, sin entender muy bien, porque ha sido confinado a ese punto lejano.  Digo esto al tiempo que considero en mi cabeza, esta debería ser otra carta.  Esa que no llegue a tu correo, que quizás nunca leas,  que sólo sirva para gritar en secreto todo lo que me duele el abismo que las otras cartas dejaron. 

jueves, 8 de mayo de 2014

Rota

La intensidad del sueño me impide abrir los ojos, un escalofrío me recorre, temo estar despierto tanto como no estarlo.  Me aterra incorporarme sin saber a qué vida, en qué mundo o en qué madrugada lluviosa me encuentro esta vez.  Me giro bruscamente y siento como la sábana se corre, aprieto los puños tratando de llevar conmigo un pedazo de inconciencia, estiro mis músculos en imitación a los gatos y sin poner más resistencia despierto. Observó mis manos, toco mi rostro y me pregunto si será que esta mañana soy varón o fémina. Destapo mi cuerpo y al tiempo que detenidamente lo observo recorro con mis dedos mi recién descubierta anatomía. La hendidura entre mis piernas y lo abultado de mi pecho responde a mi duda, este día, este sueño soy una mujer.  Menuda complicación. Como si no bastará despertar en un sueño perpetuo infinitas veces, despierto rota. 

miércoles, 7 de mayo de 2014

Es mayo y llueve y...

Te escribo para decirte
que no quiero decirte nada
que sólo quiero abrazarte
buscar el calor de tu vida.
Pedro Casariego Cordoba

Es mayo. Es mayo y llueve. Es mayo llueve y me acordé de ti.  Es mayo, llueve, me acordé de ti y mañana es tu cumpleaños. Es mayo, llueve, me acordé de ti, mañana es tu cumpleaños y creo que a veces te extraño.  
Protesto a la distancia, al tiempo, a las rutinas y al olvido. Nos fuimos, envejecimos, nos olvidamos.   Perdí la cuenta  de las lluvias que pasaron desde la última vez que un mensaje al celular me avisaba que en ese otro lugar del planeta donde tú habitas también llovía.  Digo lluvia, digo olvido, digo Sauce, digo tú y esa tenue tristeza que siempre nos rondaba se asoma en la memoria y siento el ligero estremecer de la tarde reventar en mis dedos.  
Me permito en el vado de nostalgia en el que tanto disfruto acomodar mis tardes, dedicarte algunas líneas para celebrar  el recuerdo de nuestra amistad olvidada. Quizá se quedó detenida, frente a una taza de solemne y humeante café o ebria y desenfada a la salida de algún bar.  Quizás viaja contigo sin mí y conmigo sin ti.  No es sencillo encontrar ojos desnudos que nos contemplen.
No somos los mejores amigos, esos que nunca se hieren, esos que siempre están, esos que nunca se olvidan.  Por el contrario, somos dos tristes mortales falibles y excéntricos que en plena caída nos reconocimos.  No tengo yo que contarte la historia, bastara desempolvar la memoria o abrir el ordenador para encontrarla.  Me gusta pensar que en efecto fue magia.  Que hace 10 años en un mundo que ya no existe  un Sauce y una Maga se encontraron y  se volvieron amigos.

Nunca pude asistir a tus fiestas de cumpleaños, a decir verdad creo que es el primer año que recuerdo la fecha exacta. No vivo mucho en esta tierra.  

domingo, 4 de mayo de 2014

Incompleto y a destiempo. Es lo que hay

Guanajuato, Guanajuato 30 de abril de  2014
Acostumbrarse es una forma cómoda de habitar en el mundo. No puede ser malo buscar comodidad. Nadie puede culparnos por crecer acostumbrados a la comodidad. Pero sobre todo, nadie puede culparnos por crecer.  Dice el calendario que hoy es día de los niños. ¿Los niños están acostumbrados a ser niños? Esa imagen idealizada del infante ávido y deseante descubriendo el mundo, me impide concebir un niño acostumbrado a algo. ¿En qué momento nos acostumbramos a que la luna nos persiga? ¿Cuándo la costumbre de la oscuridad por  las noches nos hizo olvidar los monstruos del armario? 
                Hablo de costumbres y comodidades, de monstruos, de niños, hablo de cualquier cosa que haga más ameno el transitar a eso que más se acerca a lo que intento decir.  Alguna vez escuché una ponencia de filosofía del lenguaje,  tenía un nombre muy bello “el mar como fundamento”  la tesis que se sostenía era aún más bella “todo es metáfora”, nada de lo que decimos o escribimos es literal, nada de lo que comunicamos es fiel al pensamiento; no importa cuánto nos esforcemos en expresar tal cual ideas o sentimientos, siempre habrá un halo de lenguaje cubriendo ese intento por decir, protegiéndonos de la verdad desnuda.

                 Lo bello no siempre es lo conveniente o tal vez sí. Qué puedo saber yo de belleza y conveniencias, yo que no hago más que malabares sin gracia con palabras mentirosas y gastadas. Qué puedo saber yo de belleza si las miradas dulces que embellecen los objetos amados nunca me  pertenecen ni contemplan. Lo triste e irónico, es que no me acostumbro. No me acostumbro al frío de ojos en la piel, y peor aún no me acostumbro al frío de tus ojos cuando me evitan. 

Día 3.1

16:04

Una llovizna ligera pero molesta dada su constancia desde que comenzaste a caminar, te tenía sin apenas notarlo mojada de pies a cabeza, sin embargo, no sentías frío, por el contrario un volcán de emociones te desbordaba. Bastaba cerrar tus ojos para verles uno tumbado junto al otro volviéndose cómplices al calor de una amena charla. A este momento, seguramente él ya le habría contado sobre el sin sabor de la vida y lo atribulado de su alma  desde la primera infancia, seguro ya la había enterado de los pormenores familiares y un mucho más sobre los primeros amores. Sus manos oscilantes ya estarán entrelazadas, él manifestará miedo y confusión, pero se asirá sin resistencia a esos dedos que se ofrecen afables a la compañía. Ella, con simpleza y benevolencia le brindará consuelo, consejo y su cuerpo. Basta abrir los ojos para sentir como se confunde el escurrir de tus cabellos con el llanto amargo que entrecorta la respiración y te sitúa en ese espacio tan familiar como ageno, esa calle otrora en amoroso abrazo recorrida, ahora solitaria y dolida contemplada.
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Día 3

7:40
Cínico centímetros de distancia, esa fue la medida perfecta. Después sólo el miedo a los aviones, a los cumpleaños, a las palabras, al amor, al mar. Un silencio teléfonico y un llanto contenido. Un no quiero q sella los labios y anula un mundo. 
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Día 2

10:13
Entre haberes y hubieras poco nos queda, apenas un recuerdo ultrajado, una absurda manía de buscarnos las voces que los demonios callaban. Son los despojos, de un amor perecedero, esparcidos por el piso los que hacen de alfombra roja para la llegada de ella, la nueva ella. 
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Bitácora de reconstrucción gabrielistika Día 1

23:08
No siempre cuatro paredes hacen una casa, no todas las casas tienen cuatro paredes y no cualquier casa puede construise hogar. El departamento es lindo, cajas por todos lados, nunca había entendido lo valioso de un martillo hasta hoy que lo necesitaba y no tenía uno. Recaídas 1, 6 cigarrillos, 67 minutos de teléfono, 3kgms menos, dolor agudo en el lado izquierdo de la cama y el contorno de la vida. 
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CARTAS

9:25


Si me quitara la manía de escribir  cartas, me metería en menos problemas, el sonido confunde y olvida, el papel no. Ese es rencoroso, guarda minuciosamente los sentimientos y es como si la tinta en él fermentara los sentires que cuando volvemos a ellos nos embriagan.  No es que la embriaguez sea mala, que al final nada bueno ni malo existe, pero a  veces, cuando en el papel se surcaron abismos no pensados y por supuesto, se olvidó de incluir un puente, una se queda del otro lado de las cartas, sin poder alcanzar nunca más al destinatario que sin esperarlo se ha quedado varado del otro lado, mirando en silencio y con un dolor que le atraviesa el hipotálamo, sin entender muy bien, porque ha sido confinado a ese punto lejano.  Digo esto al tiempo que considero en mi cabeza, esta debería ser otra carta.  Esa que no llegue a tu correo, que quizás nunca leas,  que sólo sirva para gritar en secreto todo lo que me duele el abismo que las otras cartas dejaron. 
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Rota

11:58
La intensidad del sueño me impide abrir los ojos, un escalofrío me recorre, temo estar despierto tanto como no estarlo.  Me aterra incorporarme sin saber a qué vida, en qué mundo o en qué madrugada lluviosa me encuentro esta vez.  Me giro bruscamente y siento como la sábana se corre, aprieto los puños tratando de llevar conmigo un pedazo de inconciencia, estiro mis músculos en imitación a los gatos y sin poner más resistencia despierto. Observó mis manos, toco mi rostro y me pregunto si será que esta mañana soy varón o fémina. Destapo mi cuerpo y al tiempo que detenidamente lo observo recorro con mis dedos mi recién descubierta anatomía. La hendidura entre mis piernas y lo abultado de mi pecho responde a mi duda, este día, este sueño soy una mujer.  Menuda complicación. Como si no bastará despertar en un sueño perpetuo infinitas veces, despierto rota. 
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Es mayo y llueve y...

18:00
Te escribo para decirte
que no quiero decirte nada
que sólo quiero abrazarte
buscar el calor de tu vida.
Pedro Casariego Cordoba

Es mayo. Es mayo y llueve. Es mayo llueve y me acordé de ti.  Es mayo, llueve, me acordé de ti y mañana es tu cumpleaños. Es mayo, llueve, me acordé de ti, mañana es tu cumpleaños y creo que a veces te extraño.  
Protesto a la distancia, al tiempo, a las rutinas y al olvido. Nos fuimos, envejecimos, nos olvidamos.   Perdí la cuenta  de las lluvias que pasaron desde la última vez que un mensaje al celular me avisaba que en ese otro lugar del planeta donde tú habitas también llovía.  Digo lluvia, digo olvido, digo Sauce, digo tú y esa tenue tristeza que siempre nos rondaba se asoma en la memoria y siento el ligero estremecer de la tarde reventar en mis dedos.  
Me permito en el vado de nostalgia en el que tanto disfruto acomodar mis tardes, dedicarte algunas líneas para celebrar  el recuerdo de nuestra amistad olvidada. Quizá se quedó detenida, frente a una taza de solemne y humeante café o ebria y desenfada a la salida de algún bar.  Quizás viaja contigo sin mí y conmigo sin ti.  No es sencillo encontrar ojos desnudos que nos contemplen.
No somos los mejores amigos, esos que nunca se hieren, esos que siempre están, esos que nunca se olvidan.  Por el contrario, somos dos tristes mortales falibles y excéntricos que en plena caída nos reconocimos.  No tengo yo que contarte la historia, bastara desempolvar la memoria o abrir el ordenador para encontrarla.  Me gusta pensar que en efecto fue magia.  Que hace 10 años en un mundo que ya no existe  un Sauce y una Maga se encontraron y  se volvieron amigos.

Nunca pude asistir a tus fiestas de cumpleaños, a decir verdad creo que es el primer año que recuerdo la fecha exacta. No vivo mucho en esta tierra.  

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Incompleto y a destiempo. Es lo que hay

21:26
Guanajuato, Guanajuato 30 de abril de  2014
Acostumbrarse es una forma cómoda de habitar en el mundo. No puede ser malo buscar comodidad. Nadie puede culparnos por crecer acostumbrados a la comodidad. Pero sobre todo, nadie puede culparnos por crecer.  Dice el calendario que hoy es día de los niños. ¿Los niños están acostumbrados a ser niños? Esa imagen idealizada del infante ávido y deseante descubriendo el mundo, me impide concebir un niño acostumbrado a algo. ¿En qué momento nos acostumbramos a que la luna nos persiga? ¿Cuándo la costumbre de la oscuridad por  las noches nos hizo olvidar los monstruos del armario? 
                Hablo de costumbres y comodidades, de monstruos, de niños, hablo de cualquier cosa que haga más ameno el transitar a eso que más se acerca a lo que intento decir.  Alguna vez escuché una ponencia de filosofía del lenguaje,  tenía un nombre muy bello “el mar como fundamento”  la tesis que se sostenía era aún más bella “todo es metáfora”, nada de lo que decimos o escribimos es literal, nada de lo que comunicamos es fiel al pensamiento; no importa cuánto nos esforcemos en expresar tal cual ideas o sentimientos, siempre habrá un halo de lenguaje cubriendo ese intento por decir, protegiéndonos de la verdad desnuda.

                 Lo bello no siempre es lo conveniente o tal vez sí. Qué puedo saber yo de belleza y conveniencias, yo que no hago más que malabares sin gracia con palabras mentirosas y gastadas. Qué puedo saber yo de belleza si las miradas dulces que embellecen los objetos amados nunca me  pertenecen ni contemplan. Lo triste e irónico, es que no me acostumbro. No me acostumbro al frío de ojos en la piel, y peor aún no me acostumbro al frío de tus ojos cuando me evitan. 
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