jueves, 23 de diciembre de 2010

Encuentros con el pasado

Me decía Carlos que esa idea de los encuentros con el pasado, sonaba más bien a título para exposición del museo de antropología e historia, a mi me parece más bien como una charla con los muertos, aunque claro, esta idea puede llegar a incomodar a más de alguno de los involucrados. Tenía tanto que no me veía en esos ojos, que no me refugiaba en esos brazos. Al estar frente a ellos (fantasmas, recuerdos velados) no supe cómo reaccionar, afortunadamente ellos lo hicieron primero y por un par de horas volvimos a casa, nuestra casa, donde cada uno tiene su sitio.

Es curioso, asistí a las tres citas con expectativas distintas, pero los (re)encuentros fueron completamente parecidos, tratando de ser más clara, el reclamo fue el mismo: los enterré con todo lo que implicaba su presencia en mi vida, en mi desenfrenada huida los deje atrás sin remordimiento alguno. Es cierto, lo hice, opté por olvidarlos, pensar que nunca existieron. No porque no apreciara su huella en mis días, por el contrario entre ellos está la gente a la que más he querido en este mundo, las mejores tardes, los mas locos viajes, las noches más largas, las lágrimas más honestas, pero también y quizás por lo mismo, quien más me conoce, quien más me ha dañado.

Somos tan tontos los humanos, vamos por ahí tomando fragmentos de los otros y dejando pedazos nuestros por todos lados.

martes, 21 de diciembre de 2010

Siguiendo el camino amarillo

Caminas sin esperar llegar. Sólo caminas, tus pasos son cada vez menos firmes, tu mirada menos exacta. Sólo caminas. Esperando sin esperanza, pretendiendo que el siguiente paso cobre sentido, o que quizás la suma de todos los que ya has dado dé una cifra a tu favor, perdiste la cuenta hace mucho tiempo de cuantos serán, olvidaste el rumbo que te habías trazado al comenzar, ahora sólo la inercia te permite seguir andando.

El día de la huida alguien te prometió valdría la pena partir, por eso caminas, sólo caminas.

martes, 7 de diciembre de 2010

LODO

   La reiterada pregunta ¿En qué momento se acabaron las apuestas y no queda más que esperar a que la muerte nos llegue? Quizás aún parezca una pregunta prematura, no tengo tantos años aunque a veces me pesan como si fueran siglos, no he vivido tanto, aunque a veces el cuerpo y las ideas se sienten cansadas. Termine de leer LODO de Fadanelli, no es un libro magistral, no es lo más brillante que he leído, es más encontré bastantes lugares comunes e intertextos de Bukowski en sus líneas, pero me hizo enfrentarme a esta pregunta de una forma cruel, quizás por eso me ha gustado.


   En más de algún momento me sentí el lado izquierdo de Torrentera con sus 49 años y su vida de intelectual frustrado, y no por el amor a los libros, ni por el bagaje cultural que ostenta, sino más bien por la amargura que el cínico espejo cada mañana le refleja. Si bien Torrentera tuvo una existencia gris, fue gris por convicción, llevó hasta sus 49 años una apatía cubierta de una disciplina opacamente Kantiana. Y de pronto Eduarda, la criminal analfabeta que una noche le ofrece sus piernas a cambio de su protección, y Torrentera decide jugarse sus últimas cartas por un romance absurdo, se llena las manos de sangre y reta a su conciencia a no recriminarle la falta.

    No puedo decir que se trate de una historia de amor, pero tampoco que no lo sea, es decir, no todo el amor se vive o se piensa de la misma forma. Tampoco puedo decir que sea un libro pasional, porque si bien se ponen en juego muchos de esos instintos humanos que podrían desatar una pasión desmedida, creo que el corte sarcástico de Fadanelli, no permite que se reduzca a una novela de bajas pasiones.

   Pero es así, creo que todos o si no todos, al menos algunos, tenemos un par Ases bajo la manga que no nos hemos decidido a poner sobre la mesa, y las preguntas son ¿Para qué los estamos guardando?  ¿Qué o quién hará que nos decidamos a apostarlos? Las respuestas no las sé, pero espero, confiando en ello, que no tenga que esperar a los 49 años para decidir vivir una última aventura que rompa todos los esquemas y me lleve al límite.

viernes, 3 de diciembre de 2010

Conversando con mi madre


Madre: ¿Cómo estás?
Yo: Bien, pero como que ya me hace falta un novio o algo así…
Madre: ¿Y cómo quieres tener novio, si fumas como chacuaco, bebes como cosaco y te la pasas alegando? Los espantas hija…
(Un silencio raro en la línea)
Madre: Pero no te preocupes, nunca falta un roto para un descocido.
Yo: jajaja

lunes, 22 de noviembre de 2010

El despertador



Si el sueño fuera (como dicen) una

tregua, un puro reposo de la mente,

¿por qué, si te despiertan bruscamente,

sientes que te han robado una fortuna?
 
Jorge Luis Borges
 
    Y entonces las ganas de llorar se van del cuerpo, estás tan cansada de hacerlo durante tanto tiempo, que solo un espasmo que te sacude arrítmicamente de vez en cuando ha quedado. No quieres abrir los ojos, sabes que sea lo que sea que veas al hacerlo no va a gustarte. Pasas una mano sobre tu piel tratando de reconocer tu cuerpo, quieres sentir que aún eres tú que aún te perteneces, te das cuenta que estás desnuda y sientes frío. Escuchas sus voces distorsionadas viniendo de ninguna parte, intentas atrapar en tus oídos alguna que aún en su distorsión te sea familiar, pero no lo consigues todas pasan de largo, no hablan contigo, hablan de ti. Te entregas por un momento, al espasmo, a tu tacto, al cuchicheo indescifrable que te rodea, al frío de tres vidas en tus huesos y entonces despiertas, otro día comienza.

sábado, 20 de noviembre de 2010

Correspondencia imaginaria


Muy apreciable señor distante:


Las posibilidades se manifiestan en las situaciones más extrañas; la elección que determine la siguiente situación será parte aguas para lo que venga detrás. Intentaré ser más clara: edifico mi vida a partir de aquello que las circunstancias azarosas van mostrando, no sé si esto sea bueno o malo (nunca me ha gustado hacer ese tipo de juicios), simplemente es así, y no conozco otra forma de hacerlo.
Pero no es por esto que le escribo, la razón de esta carta son los conejitos, la arena, porque me gusta escribir cartas; quizás también sea que hace calor las sabanas se adhieren a la piel imposibilitando conciliar el preciado sueño.
En ocasiones despierto con la sensación de haber comenzado a soñar, todo parece parte de un lienzo en el que un desconocido pintor surrealista trabaja incesantemente para ilustrar una visión distorsionada de la "realidad", entonces froto mis ojos y repito para mis adentros: despierta, despierta!, observo mis manos para asegurarme que siguen ahí, busco mis lentes, pretendo integrarme al mundo,pero este es precisamente el momento más difícil, cuando tengo que dilucidar si es verdad que he despertado… siento el frío del suelo, entonces me pregunto si no es acaso que la sabana se me ha corrido y he dejado mis pies al descubierto….Pero no, escribir sobre la interrogante de soñar o vivir, tampoco es la intención de esta carta, eso ya lo han hecho muchos, Descartes el mejor quizás entre tantos; en este momento no quiero llevar mis cavilaciones hacia genios malignos, ni dudas metódicas… Así que volveré a lo que me ocupaba inicialmente: escribirle una carta sobre los conejitos y la arena
La gente escribe contra el olvido, yo preferiría escribir para olvidar. Cuando pienso en esa necesidad humana de empolvar la memoria, inmediatamente acude a mi cabeza Funes el memorioso, el que no pudo con tanto recordar… a veces creo que yo tampoco olvido, es como si eso sólo estuviera permitido a algunos; nosotros, el resto, vivimos fragmentados, ajenos, siendo los miles que nos habitan, estamos condenados a ser los otros, a los que más valdría olvidar para no perder la razón… Usted disculpe, me olvidaba, el fin de estas líneas tampoco es hacer una exposición de retorcidas ideas. Lo que en realidad pretendo es contarle sobre los conejitos, la arena, pero sobre todo el calor de esta noche.
Nunca me han gustado ni el frío ni el calor, prefiero el verano, cuando llueve, es como si lavaran al mundo, aunque, agua no sea suficiente para limpiarlo; eso me conduce a pensar que la lluvia es llanto, el mundo llora su miseria, sobra decirle que nunca he sido muy optimista en lo que a la especie humana respecta, precisamente por eso siento que le dolemos... Yo también lloro, por todo, hasta sin causa, a mí me duele el mundo…Hablarle sobre mis dolencias por tentador que me resulte, no es lo que me lleva esta noche a mantenerme frente al monitor, la empresa que persigo es poder hablarle de los conejitos y la arena … aunque eso no resulte nada entretenido.
No, creo q hablar de conejitos y arena no es de buen gusto a estas horas.
Queda de usted:
Gabrieluska, su antigua aprendiz de maga.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Perdón por la tristeza

El abuelo se fue, a veces lo extraño un poco, pero no es eso lo que me entristece.

Vi a mi Sauce, cada vez más distinto, menos mío, pero no es eso lo que me entristece.

El frío de San Cristóbal me genera una especie de nostalgia chiclosa, pero no eso no me entristece.

Mi mejor amiga se casa con un pendejo por cumplir con protocolos sociales, pero no, eso no es lo q me entristece.

Iván decía, que me la paso buscándole tres patas al gato, y a lo mejor tenía razón, no sé, no estoy segura de que es lo que me entristece, pero siento como me cala hasta los huesos esta tristeza rara, que nubla la mirada y no me deja poner claras las ideas.


 

martes, 2 de noviembre de 2010

Ya no te espero


Ya no te espero, leíste una mañana entre los de dedos de tu mano, de momento no te fue posible entender del todo el mensaje, no sabías si eras la emisora o la receptora de tan atroz declaración. Pensaste que era la prolongación del sueño, aunque tampoco tenías muy claro que habías estado soñando, sentías el cuerpo cansado, como si por la noche hubieras estado caminando incesantemente. Ya no te espero, volviste a leer y sentiste como las emociones se te estrujaron en el estomago, fue como si todas las noches juntas se amotinaran esa mañana y pretendieran entrar por tu ventana, cerraste los ojos y repetiste en voz alta, ya no te espero, en ese momento comprendiste, las palabras taladraron tus oídos, fue como si decirlo te despertara del letargo, tú eras quien emitía el mensaje, eras tú la que esa mañana después de tanto camino andado decidió soltar las amarras para gritar bien fuerte Ya no te espero.

Cosas que pasan en el cine


Ayer después de huir del gato de quienes amablemente me dieron asilo en San Cristóbal (nota mental, nunca tener un gato) decidí ir al cine, mi intención era ver Biutiful, la he estado esperando desde hace mucho tiempo, pero resulta que aquí aún no está en cartelera, que coraje, pero afortunadamente había algo de la muestra de cine francés, digo eso no era garantía de nada pero sonaba mucho mejor que "amor a distancia" ò "paranormal", no tengo nada en contra del cine comercial al estilo Hollywood, es sólo que hay cosas que basta ver los avances para saber que no serán una buena experiencia, en fin que compré mi boleto y me dirigí a la sala completamente vacía, que raro, pensé, domingo y una sala vacía, escogí el lugar más cómodo y me dispuse a esperar, poco antes de que iniciara la película entro una pareja y un señor, la función comenzó con un corto mexicano, muy bueno la verdad, bastante bien pensado, que se llama "La mina de oro", después dio inicio la película, que si bien no es lo mejor que he visto en mi vida, creo que la trama es bastante buena, pero ese no es el asunto que quiero contar, el asunto es que no pasados 10 minutos de que comenzara, toda la sala se vio invadida por un ronquido espantoso, parecía una locomotora descompuesta, o un león hambriento, inmediatamente asumí que se trataba del caballero maduro que había entrado solo, pero volteé de forma nada discreta para identificar el lugar de donde provenía el bestial sonido, y ave maría purísima, es indescriptible lo que mis cuasi castos ojos vieron, bueno en realidad exagero un poco, la pareja de jovenzuelos que también estaba en la sala, se encontraba a la mitad o al inicio, eso no puedo aseverarlo, de algo impropio para la ocasión, o al menos para mí ocasión. Habíamos cuatro personas en la sala un tarde de domingo, dos fajaban sin pudor alguno, uno dormía como bendito y una más se reía de q pasen estas cosas en el cine, ereo que entonces entendí porque solo exhibirán la cinta tres días y también porque Biutiful no es una prioridad en los estrenos del mes y el último exorcismo sí. Lo único que me quedo fue reírme y concentrarme en la película, supongo que mi risa despertó al durmiente, porque por la mitad de la película en adelante no sé escucho más y bueno, a los otros dos estoy segura que nada los cohibió en ese intercambio de amor que se tenían. En fin supongo que ya será ahora que este en el DF que vea Biutiful. Me quede con ganas de más cortometrajes. Me gustan los cortometrajes. Sigo extrañando Morelia y su festival, siempre sólo iba a los cortometrajes.

viernes, 22 de octubre de 2010

Drama queen o las peripecias del viaje a Chiapas


Iniciare confesando que soy la Reyna del drama, sí toda una drama queen, pero más allá de eso, en estos días he resistido estoicamente, digo me gusta hacer drama, pero también cuando hay que aguantar vara, me fajo las faldas y aguanto. El asunto es que me han pasado una serie de cosas, que de manera aislada parecen graciosas, pero todas juntas uno se detiene un momento y dice NO MAMES, si existe el karma, me las está cobrando todas con intereses a tres vidas. Sí esta entrada es para quejarme abiertamente, que para eso tengo un blog, para poder berrear, cuando no tengo a nadie cerca para atormentarlo con mis malviajes.
Cuando decidí venir a Chiapas, estaba segura que viviría cosas que en ningún otro lado podría vivir, que vería lo inimaginable, tanta emoción en mi ser no podía ser contenida,  después del respectivo drama del desprendimiento y las despedidas tomé mis cosas, abordé un avión y llegué hasta aquí. La primera semana fue fenomenal, San Cristóbal es la ciudad más maravillosa del mundo, además venía con compañía, el trabajo fue agradable y ameno, todo parecía indicar que el futuro deparaba algo grandioso para mí.
Fuimos a Chamula, ahí recibí la primera señal del karma, pero ante la emoción, la ignoré completamente, resulta que era día de fiesta para el pueblo, tratamos de seguir al pie de la letra las indicaciones,  no observar a las mujeres de las autoridades que estaban en posición ritual bajo una gran cruz por un lado de la plaza, no aceptar ningún "regalo", no tomar fotografías del interior de la iglesia.  Pagamos nuestros 20 pesos y entramos, una iglesia que solamente había imaginado leyendo Pedro Paramo, no porque él la cite, sino porque esa parecía una imagen sacada de mi Comala imaginaria, en fin un viajesote. Al salir, cual turistas ingenuos a tomar fotos de todo lo que veíamos, la verdad es que yo no mucho, porque la vibra en el lugar era muy densa y me asustaba hasta verlos, por lo cual me acerqué a mi compañera para pedirle que ella tomara las fotos y después fuera tan amable de pasármelas, no pasaron diez minutos de que hice la petición cuando un grupo de por lo menos 20 hombres de la comunidad se abalanzaron sobre mi fotografa compañera y sin más le zamparon un par de sopapos, exigiéndole que borrara las fotos. Después del susto, alguien leyó las letras chiquitas del comprobante de pago para entrar a la iglesia y descubrió que estaban prohibidas las fotos en general, no fotos.
El acontecimiento se volvió una anécdota graciosa de grupo que afortunadamente no paso a más y así termino la semana, mis compañeros volvieron al D.F. y yo me trasladé a la ciudad de Tuxtla Gutiérrez, desde donde operaría en un cubil felino que aún tenía que buscar.  Amablemente una maestra me dio asilo las primeras noches. Un ambiente familiar agradable, un par de niñas encantadoras, que al margen de que yo no sea el ama de los niños, podía vivir con ellas, todo parecía bien hasta que descubrí que tenían un hámster, que habitaba libremente por toda la casa, curiosamente lo descubrí una mañana cuando después de bañarme, metí la mano a mi mochila para buscar mi ropa y algo peludo y móvil chilló al sentirse apachurrado,  después del susto  que nos llevamos ambos,decidí que ese mismo día tenía que encontrar el cubil, y así lo hice, un cuarto de azotea en el centro de la ciudad. Pagué mi renta y me dieron mi llave, prometiéndome en una hora entregarme la de la calle, fui a recoger mis cosas, agradecí la hospitalidad y me despedí, pasé por el supermercado comprando los enceres necesarios para hacer habitable mi nuevo hogar, sin darme cuenta me dieron las 9 de la noche, al llegar al lugar todo estaba cerrado, apagado y por más que toqué y toqué y toqué y volvía tocar, nadie abrió. Ahí estaba yo, con una mochila gigante y muchas bolsas de supermercado sin forma de poder entrar, intenté meter algunas cosas a la mochila con la intención de desocuparme las manos y justo cuando la  cerraba crash, el cierre se descompusó. Cosas que pasan pensé, tomé un taxi y volví a la casa de la maestra a pasar una noche más en compañía de la rata.
Una vez ya instalada, intenté conectarme a internet, el cuarto incluía internet eso me dijeron, hasta una contraseña me dieron, busqué, busqué y resulta que el único lugar donde hay señal es en el baño, pfff, tengo un ciber baño, la onda no?
Con la firme convicción de aprender a andar en transporte público por la ciudad, me subí al fabuloso conejo bus, que hasta parece transporte de primer mundo, abro mi mochila para pagar y dejo al descubierto mi cámara, cierro mi mochila y avanzo para atrás por indicación del chofer, no sé ni cómo ni cuando, pero al bajar del conejo bus, ya no tenía cámara.
Me repuse pronto de la perdida, decía mi abuela, "cuando te toca te toca", y bueno a lo mejor ya me tocaba, además mejor que haya sido así, sin violencias . Llegó el fin de semana, el calor de esta ciudad es tremendo y que mejor para quitarse el calor que una cerveza,  salí dispuesta a encontrar un barecito agradable, de esos que hay en todos lados, donde la cerveza es barata y hay musiquita agradable, caminé, caminé y seguí caminando, comenzaba a ver frustrada mi empresa y opté por preguntar, ubiqué a un grupo de mujeres jóvenes que amenamente conversaban en el parque de la marimba, sin pensarlo mucho saludé y dije: ¿No saben dónde puedo tomarme una cerveza por aquí? Jamás en mi vida me había sentido tan despreciadamente observada, parecía que ellas hubieran escuchado algo como: ¿Qué les parece si tenemos sexo violento entre todas aquí mismo? Se fueron sin contestarme, pero aún en la distancia voltearon para seguir viéndome feo, rayos que complicado.
Volvía a mi casa, compré una caguama en el oxxo de la  esquina y me resigné a la música de mi ipod. De verdad que no lo entiendo, después lo pensé y bueno de las 8 estaciones de radio que sintoniza mi celular, 5 son de música cristiana, quizás sea que es una sociedad conservadora donde las mujeres no toman cerveza, pero el contraste llegó esa misma noche, cuando mi vecino daba una fiesta y desde mi ventana se podía ver el baile salvaje que parecía más una orgía publica al ritmo de reggaetón. No lo entiendo, de verdad que no entiendo.
En fin la última, hoy por la mañana me disponía a ir a la oficina, como de costumbre me levanté en automático a la regadera y justo cuando más jabón tenía por todos lados, el agua comenzó a mermar poco a poco  hasta que desapareció. Aaaaah!! Sólo a mi me pasan estas cosas, tuve que enjuagarme con una botella de litro y medio cosa que no fue ni cómoda ni fácil.
Pufff, a eso tengo que agregarle las quejas laborales, parece que a los de allá no les importa mucho que esté acá y a los de acá, no les agrada mucho la idea. Respiro, cuento hasta diez y trato de tener paciencia, en algún momento vendrá lo emocionante, lo sé, lo presiento.
Afortunadamente mañana me voy a San Cristóbal, donde espero la suerte vire y me encuentre por ahí, sentadita en algún andador esperándola.

viernes, 15 de octubre de 2010

Re encuentros


Nuevamente un viejo Sauce que de tarde en tarde le da por volver, extendiendo ramas cuando más necesario se vuelve el abrazo, inquieta a la vieja maga que oxidada y gastada en el diván de las memorias dormita. Tenía tanto de no saberte, pensé que por fin nos habíamos olvidado. Ha pasado tanto tiempo, pero cuando las cosas son para siempre uno puede ser paciente y esperar los nuevos encuentros.
Si te miro bien, en realidad el tiempo no importa, no somos tan distintos…

miércoles, 13 de octubre de 2010

Pesimismo para el alma

" Mi existencia es incompresible y ridícula. Pero nunca estuvo a mi alcance poder elegir otra. Uno no deja de ser quien es. La libertad existe siempre sólo en el futuro. En el pasado ya no se puede encontrar. Nadie puede escoger otro pasado. Todo lo que sucede tenía que suceder como sucedió. A posteriori todo es inevitable, a priori nada. Lo único que importa es despertar del sueño. A pesar de todo, corremos detrás de la libertad, no podemos hacer otra cosa, pero la libertad camina siempre un paso por delante como un espejismo, existe siempre en el próximo instante, siempre en el futuro. Y el futuro es oscuro, una pared negra, impenetrable ante nuestros ojos. No, pasa entre nuestros dos ojos, a través de la cabeza. Estamos ciegos. Cegados por el futuro. No vemos nunca lo que está ante nosotros, nunca el próximo segundo, hasta que nos rompemos la nariz contra él. Vemos sólo lo que hemos visto ya. Es decir, nada. "
                                                                                                  Michael Ende
                                                                                                  El espejo en el el espejo

viernes, 8 de octubre de 2010

Bitácora de viaje





"Todo es horrible o terriblemente bello"


Alguien alguna vez me dijo que viajar al sur era algo simbólico, yo desde que recuerdo soñé con un día tomarlo todo y caminar y caminar siempre en dirección al Sur, hoy estoy lo más al sur que he llegado, sin cruzar ninguna frontera política, pero si muchas muchas, culturales. Este es un lugar de contrastes.

lunes, 4 de octubre de 2010

Anécdotas localmente graciosas


Yo: ¿Cómo va profe?
Alguien: Mal, no entiendo ni nada
Yo: ¿Qué eligió para estudiar?
Alguien: "El diablo y yo no nos podemos entender"
Ya estoy en Chiapas, es terriblemente hermoso este lugar.

jueves, 30 de septiembre de 2010

Querencias...

No se puede querer lo que quiero en la forma en que lo quiero y de paso compartir la vida con los demás... (Rayuela, Julio Cortázar)

martes, 28 de septiembre de 2010

COSAS QUE CONTAR

Tengo el corazón en la garganta, pensaba que me había acostumbrado a las despedidas y que cada vez me dolían menos, pero hoy con mochila al hombro di una mirada, a lo que se queda, a mis cuatro moradas paredes, a ese rincón donde encontré refugio, a mis padres que tenía tanto de no verles llorar, y creo que un poco más y bajo las armas. Pero no, estoy lista y decidida a partir, yo elegí esta vida, elegí el camino, la soledad, la distancia, el polvo, la nostalgia, la no pertenencia, las noches, el humo, las fotos, los miles de no lugares, la usencia, las cicatrices ligeras y las heridas profundas.

Fui a recorrer las canteras rosas de Morelia, quizás el único lugar del que me he sentido parte por un tiempo prolongado, y me acordé mucho de Kundera, cuando habla de la nostalgia por lo que se ve, no por lo que se extraña sino por lo que se tiene, cuando vemos a alguien o algo y sentimos como se nos estruja el corazón, porque algo muy en el fondo nos indica que no volveremos a verlo o al menos no de esa manera. Algo así sentí en esta visita a Morelia, ví a los cuates, los de siempre, los entrañables, bebimos, bailamos, cantamos, lloramos, estuvimos en una azotea, nos abrazamos tan fuerte como esperando fundirnos, pero igual nos despedimos sabiendo quizás que cada vez somos menos precisamente los de siempre, que poco nos queda que permita mirarnos los ojos rabiosos y locos como en antaño.

Iván me robó una sonrisa grande, le pregunté: ¿ya tienes novia?

Él contestó: No, pero hoy me ilusioné.

Muchas más ideas en el tintero, pero muy pocos ánimos para escribirlas, se me cruzan los cables.

viernes, 17 de septiembre de 2010

Hoy


La vida no trae instrucciones, pero hoy estoy de buen ánimo para improvisar...




Una mañana nublada preciosa.

jueves, 16 de septiembre de 2010

Pan y circo


Me revienta, me encabrona, me.. bueno, me pone muy mal, toda esta efervescencia pendeja que nos vendieron alrededor del bicentenario. Somos un pueblo nulamente critico, ignorante de nuestra historia, pareciera que los héroes patrios son realmente súper héroes o santos, se nos olvidan muchas cosas; pero eso sí nos arman un circo gigante y aplaudimos como focas, nos traen a la Pau y nos arremolinamos por estar en primera fila, me molesta de sobremanera pensar en la cantidad de dinero que se gasto en todo ese festejo, mientras en el sur del país están literalmente hasta el cuello con el agua, esto sólo por poner un jemplo. Antes el dicho era al pueblo Pan y circo, triste pero parece que ahora nos conformamos  solamente  con el circo.

lunes, 13 de septiembre de 2010

La huida


La cosa es así, de repente nada encaja, todo se viene abajo y es necesario hacer las maletas e irse.  No estoy de acuerdo con la idea de que huir sea una reacción cobarde, por el contrario, creo q se necesita valor para tomar todos los demonios, temores y fantasmas arrebujarlos en una caja de cartón rotulada como "cosas valiosas" y subirlos primeros a la mudanza para no olvidarlos. Alguien alguna vez me dijo que la noche y la carretera se hicieron para huir… estoy lista, para regresar a los caminos.
La cosa es así una se muda de casa, de país y hasta de vida pero lo importante, lo valioso, lo que duele, siempre va conmigo.

viernes, 10 de septiembre de 2010

Grata (des)cotidinidad


Vengo llegando de una semana cansada pero amena en el diplomado, por lo general me toca ir a dar tutoría, pero esta vez fui únicamente como estudiante, lo cual hizo que todo fluyera de manera más agradable, tuve chance de ir por unas cervezas, presenciar pleitos absurdos, comer muy rico, dormir en una cama muy grande y acolchonada, ver a los buenos amigos de la chamba y lo mejor de todo, meter la nariz nuevamente en los libros de poesía y de poética, hacia tanto que no me sentaba toda a una tarde a eso, y lo he gozado en grande, hasta me anime a afilar el lápiz y aventurarme a escribir algo, que inmediatamente subí al blog. Es gracioso, yo reconozco que no soy buena en esas artes del lenguaje, como le leí a Alfonso Reyes "hay q saber distinguir entre el desahogo personal y la poesía, porque hasta los perros tienen necesidad de aullarle a la luna" pero es una experiencia tan agradable esa de "aullarle a la luna" se desvanece el peso por un instante al menos…
Ahora estoy ante la disyuntiva sobre el sur o el occidente, me he vuelto pusilánime.

martes, 7 de septiembre de 2010

Cinco fases del espejo


I
Aferrándome a la última bocanada
empuñando el corazón
descalza, como siempre he estado:
Persigo la sombra  y me dejo ir
II
Paladeo el sabor  de tierras ya masticadas
invoco la presencia de todos  los q se han marchado:
me pienso.
III
Soy ese reloj de arena, al que tantas veces has dado vuelta.
un sur  perpetuo, un norte extremo
brújula  de agua.
navío encendido.
Soy  esta  tarde y soy tormenta.
Monstruo con corazón y escamas.
Espasmo de moribundo lascivo  
Mediocre entendimiento
Soy la memoria  enferma de la senil humanidad
Hipócrita intelectualidad
Gusano de anillos  opacos.
IV
Las larvas de mi cuerpo oxidan los sueños
Murmuro plegarias ha dioses  bizarros
Me desangro en el barro imperfecto  q me ha creado.
V
Las huellas se  borraran con la siguiente ola
Da inicio el final
El rito concluye
Caen las mascaras
Desnuda
Cansada
Ahora sólo espero.

jueves, 2 de septiembre de 2010


Otra vez me quedé con la palabras en las yemas de los dedos, quería escribir una carta enorme, repleta de suplicas y aclaraciones, pero no pude, no sé, aún ahora no sé, si fue por dignidad o por cobardía que no lo hice. Nuevamente te vi tomar tus cosas, fue como despedirme dos veces, escuchar tu voz susurrándome al oído: "hay q arrancarse el corazón de un solo tajo" Desafortunadamente, no es mi estilo, escarbo un poco cada día, un tanto más por las noches, ahí va, cada vez es menos lo q falta…

domingo, 29 de agosto de 2010

Sin más


…él rompió un cristal amenazándome con una punta. Yo me he ido, no estoy más.

miércoles, 18 de agosto de 2010

Fotos y creencias



Viendo fotos de las redes sociales, me encontré un par de imágenes de uno de los últimos congresos que fui como estudiante, en una de esas fotos esta un viejo compañero de esos vuelos, con su barba desalineada y esa camisa a cuadros que siempre acostumbraba como saco, el sombrero esta sobre la mesa y en sus manos sostiene alguna ponencia de poética seguramente. Verlo ahí, atrapado en el tiempo, congelado con esa mirada penetrante y alterada, me estremeció de pies a cabeza, no es que haya pasado tanto tiempo, no es que ahora seamos otros, pero como nota al margen se leía una frase que sonaba más a un reclamo que a una descripción de ese pedazo de vida celosamente atrapado: "al menos yo si creía en lo que decía" .

¿En qué momento dejamos de creer?

Por muchos días me han rondado como fantasmas las palabras pero sigo sin poder escribir.

miércoles, 4 de agosto de 2010

Tele más tele


Es cierto que la televisión es una caja idiota, pero debo confesar que si bien nunca he sido adicta a ella (desde la infancia mi madre fue muy estricta, una hora de tele al día), siempre he gustado de embotarme un rato mirando el televisor, y no, no es que vea discovery chanel, ni animal planet, mucho menos el history (detesto los documentales lentos y más aún a los tipos buena onda que viven aventuras en la selva), no, en realidad me gusta la televisión basura, las series gringas que resaltan la banalidad de esa parte del mundo, las caricaturas acidas y satíricas, los Simpsons y los programas policiacos que son tan inverosímiles como absurdos.
Lamentablemente mi condición económica me ha dejado sin televisión por cable, así que me he conformado con los canales que la pobre señal de la antena aérea puede proporcionar, con la atenuante de que en provincia se limitan a tv azteca y Televisa.
En esa limitada opción de cosas por ver, hoy mientras haraganeaba después de cumplir con mis deberes, encendí la caja idiota y me dispuse a perder un par de horas de mi vida, con alguna serie mal doblada o algún capitulo repetido de Bob esponja, pero para mí infortunio el canal 5 tenía interferencia y las series comienzan hasta después de las 8, así que mis opciones se reducían, y ya sin hacerme del rogar opte por la señora Laura Bozo y su talk show, ahora en México.
Siempre me han parecido graciosos los nombres que le dan a los programas , el de día de hoy era "quiero confesarle a mi madre que trabajo en un bar", y cada vez que la peruana lo decía ponían una musiquita malosa, para que a todos nos quedara claro que trabajar en un bar es malo, lo patéticamente divertido es ver la caricatura que hacen en ese programa de la moral de los mexicanos; decía la señorita Laura "que pase el perro mal nacido que la embarazó" y después de un rato el pobre perro mal nacido dijo algo como es que el niño es de otro güey, entonces la seño Laura se puso tan iracunda que casi le explotaba la cara y dijo algo como: "a no palabrotas en mi set no, estamos en horario familiar".
Puf hasta ahí todo divertido, triste pero lejano, como parte de un universo paralelo, hasta que atravieso la calle para comprar algo en la tienda y escucho la profunda reflexión de la tendera, que no pierde detalle de su caja idiota: " No cabe duda, que bueno que esa señora está en México, tan buena que es, ha ayudado a tanta gente, apoco no?" Una serie de respuestas pasaron por mi cabeza: "Es usted imbecil?" fue la que gano entre las demás, pero me limite a poner cara de espanto, tomar mi cambio y salir corriendo de la tienda.
Increíble pero cierto, primero hay quien cree que todo ese circo televisivo es real y segundo y más repulsivo asimilan como absolutos los pendejos patrones morales que vende esa mujer.
Apagué mi tele y di gracias a mi madre que odiaba la televisión y nunca me dejo caer en las garras de la educación por telenovela.

lunes, 2 de agosto de 2010

Viendo tele escuché

"mejor escribir para ti mismo y no tener público, que escribir para el público y no tenerte a ti mismo"

jueves, 29 de julio de 2010

Unas horas para los 27


¿Qué es este vuelo entre la vida y su ser?
¿este temblor como un sombrero gris?
¿este cielo que se abre como fierro
candente en su batalla
a punto de morir?
Juan Gelman
Has cambiado de piel tantas veces, que ya has perdido la cuenta. Esta noche lo sabes, vendrá él con su cuenta exacta y su reloj de arena, es momento de hacer balance de otro año; poco tienes en las manos y nada en los bolsillos, renunciaste a todo cuanto pudiera parecer estable a cambio de poder sentir. Pues bien, aquí estas, con miles de cicatrices, como trofeos de guerra grabados en la piel, es cierto no has terminado por entender cómo es que funciona el mundo y sigues tropezando, pero cada vez es más amplio el horizonte, cada silencio  más profundo y más limpia la mirada. No tienes miedo, con paso firme te aproximas al ajuste de cuentas, no importan los saldos, lo interesante es el camino.

lunes, 12 de julio de 2010

Kitchen


Una dulce melancolía me ronda desde que cerré el libro, es cómo si encontrara fragmentos de sus líneas al mirarme las manos, y es tan extraño este sentimiento de sentir que gozo cuando en realidad es una tristeza tenue la que se va acomodando en mis huesos. Siento como se esfuman las ideas, que muy hábilmente describió Yoshimoto, dando paso a un sentir sin límites, es como un limbo, donde Tokio esta a la vuelta de la esquina y los olores de la cocina se mezclan con la feminidad recuperada de Eriko, es el lugar donde Yuichi sueña que Mikage le cocina y beben té en vasos amarillos. Me gustan estos libros, los que dejan su atmosfera impregnada en todos lados por mucho tiempo después de leerlos.
Alguna vez en uno de esos cafecitos del jardín de las rosas, platicaba ociosamente con un buen amigo, sobre lo predecible de las historias que contamos, él argumentaba que era complicado buscar autenticidad en los temas de escritura, enumeraba varios y terminaba reduciéndolos a cuatro: el amor, la soledad, la locura y la muerte. Él decía que todo terminaba por ocuparse de ellos, un cuento de terror, una novela policiaca, un guión teatral, todas las tramas del mundo tienen como centro una de estas ideas. Yo fui disidente de su teoría, no recuerdo ahora el ejemplo ni los argumentos, pero de alguna manera concluíamos que si bien las tramas siempre eran las mismas, el reto para la creatividad eran las formas, el cómo se abordaran esas tramas.
Todo esto viene a mi reciente enamoramiento de Kitchen, donde los temas centrales son el amor, la muerte y la soledad, puntos desgastados hasta las cachas, lugares comunes dirían los que saben. Pero es tan excelsa su forma de tratarlos, es tan fina su pluma para dibujar en sus personajes las sonrisas amargas más exactas, que uno puede degustarlas lo mismo que ellos hacen con sus platos japoneses. Es tan humana la resignación dolorosa de la falta del otro, y tan sincera la búsqueda de sí mismo en una pérdida total de sentido.
Es una novela muy breve, de esas que me atemorizan porque comienzo a sentir que ya no tendré más páginas para seguir leyendo, pero que ha sido justa en extensión para rondarme como aroma embriagante que trastorna mi realidad.

jueves, 8 de julio de 2010

Idea fugaz


Últimamente no me gusta nada de lo que escribo, todo está plagado de lugares comunes y una queja absurda y monótona que me tiene cansada.

domingo, 27 de junio de 2010

viaje

Que el destino me pruebe en este viaje absurdo



yo probare en él mi suerte...

sábado, 19 de junio de 2010

Una breve tristeza


De vez en cuando el mundo se ensaña conmigo, sus dientes de metal trituran mis ideas, y cuando menos lo espero me azota contra las paredes una y otra vez. Resuenan en mi cabeza como letanía los versos de aquel poema de Pessoa "Estoy vencido como si supiera la verdad". Peor es estar vencida antes de saberla, atemorizarse a unos pasos de quitar el el último velo.
Mejor Pessoa, quién sino él, puede hablar y entender mis tristezas.
Hoy estoy vencido, como si supiera la verdad.
Hoy estoy lúcido, como si estuviese a punto de morirme
y no tuviese otra fraternidad con las cosas
que una despedida, volviéndose esta casa y este lado de la calle
la fila de vagones de un tren, y una partida pintada
desde dentro de mi cabeza,
y una sacudida de mis nervios y un crujir de huesos a la ida.

jueves, 10 de junio de 2010

A un día del mundial


Me revienta el futbol, dice mi padre que nací corta de espíritu, yo no lo creo sólo me parece completamente irracional el revuelo que causa tal acontecimiento. Veía en las noticias de la mañana a un reportero regordete y  con aspecto bonachón  que decía muy emocionado: se suspenderán clases, se instalaran pantallas por todos lados, toda la atención estará puesta en el mundial para encontrar a los mejores del mundo… creo que esta frase de cierre fue lo que más hizo que se me crispara la piel, no sé si de coraje o de indignación. Después de eso, otra nota sobre los miles de creyentes que fueron de rodillas a pedirle a un bulto de yeso milagroso, porque México gané el primer partido, aah! Mi pobre hígado se retorció, más estúpido no puede ser el proceder de esta gente. Y para terminar el noticiero los miles de mexicanos en Sudáfrica embriagándose y pre celebrando el triunfo de la selección. Me enoja, me pone mal y sólo pensar que me espera un mes entero de enajenación total y sólo futbol, me aferro a la misantropía y  decido a encerrarme el mes entero, cosas más relevantes hay en este planeta, asuntos más apremiantes en este país, dramas personales más importantes… Alguien me hablara de las implicaciones sociales, culturales, económicas y demás que hay en todo esto, yo no las paso por alto, las tengo en cuenta, pero eso no aminora mi desagrado ante el olvido y la gran nube de humo que permitimos sea este magno evento, es como si se parara el tiempo y chingue a su madre todo, que se pudran las especies  por el derrame de petroleo, mañana juega México y lo demás vale un cheto (sólo por citar  un ejemplo). Sí, si es un mega berrinche el que estoy haciendo, pero por eso es mi blog y entonces puedo hacer todos los berrinches que quiera, estoy dispuesta a no hablar ni con mi padre si es futbol el tema.

viernes, 4 de junio de 2010

Diluyéndome


Comienzas a diluirte en el llanto de las tres vidas que preceden al último estallido, todo va perdiendo color, se deslavan las ideas, se pierde el sentido en ese mar de lágrimas fermentadas que celosamente guardabas con el afán de no perder la memoria. Tus únicas pertenencias han sido desde siempre, una oscura noche inscrita en la mirada y ese cumulo de interminables historias que una a una sin que puedas hacer nada desaparecen, se pierden ante un par de ojos maliciosos que disfrutan mirando tu declive, que esperaron pacientes el momento de verte caer. Pero tú ya no eres capaz de sentir nada, has quedado reducida a lo que de ti esos ojos conserven, no los odias por regodearse en tu fracaso, no los amas porque nunca supiste como hacerlo, ya no eres más tú en ti, ya no son tus manos, ni tu voluntad, ni tu noche en la mirada, ya no eres tú quien escribe , ya no eres tú la que habla, terminaste por diluirte en el néctar amargo de las tristezas pasadas...

martes, 1 de junio de 2010

Sobre feminismos antifeminismos y cosas peores


   Nunca he sido una mujer muy conforme con esos asuntos de la feminidad, creo q mas q aceptación la mía ha sido resignación, nací sexuada como fémina, con todas las implicaciones culturales que eso implica. Crecí en una familia conservadora pero no retrograda, siempre he gozado de total libertad para decidir y hacer, nunca se me ha reprimido, denigrado o limitado por esta razón; pese a ello siempre he pensado que los varones tienen una vida menos complicada y más divertida. Conforme fui creciendo rompí todos los roles que me fue posible, me di el lujo de declararme feminista y pelear por unos derechos que a mí nunca me fueron negados, participé de manera activa en una lucha absurda de un feminismo mal entendido contra los varones, ser como ellos, vivir como ellos, pensando que eso resarciría siglos de historia y daría el lugar que merecen a todas las mujeres del mundo.
   Después sin saber cómo, me vi envuelta en una relación codependiente llena de violencia, de la que salí no muy bien parada, di al traste a todo mi discurso y me di cuenta que si me había pasado fue por pendeja, no por cuestiones de educación, ni de oportunidades, ni de nada de eso; fueron mis decisiones las que me llevaron ahí y mis decisiones también me permitieron salir, entonces me volví antifeminista, y me llené la boca diciendo que todas nos damos o nos negamos el derecho de estar bien, nadie más. Hablé del feminismo como un discurso obsoleto y gastado.
   En otro giro de la vida, fui a vivir a una comunidad de la sierra de Michoacán, y ahí nuevamente mi esquema se trastocó completamente. La primera tarde en la comunidad, fui a jugar futbol, con las chicas; la cancha se dividía en dos partes: de un lado jugaban las mujeres y del otro los varones. No soy muy buena jugando nada, pero me resultaba divertido y una buena forma de integrarme a la comunidad, todo iba bien, hasta que el balón paso al otro lado de la cancha y una de las chicas fue por él, apenas lo había agarrado, cuando su padre la tomó por los cabellos y le dio dos patadas, mientras la insultaba y la acusaba de andar de "pinche loca", ella lloraba y gritaba q no estaba haciendo nada malo, yo me acerqué tan rápido como pude intentando intervenir, pero el hombre ese, tuvo a bien ponerme por enterada q las cosas ahí eran así y que era yo quien tenía q adaptarme a ellas si no quería tener problemas. En ese momento, me di cuenta de muchas cosas, primera y más importante hay una realidad latente en este país al menos, q se aleja completamente de la nuestra,  gente con costumbres primitivas, lugares donde ser mujer si es una cuestión complicada, lugares donde no saben que es ser feminista, pero es ahí donde más falta hace no un discurso feminista malentendido, sino programas integrales de educación y no sólo para mujeres sino para la población en general, hago esta acotación, porque después me di cuenta que los chicos son obligados desde muy corta edad, a demostrar su hombría con actos que atentan contra su integridad como seres humanos.  Esa fue mi bandera mucho tiempo, una educación voluntaria  y orientada a restituir el valor humano a las personas.
   Hace unos días, cuando las luces de todo el fraccionamiento ya estaban apagadas, salí a fumar al patio de atrás de la casa de mis padres, normalmente lo hago buscando la tranquilidad del silencio que da ese lugar, pero ese día no era precisamente un silencio apacible lo q se escuchaba, en la casa vecina se escuchaba el llanto desesperado de una mujer, los gritos histéricos de un hombre, cosas q se rompían por todos lados y un vagido angustiante. Entré corriendo a la casa, le dije a mi papá lo q pasaba, mi papá me dijo "eso es de todos los días",  fuera de mi lo cuestione que si no habían hecho algo, mi papá contesto: muchas veces, le hablamos a la policía, vienen se lo llevan, como ella no denuncia, no pueden hacer nada, sale y otra vez lo mismo.
Todo eso me hace saltar a una postura más radical aún, la necesidad de reformar las leyes, para q los agresores puedan ser procesados aunque las mujeres no denuncien, que se declare a esas mujeres incapacitadas por ese momento y se les brinde apoyo, para des – educarlas y reeducarlas, que se saquen los infantes de esos lugares para evitar la repetición de patrones, q los agresores reciban también apoyo sicológico, pero todo no con carácter de voluntario, sino como obligación. Sí suena a dictador, pero a veces creo q sólo así podemos parar ciertos canceres sociales con un historial cultural tan nutrido.

jueves, 27 de mayo de 2010

Reflexiones sobre viejos textos


Hablar  es  violentar el espacio de los demás,
  es deshonesto, es intentar convencer al otro.
Merlina Maga (mayo 2005)


Hace algunos años, escribía sobre la violencia que se ejerce sobre los otros con el golpe de las palabras que rompen el silencio, ahora lo pienso y creo q era bastante radical la postura, no todas las palabras violentan, también hay las que dan alivio, las que se esperan ansiosamente, las que nunca llegan, las que duelen, las necesarias, las que sobran, las que faltan, las que se dicen, las que se escriben, las que se leen entre líneas, las que conmueven, las que molestan, las que mueven mundos…
Creo que el problema ya no son las palabras, creo que aprendí a vivir con ellas, a escucharlas a leerlas, adivinarlas, amarlas, a suponer con ellas circunstancias, a construir y deconstruir realidades a partir de ellas, a sentirlas como manos suplicantes reptando por el cuerpo para volverse completamente sensitivas, a desnudarlas para que sean mías y abandonarlas cuando no me pertenecen, a buscarme entre las vocales a jugar con las consonantes, a dotar de sentido a perderlo y reinventarlo.
Sigo prefiriendo la palabra que se plasma al golpe del teclado, que las que se emiten como sonido, me gusta más el discurso en el que se ha reparado más de una vez, que el que se dice mecánicamente, disfruto de leer como los otros proyectan ese golpe que viene desde dentro, que los hace verterse que refleja un yo más honesto que el que habla, que aún en el afán mentiroso de la ornamenta literaria, devela ese otro que siente y piensa, que lo divide.







lunes, 24 de mayo de 2010

El loco





Todas las tardes acostumbraba pasar de regreso a casa por el mismo lugar, ya me eran familiares las casas, los negocios, mecánicamente subía o bajaba a las banquetas, podía hacer el recorrido con los ojos cerrados y estar segura en donde me encontraría al momento de parar, una rutina, aburrida pero agradable. Tres cuadras antes de doblar para entrar a la unidad donde estaba mi casa, había un loco que extendía la mano sin decir nada, algunos dejaban caer sobre su palma unas monedas, otros cambiaban de acera rápidamente, poniendo cara de susto, la mayoría le ignoraba.   Su  olor y su apariencia para nada gratos, hacían nauseabundo verle rascándose la cabeza y masticando algún mendrugo que sacaba de su bolsillo.  
Nadie sabía a ciencia cierta de donde había venido,  un día apareció en esa banqueta y por más que los vecinos intentaron echarle, volvía como espectro cada noche.    Algunas veces se enfrento apaciblemente a  tipos uniformados que  a jalones y con malos tratos le pedían se alejara del  lugar,  el loco sin poner resistencia, tomaba sus bolsas y costales, mientras se alejaba por unos minutos repitiendo frenéticamente  la palabra "olvidar".
Los vecinos desistieron de  alejarle, de cualquier forma  en esa casa no habitaba desde hace bastante tiempo nadie,  y el loco pese a su mala apariencia nunca había agredido a nadie.
Una tarde, siguiendo el rutinario camino que me conduce a casa, me percaté de que el loco había abandonado la banqueta, al principio no le di mayor importancia, pero   la curiosidad fue creciendo con los días, así que provechando  que   el dependiente de la tienda cercana era un tipo parlanchín y amable, entré a comprar cigarros y como quién no quiere y sí, como quien dice qué hora es, me aventuré a preguntarle por el loco.
– aahh usted pregunta por Don David-  contesto el tendero mientras me extendía mi cambio- pues sí hace bastante q no se ha parado por aquí, desde la noche del escándalo, sí, es q usted no sabe señorita, ese hombre estaba loco,  dicen  las malas lenguas que enloqueció    por el abandono de su mujer. Pero eso dicen a mi no me crea.
-¿ El escándalo?  ¿A qué escándalo se refiere usted? – pregunte ya  intrigada por el asunto.
-         Pues  fue  la noche de la tormenta, doña marta la viuda de Alfonso,  le ofreció su cochera para q se resguardara de la tremenda granizada; parecía que se nos caía el cielo. Total que  don David,  no  quiso  entrar, y doña Marta  muy acomedida, le dio un impermeable y   bolsas para que tapara sus triques.  Quien sabe que habrá pensado este loco pervertido,  porque cuando  Martita le extendió la mano con los  plásticos, este mal agradecido la sujetó con los diente y  la    mordió, cual perro con rabia. La  pobre mujer, gritaba desesperada   y el ingrato que ya no la mordía pero  no le soltaba la mano, no paraba de  gritar "Estela" "Estela",   los vecinos pese al aguacero salimos en auxilio de la pobre viuda,   que sollozante sólo maldecía.  Mi mujer la acompaño a su casa  y le limpio la herida, mientras el resto  tranquilizábamos al loco,  pensamos en llamar a la policía pero con tremenda tormenta  la línea de teléfono estaba fuera de uso, así que  lo atamos al barandal de  la casa,  para en cuanto amaneciera dar parte a las autoridades, el viejo Jacobo, que andaba en querencias con la viuda se ofreció a cuidarlo  durante la noche.  Pero al despertar  y salir con un cafecito para  don Jacobo, la sorpresa fue ver q el loco ya  no estaba, fuimos a la casa de Jacobo a ver q había pasado,  pero yo creo q eso de la locura ha de ser  contagioso, porque nos contó una  historia  tan descabellada, sobre girasoles de color marrón y mujeres q se aparecen las noches de tormenta…  Hay  pobre de Jacobo, desde ese día no sale de casa, mi mujer  le lleva cada viernes sus cigarros, pan, agua y pues algo para que coma, pero dice que cada día está peor, ahora él es el que solo murmura juntito a la pared "olvidar".    Pues así es seño, las cosas q pasan en este  barrio y de don David  pues ni el polvo.
-   Y donde es que vive el señor Jacobo- pregunté, arriesgandome a ser imprudente.
-         En  el portón negro, el que está junto a la casa  azul.  Pero tenga cuidado seño, no sea q se le contagie la locura a usted también.  Yo por eso dejo a mi mujer a condición de que  se envuelva bien en el rebozo y no  tenga ningún tipo de contacto  físico con Jacobo, si no fuera porque uno es retebuena gente lo dejábamos  morir por loco.
Agradecí   los cigarrillos y sonreí  por la historia,  salí de la tienda con gran tentación de visitar al tal Jacobo, la historia podría ser interesante, quizás sólo era el morbo, de ver que tan cierto era aquel relato del tendero,   no tenía mucho que perder, aún era temprano y  lo peor q podría pasar es que el viejo se negara a hablar con una desconocida, en ese caso me iría a casa y fin del tema.
  Así que atravesé la calle, toque el timbre y espere, pero no ocurría nada,  entonces me recargue levemente sobre la puerta y me di cuenta de que estaba abierta, dude unos momentos antes de  entrar, pero la curiosidad pudo más que  los razonamientos y las buenas costumbres. 
-Buenas tardes- grite mientras me asomaba por las ventanas llenas de polvo, nadie contestó.
-buenas tardes- volví a gritar  mientras me acercaba a la puerta que conducía al  interior,  la abrí sin dificultad y comencé cautelosamente una inspección del sitio, no había nada extraño en ese lugar, una casa desordenada y empolvada, como cualquier casa de un viejo que vive solo,  me adentré en ella. De pronto, comencé a sentir una mirada que seguía uno a uno mis movimientos, y el pánico me invadió; recordé lo que en algún lugar había leído sobre las personas que pierden la razón y que al sentirse invadidas en su espacio  la dosis de adrenalina que sube a su cerebro es mayor y las vuelve peligrosas.  El ruido de  un encendedor  me hizo  ubicar el  sitio de donde provenía la mirada,  poco a poco gire sobre mis talones y me encontré con  ella, la mirada provenía de  un viejo canoso y desalineado, con apariencia socarrona, que fumaba sin  apartar sus ojos de mi.
-Buenas tardes- dije sin saber si extender la mano o explicar porque estaba allanando su hogar. 
El viejo gruño y sonrió de forma  extraña, no  pude saber si era amabilidad o burla.
  –No se asuste, que no soy peligroso- me dijo con una voz muy suave, mientras cruzaba la pierna y  extendía la mano ofreciendo que me sentara.
Me senté en el sillón frente al suyo y  sin poder decir nada, respire con un poco de alivio. Antes de que  pudiera hilar mis ideas, para explicarle los motivos de mi visita el comenzó  la charla.
-Sí, yo lo ayude, y dígame loco como todos en este barrio,  pero David no estaba loco,  y yo tampoco, me gusta hacerle al loco, porque es divertido, ver como Marta pasa y se persigna en la puerta de mi casa, o  ver a Eduviges como mujer abgana toda envuelta en el rebozo, cuando me trae comida.
- y  por qué no sale de aquí, es qué no se aburre?- Pregunté sin darme cuenta de lo absurdo de mi pregunta.
-Estoy cansado,  ahora sólo espero, espero que David encuentre a Estela y que la muerte me encuentre a mi, soy viejo y estoy cansado. Sólo me queda esperar. Alguna vez el mundo fue mío, hoy nada me pertenece, pero fui necio, necio como solo  un viejo puede serlo, hasta que esa noche David "el loco"  me hizo consciente de mi  necedad,  le digo él no está loco.  Los locos somos nosotros, los necios, los que nos aferramos a  este devenir, y vivimos tan muertos, tan cuerdos, como si nada pasara, como si el aferrarse a esta vida tuviera sentido.  Todos sufrimos perdidas, pero nos resignamos, les lloramos, nos amargamos, y asimilamos lo q venga después, la cosa no es tan mala.  Pero él   no, David no asimilo la perdida, ni se amargo, ni pensó que esto no era tan malo, él sufrió la pérdida de algo que nunca es nuestro. Yo no lo juzgo por eso, con amores tan grandes poco se puede- el viejo hizo una pausa, sin apartar su mirada,  me ofreció un cigarrillo y se acerco para encenderlo.
Todo esto resultaba tan extraño, ahí estaba yo fumando  en  la polvosa sala  de un desconocido con fama de loco  y escuchando  sobre los amoríos de un vagabundo.
-Él la encontró  un día de tormenta – prosiguió el viejo- estaba  empapada y temblando  de frío, como un animalito, justo afuera de la casa donde lo amarramos, la chica tenía un girasol en sus manos y sollozaba inconsolable; David  que por aquéllos años trabajaba en la oficina de correos,  pasaba todas las  madrugadas  por esta calle para llegar hasta la  oficina postal, se conmovió de ver a tan indefensa criatura temblando bajo la tormenta, la ayudo a ponerse en pie y se  percato que  la mujer tenía herida la palma de la mano izquierda, la sangre de la herida  había cubierto la flor de un color marrón, David quiso saber su nombre  o como poder  ayudarla, pero la mujer sin soltar  el girasol, se aferro a su cuello y murmuraba en su  oído "olvidar" "olvidar",  él  tocó el timbre de la casa  donde la mujer lloraba, pero esa casa  desde hace  muchos, muchos años esta deshabitada;  así que como todo un caballero, le ofreció su chaqueta y  decidió volver a su casa con ella.   Le preparo algo caliente y le ofreció su cama,  le dijo que podía quedarse, cubrió su herida con  gasas y salió a trabajar.   Al  volver a casa compro  un poco de pan,   y se preguntaba si la enigmática mujer aún estaría ahí.   Al abrir la puerta se encontró con la chica recargada en la pared murmurando ya casi sin aliento la misma palabra que le murmuro a  él: "olvidar",  mordía desesperadamente la palma de su mano;  David le retiro de la frente los cabellos que caían como cascada  de obsidiana sobre su cara,  ella  se puso en pie y  sin decir nada  lo sujetó y le invitó a bailar,  bailaron sin más  música que un tararear monótono  y  sumergidos en un  letargo mágico.
-Ella no hablaba?-  pregunte  desconcertada ante el relato.
-Las palabras no hacen falta- dijo el viejo con gesto apacible-  dos seres como ellos, no necesitaron  nunca hablar  para  poder  sentir o saber que el mundo  había parado para que ellos bailaran,  Estela, que fue el nombre que él  otorgó a la chica, enseñó a David  lo magnifico  del silencio y  lo absurdo de las palabras cuando se ama,  fue como si ambos  hubieran renunciado a su historia personal, para escribir una nueva. Él seguía  trabajando en la  oficina de correos, cada madrugada abandonaba  la casa  sin hacer ruido para no despertar a Estela,   regresaba cada noche  y la encontraba  en la misma pared, con la herida de la mano sangrando  por lo insistente de sus dientes, pero sus ojos se iluminaban al verlo entrar con la bolsa de pan y  los brazos extendidos para seguir bailando en esa irrealidad. Fueron felices,  David comenzó a olvidar  los  nombres de las cosas,  comenzó  a  entrar al mundo de Estela, donde   las únicas palabras validas se decían  con la mirada y  el suave balanceo de los cuerpos al bailar.
El viejo me miro, tenía la boca abierta y los ojos como platos, me parecía increíble lo que me decía, pero hermoso, así que se sonrío de manera socarrona y continuó hablando.
-Pero ha  de saber señorita que este mundo no es para  seres como ellos.  David   sumergido en el  letargo que le proporcionaban los brazos de Estela, dejo de cumplir con los requisitos mínimos para la subsistencia,  lo echaron  de la oficina de correos, dándole una indemnización   justa  por sus años de servicio.  Con esto sobrevivieron hasta el día  que  los arrancaron a uno del otro.
-¿quién los arranco?  ¿Porqué?-  pregunte ya sin poder ocultar el gran interés que me provocaba ese descabellado realato .
- el destino, un dios cruel, la sociedad que no entendió-decía el viejo , bajando por primera vez la mirada y sacudiendo la cabeza de forma negativa, era como si realmente sintiera la historia.-el hombre es cruel, es envidioso  y no soporta ver a dos criaturas entregadas a la felicidad de su naturaleza, los vecinos de David  dieron aviso a las autoridades, disfrazando sus malas intenciones de preocupación, una mañana  mientras David  y Estela desayunaban entre fluidos y gemidos,  la puerta de la casa se abrió con violencia y unos tipos  uniformados   partieron  por la mitad ese gran corazón del que ahora latían los dos, David corrió tras ellos gritando el nombre de su complemento, ella tomó su mano  con los dientes hasta hacerla sangrar.
-Pero porqué se la llevaron, no estaban haciendo nada malo- cuestioné arqueando las cejas  y  sin poder evitar   la necesidad de seguir escuchando.
-Pues no, ellos no hacían nada malo, ni le hacían mal a nadie- explicó el viejo don Jacobo- pero como le digo la  gente es mala, resulta que Estela era hija de un  tal señor Díaz,  y  tenían ya bastante tiempo buscándola,  porque la chamaca se escapó de un hospital psiquiátrico,  por eso fue que vino a parar a la casa del barandal la noche que David la encontró.
-Y después que paso?- presione al viejo sin  ocultar la intriga.
-Pues ocurrió que David  sin poder desprenderse de Estela  y habiendo  olvidado cómo era vivir en el  mundo de los "cuerdos" se dedico por un tiempo a cultivar en el pequeño jardín de su casa  girasoles, para sentir la presencia de su amada, todas las noches los roseaba con sangre q hacia brotar de las palmas de sus manos.  Por las mañanas salía a buscarla,   mostraba a los extraños esa herida que aún sangraba en su mano izquierda, con la esperanza de que  pudieran verla y la identificaran con la de  Estela, pero nada, Ella no aparecía,  David ya sin dinero y sin poder hablar, dejo su casa y su jardín de girasoles  marrón, para venir a  la banqueta donde la encontró, con la esperanza de  verla regresar.
-Y porqué ataco a Marta, porqué le contó a usted su historia? Porqué me la cuenta usted a mí?- no entendía muchas cosas,  para empezar no entendía q rayos  hacia yo ahí,  que  morbo extraño me llevo a ese  interrogatorio, que  necesidad llevo al viejo a contar la  historia a una completa desconocida.
- David no ataco a  Marta, solo la confundió con su Estela, el día  de la tormenta, él  pensó ver en las manos de Marta las de Estela,  y pretendió verlas sangrar como lo hacían las de ella;  cuando   nosotros le atacamos y lo atamos para evitar   le hiciera daño a alguien,  en un momento de "cordura" David comenzó a repasar esta historia que  yo acabo de contarle,  me mostró   las  heridas en sus manos  y los  restos del primer girasol marrón, el que traía consigo Estela la noche que la encontró.  Yo no pude menos que avergonzarme ante mi  lucidez,  envidié por un momento a aquel desdichado loco, porque pese a todo conocía  mejor que cualquiera de nosotros lo que es la angustia de amar, extrañar  y esperar,  pero lo mejor de todo era pensar que ese loco fue feliz, plenamente  por un breve tiempo, pero plenamente, eso es algo que  yo nunca pude experimentar.
Don Jacobo guardo silencio y murmuraba olvidar, olvidar, - ¿Porqué me cuenta todo esto a mi?- retiteré la pregunta para sacarlo del letargo en el que parecía haberse sumido.
-¿Qué porque se lo cuento a usted?   Es sencillo,  usted no me conoce  y yo no la conozco, sabía que preguntaría por el loco,   porque eso  hacen todos los que  me visitan, pero no, usted no pregunto nada.  Quizás por eso  mereció que le contara la historia.   Pero ahora le  pido señorita que se marche, que   como le dije al incendiar las primeras palabras,  tengo q seguir en mi espera,  espero que David encuentre a Estela,  espero que la muerte me encuentre a mi y  ahora mismo espero  a que usted se valla.-  El viejo se  levanto  de su sillón,  se  tiro en el suelo  y recargándose a la pared comenzó a   murmurar "olvidar"…
Salí de la casa de don Jacobo, con  un  halo de incredulidad, pensaba en volver al día siguiente, para  interrogar nuevamente al viejo, pero los días posteriores la puerta no se abrió.   La  intriga me hizo volver a la tienda,   pedí cigarros, y nuevamente como quien no quiere, pregunté que había sido de Don Jacobo.   El tendero me   comunicó,   que  Eduvijes, lo había encontrado, días atrás muerto, junto a la misma pared, con las palmas de las manos reventadas y la sonrisa placida de quien nada teme.  Agradecí  por  la atención y la respuesta,  mire el barandal   e imagine a David y  a Estela, después  observe  el portón negro  y  pude ver  la imagen del viejo Jacobo   recibiendo la dulce muerte… cerré los ojos y  sólo pude pensar… olvidar.





jueves, 20 de mayo de 2010

Desesperanzas III


Hace frío sin ti, pero se vive
Roque Dalton
Pienso sin saber que siento, me miento si digo que no duele -de los engaños el menor-, no sé si lo entiendas, no quiero que me creas, no espero que me esperes. Hace tiempo que mi imagen se fue transfigurando en tu mirada, tanto, que ya no es mi rostro el que ves, ni mi piel la que deseas. Poco a poco me volviste un ser mítico de piedra, una hermosa construcción en tu cabeza, me dotaste de la belleza más excelsa, diste a mis ojos la luz de todas las estrellas, le cediste al olvido mis defectos y pusiste en mis labios tus palabras. Por un momento parecía sencillo ser arcilla, dejarme moldear, reinventar, crear ¿Por qué no? Si yo no había sabido hacerlo, tal vez tú tendrías la fórmula perfecta y de inicio parecía que sabias todas las respuestas.
No soy musa, no eres demiurgo, no somos…

miércoles, 19 de mayo de 2010

Los finales no felices


"Hubiera querido penetrar en tu pasado
murmurando frases que hacen llorar a los muertos
y encantar a las fieras encerradas en tu corazón"
Alejandro Jodorowsky
Si alguien me hubiera preguntado, yo hubiera contestado con palabras prohibidas "siempre" ó "nunca" pese a que desde la última vez me prohibí estrictamente pronunciarlas, sabiendo que su concepto se ata como soga al cuello y cuando intentas alejarte te deja colgado en mitad del vacío, sin aliento sin vida, sin nada. Es bueno que ya nadie pregunte, así es más sencillo sólo volver a pasar y que los que ya de siempre vaticinaban este desenlace, puedan regocijarse en su triste acierto: No pudimos.
Me habría gustado mirarte de nuevo, murmurarte las palabras exactas al oído y quedarme ahí, por mucho tiempo.
Me perdí, hace muchas líneas atrás, miles de líneas atrás me perdí y lo más triste es que esta vez ya no quiero buscárteme.

lunes, 17 de mayo de 2010

Los finales felices…


   Nunca me han gustado los finales felices, me parecen irreales, una burla para los lectores, atentar con cualquier ápice de inteligencia humana, a lo mejor soy muy dura. Recuerdo cuando era joven, bueno, más joven, digamos infante, mi tía Lidia era adicta a las novelitas de puesto de periódicos Jazmín, novelas con corazón, o las novelas que venían en Vanidades, todas escritas por Corín Tellado, yo de repente me leí un par de ellas, a escondidas claro está, porque tenían un "alto contenido erótico" no apto para una niña, la verdad es que era atractivo leerlas solo porque me eran prohibidas, pero en realidad resultaba de lo más aburrido, pues después de leer la primera ya tenía el esquema, la fórmula mágica, para saber cómo terminarían todas.
    Hace algún tiempo tuve un altercado con un polígono amoroso y digo polígono, porque a veces sólo era un triángulo pero de repente ya no sabía cuántos lados tenía la cosa esa, pero no es eso lo que me ocupa por ahora, sino la emblemática personalidad de una de las participantes en la trama de esa historia, era una mujer si no digamos guapa por lo menos con dos ojos, dos piernas, veinte dedos, una boca, de más o menos mi edad, en fin, digamos una chica normal promedio, dentro de esa normalidad algo muy enfermo  desde mi perspectiva se escondía, tuve oportunidad de hablar un par de veces con ella, y las dos ocasiones me sentí en medio de una telenovela de Televisa, sus diálogos eran del tipo: Ese hombre es mío y nadie me lo puede quitar, Me voy a vengar y pagaran con sangre malnacidos, Yo estoy dispuesta a luchar por lo que es mío, cuésteme lo que me cueste, parecía que
como en nuestro tiempo las guarderías no estaban tan en boga, había sido educada  por él canal de las estrellas. Al principio me parecía ridículo y hasta me divertía, pero después me di cuenta, que es toda una estructura de pensamiento mucho más compleja, arraigada en muchas mujeres, de mi edad al menos.
     La expectativa en cuanto a la consumación de la felicidad, la idea de los buenos y los malos, los amores eternos, es algo enraizado en el imaginario colectivo, y aquí trato de separar un poco las ideas, todos queremos ser felices, porque bueno es parte de la naturaleza buscar los estados de bienestar, el problema es que tenemos un concepto transfigurado de felicidad, es decir (hablo de generalidades) vivimos con una esperanza ciega y torpe, de que en algún momento alguien nos va a salvar y tendremos un final feliz.
    Los finales felices, no sólo no me gustan, no existen. Leemos novelas rosas y miramos telenovelas para compensar la frustración de una búsqueda absurda, el problema es el círculo vicioso que en ello se juega.

sábado, 15 de mayo de 2010

Un dos tres por mi…


"Sin embargo, los adultos viven con la idea
grabada en el corazón de que
las cosas son hermosas porque acaban"
Banana Yoshimoto
Amrita
Nuevamente descalza y por el filo de la navaja, caminas distraída, solo por momentos sientes la adrenalina transitando por el cuerpo y en ese instante sonríes, de un lado el abismo: la caída sin fondo, el grito que ya nadie escucha, las fauces del lobo esperando para devorarte; del otro, la muy segura salvación, pero tú no quieres salvarte, eso lo tienes claro. Has aprendió a jugar a las escondidas con la muerte, sabes muy bien donde se encuentra, pero la dejas correr hasta la base para decir con gozo un dos tres por mi y por todos mis amigos, entonces es su turno de buscarte, no te mueves, no respiras y cuando parece que ha levantado hasta la última piedra sin encontrarte, huyes hasta poder gritar, un dos tres por mí, por mi y por mí. Has tenido suerte esta vez, la bala no salió disparada y le has ganado a la ruleta, pero mantente alerta que no siempre tendrás la habilidad de los gatos, para seguir cayendo de pie.

domingo, 9 de mayo de 2010

Secretos


Algo en la cabeza me da vueltas desde hace algún tiempo, una culpa irracional por los secretos que conmigo tengo, más de alguna vez he estado a punto de abrir la caja de pandora y dejarlos escapar todos, ser libre, no sentir ese peso sobre mis espaldas ni presentir que esas miradas inquisitorias los notaran intentando salir por mis labios en cualquier momento, y entonces dedos índices gigantes me señalaran enérgicos y voces del pasado y del presente me reclamarán por haber guardado silencio tanto tiempo…


Si yo lo sé, mis palabras suenan a argumento de telenovela chafa…

Encuentros con el pasado

0:07
Me decía Carlos que esa idea de los encuentros con el pasado, sonaba más bien a título para exposición del museo de antropología e historia, a mi me parece más bien como una charla con los muertos, aunque claro, esta idea puede llegar a incomodar a más de alguno de los involucrados. Tenía tanto que no me veía en esos ojos, que no me refugiaba en esos brazos. Al estar frente a ellos (fantasmas, recuerdos velados) no supe cómo reaccionar, afortunadamente ellos lo hicieron primero y por un par de horas volvimos a casa, nuestra casa, donde cada uno tiene su sitio.

Es curioso, asistí a las tres citas con expectativas distintas, pero los (re)encuentros fueron completamente parecidos, tratando de ser más clara, el reclamo fue el mismo: los enterré con todo lo que implicaba su presencia en mi vida, en mi desenfrenada huida los deje atrás sin remordimiento alguno. Es cierto, lo hice, opté por olvidarlos, pensar que nunca existieron. No porque no apreciara su huella en mis días, por el contrario entre ellos está la gente a la que más he querido en este mundo, las mejores tardes, los mas locos viajes, las noches más largas, las lágrimas más honestas, pero también y quizás por lo mismo, quien más me conoce, quien más me ha dañado.

Somos tan tontos los humanos, vamos por ahí tomando fragmentos de los otros y dejando pedazos nuestros por todos lados.

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Siguiendo el camino amarillo

22:53
Caminas sin esperar llegar. Sólo caminas, tus pasos son cada vez menos firmes, tu mirada menos exacta. Sólo caminas. Esperando sin esperanza, pretendiendo que el siguiente paso cobre sentido, o que quizás la suma de todos los que ya has dado dé una cifra a tu favor, perdiste la cuenta hace mucho tiempo de cuantos serán, olvidaste el rumbo que te habías trazado al comenzar, ahora sólo la inercia te permite seguir andando.

El día de la huida alguien te prometió valdría la pena partir, por eso caminas, sólo caminas.

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LODO

20:05
   La reiterada pregunta ¿En qué momento se acabaron las apuestas y no queda más que esperar a que la muerte nos llegue? Quizás aún parezca una pregunta prematura, no tengo tantos años aunque a veces me pesan como si fueran siglos, no he vivido tanto, aunque a veces el cuerpo y las ideas se sienten cansadas. Termine de leer LODO de Fadanelli, no es un libro magistral, no es lo más brillante que he leído, es más encontré bastantes lugares comunes e intertextos de Bukowski en sus líneas, pero me hizo enfrentarme a esta pregunta de una forma cruel, quizás por eso me ha gustado.


   En más de algún momento me sentí el lado izquierdo de Torrentera con sus 49 años y su vida de intelectual frustrado, y no por el amor a los libros, ni por el bagaje cultural que ostenta, sino más bien por la amargura que el cínico espejo cada mañana le refleja. Si bien Torrentera tuvo una existencia gris, fue gris por convicción, llevó hasta sus 49 años una apatía cubierta de una disciplina opacamente Kantiana. Y de pronto Eduarda, la criminal analfabeta que una noche le ofrece sus piernas a cambio de su protección, y Torrentera decide jugarse sus últimas cartas por un romance absurdo, se llena las manos de sangre y reta a su conciencia a no recriminarle la falta.

    No puedo decir que se trate de una historia de amor, pero tampoco que no lo sea, es decir, no todo el amor se vive o se piensa de la misma forma. Tampoco puedo decir que sea un libro pasional, porque si bien se ponen en juego muchos de esos instintos humanos que podrían desatar una pasión desmedida, creo que el corte sarcástico de Fadanelli, no permite que se reduzca a una novela de bajas pasiones.

   Pero es así, creo que todos o si no todos, al menos algunos, tenemos un par Ases bajo la manga que no nos hemos decidido a poner sobre la mesa, y las preguntas son ¿Para qué los estamos guardando?  ¿Qué o quién hará que nos decidamos a apostarlos? Las respuestas no las sé, pero espero, confiando en ello, que no tenga que esperar a los 49 años para decidir vivir una última aventura que rompa todos los esquemas y me lleve al límite.

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Conversando con mi madre

21:55

Madre: ¿Cómo estás?
Yo: Bien, pero como que ya me hace falta un novio o algo así…
Madre: ¿Y cómo quieres tener novio, si fumas como chacuaco, bebes como cosaco y te la pasas alegando? Los espantas hija…
(Un silencio raro en la línea)
Madre: Pero no te preocupes, nunca falta un roto para un descocido.
Yo: jajaja
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El despertador

13:45


Si el sueño fuera (como dicen) una

tregua, un puro reposo de la mente,

¿por qué, si te despiertan bruscamente,

sientes que te han robado una fortuna?
 
Jorge Luis Borges
 
    Y entonces las ganas de llorar se van del cuerpo, estás tan cansada de hacerlo durante tanto tiempo, que solo un espasmo que te sacude arrítmicamente de vez en cuando ha quedado. No quieres abrir los ojos, sabes que sea lo que sea que veas al hacerlo no va a gustarte. Pasas una mano sobre tu piel tratando de reconocer tu cuerpo, quieres sentir que aún eres tú que aún te perteneces, te das cuenta que estás desnuda y sientes frío. Escuchas sus voces distorsionadas viniendo de ninguna parte, intentas atrapar en tus oídos alguna que aún en su distorsión te sea familiar, pero no lo consigues todas pasan de largo, no hablan contigo, hablan de ti. Te entregas por un momento, al espasmo, a tu tacto, al cuchicheo indescifrable que te rodea, al frío de tres vidas en tus huesos y entonces despiertas, otro día comienza.
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Correspondencia imaginaria

23:06

Muy apreciable señor distante:


Las posibilidades se manifiestan en las situaciones más extrañas; la elección que determine la siguiente situación será parte aguas para lo que venga detrás. Intentaré ser más clara: edifico mi vida a partir de aquello que las circunstancias azarosas van mostrando, no sé si esto sea bueno o malo (nunca me ha gustado hacer ese tipo de juicios), simplemente es así, y no conozco otra forma de hacerlo.
Pero no es por esto que le escribo, la razón de esta carta son los conejitos, la arena, porque me gusta escribir cartas; quizás también sea que hace calor las sabanas se adhieren a la piel imposibilitando conciliar el preciado sueño.
En ocasiones despierto con la sensación de haber comenzado a soñar, todo parece parte de un lienzo en el que un desconocido pintor surrealista trabaja incesantemente para ilustrar una visión distorsionada de la "realidad", entonces froto mis ojos y repito para mis adentros: despierta, despierta!, observo mis manos para asegurarme que siguen ahí, busco mis lentes, pretendo integrarme al mundo,pero este es precisamente el momento más difícil, cuando tengo que dilucidar si es verdad que he despertado… siento el frío del suelo, entonces me pregunto si no es acaso que la sabana se me ha corrido y he dejado mis pies al descubierto….Pero no, escribir sobre la interrogante de soñar o vivir, tampoco es la intención de esta carta, eso ya lo han hecho muchos, Descartes el mejor quizás entre tantos; en este momento no quiero llevar mis cavilaciones hacia genios malignos, ni dudas metódicas… Así que volveré a lo que me ocupaba inicialmente: escribirle una carta sobre los conejitos y la arena
La gente escribe contra el olvido, yo preferiría escribir para olvidar. Cuando pienso en esa necesidad humana de empolvar la memoria, inmediatamente acude a mi cabeza Funes el memorioso, el que no pudo con tanto recordar… a veces creo que yo tampoco olvido, es como si eso sólo estuviera permitido a algunos; nosotros, el resto, vivimos fragmentados, ajenos, siendo los miles que nos habitan, estamos condenados a ser los otros, a los que más valdría olvidar para no perder la razón… Usted disculpe, me olvidaba, el fin de estas líneas tampoco es hacer una exposición de retorcidas ideas. Lo que en realidad pretendo es contarle sobre los conejitos, la arena, pero sobre todo el calor de esta noche.
Nunca me han gustado ni el frío ni el calor, prefiero el verano, cuando llueve, es como si lavaran al mundo, aunque, agua no sea suficiente para limpiarlo; eso me conduce a pensar que la lluvia es llanto, el mundo llora su miseria, sobra decirle que nunca he sido muy optimista en lo que a la especie humana respecta, precisamente por eso siento que le dolemos... Yo también lloro, por todo, hasta sin causa, a mí me duele el mundo…Hablarle sobre mis dolencias por tentador que me resulte, no es lo que me lleva esta noche a mantenerme frente al monitor, la empresa que persigo es poder hablarle de los conejitos y la arena … aunque eso no resulte nada entretenido.
No, creo q hablar de conejitos y arena no es de buen gusto a estas horas.
Queda de usted:
Gabrieluska, su antigua aprendiz de maga.
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Perdón por la tristeza

12:18

El abuelo se fue, a veces lo extraño un poco, pero no es eso lo que me entristece.

Vi a mi Sauce, cada vez más distinto, menos mío, pero no es eso lo que me entristece.

El frío de San Cristóbal me genera una especie de nostalgia chiclosa, pero no eso no me entristece.

Mi mejor amiga se casa con un pendejo por cumplir con protocolos sociales, pero no, eso no es lo q me entristece.

Iván decía, que me la paso buscándole tres patas al gato, y a lo mejor tenía razón, no sé, no estoy segura de que es lo que me entristece, pero siento como me cala hasta los huesos esta tristeza rara, que nubla la mirada y no me deja poner claras las ideas.


 

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Ya no te espero

21:10

Ya no te espero, leíste una mañana entre los de dedos de tu mano, de momento no te fue posible entender del todo el mensaje, no sabías si eras la emisora o la receptora de tan atroz declaración. Pensaste que era la prolongación del sueño, aunque tampoco tenías muy claro que habías estado soñando, sentías el cuerpo cansado, como si por la noche hubieras estado caminando incesantemente. Ya no te espero, volviste a leer y sentiste como las emociones se te estrujaron en el estomago, fue como si todas las noches juntas se amotinaran esa mañana y pretendieran entrar por tu ventana, cerraste los ojos y repetiste en voz alta, ya no te espero, en ese momento comprendiste, las palabras taladraron tus oídos, fue como si decirlo te despertara del letargo, tú eras quien emitía el mensaje, eras tú la que esa mañana después de tanto camino andado decidió soltar las amarras para gritar bien fuerte Ya no te espero.
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Cosas que pasan en el cine

1:34

Ayer después de huir del gato de quienes amablemente me dieron asilo en San Cristóbal (nota mental, nunca tener un gato) decidí ir al cine, mi intención era ver Biutiful, la he estado esperando desde hace mucho tiempo, pero resulta que aquí aún no está en cartelera, que coraje, pero afortunadamente había algo de la muestra de cine francés, digo eso no era garantía de nada pero sonaba mucho mejor que "amor a distancia" ò "paranormal", no tengo nada en contra del cine comercial al estilo Hollywood, es sólo que hay cosas que basta ver los avances para saber que no serán una buena experiencia, en fin que compré mi boleto y me dirigí a la sala completamente vacía, que raro, pensé, domingo y una sala vacía, escogí el lugar más cómodo y me dispuse a esperar, poco antes de que iniciara la película entro una pareja y un señor, la función comenzó con un corto mexicano, muy bueno la verdad, bastante bien pensado, que se llama "La mina de oro", después dio inicio la película, que si bien no es lo mejor que he visto en mi vida, creo que la trama es bastante buena, pero ese no es el asunto que quiero contar, el asunto es que no pasados 10 minutos de que comenzara, toda la sala se vio invadida por un ronquido espantoso, parecía una locomotora descompuesta, o un león hambriento, inmediatamente asumí que se trataba del caballero maduro que había entrado solo, pero volteé de forma nada discreta para identificar el lugar de donde provenía el bestial sonido, y ave maría purísima, es indescriptible lo que mis cuasi castos ojos vieron, bueno en realidad exagero un poco, la pareja de jovenzuelos que también estaba en la sala, se encontraba a la mitad o al inicio, eso no puedo aseverarlo, de algo impropio para la ocasión, o al menos para mí ocasión. Habíamos cuatro personas en la sala un tarde de domingo, dos fajaban sin pudor alguno, uno dormía como bendito y una más se reía de q pasen estas cosas en el cine, ereo que entonces entendí porque solo exhibirán la cinta tres días y también porque Biutiful no es una prioridad en los estrenos del mes y el último exorcismo sí. Lo único que me quedo fue reírme y concentrarme en la película, supongo que mi risa despertó al durmiente, porque por la mitad de la película en adelante no sé escucho más y bueno, a los otros dos estoy segura que nada los cohibió en ese intercambio de amor que se tenían. En fin supongo que ya será ahora que este en el DF que vea Biutiful. Me quede con ganas de más cortometrajes. Me gustan los cortometrajes. Sigo extrañando Morelia y su festival, siempre sólo iba a los cortometrajes.
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Drama queen o las peripecias del viaje a Chiapas

20:40

Iniciare confesando que soy la Reyna del drama, sí toda una drama queen, pero más allá de eso, en estos días he resistido estoicamente, digo me gusta hacer drama, pero también cuando hay que aguantar vara, me fajo las faldas y aguanto. El asunto es que me han pasado una serie de cosas, que de manera aislada parecen graciosas, pero todas juntas uno se detiene un momento y dice NO MAMES, si existe el karma, me las está cobrando todas con intereses a tres vidas. Sí esta entrada es para quejarme abiertamente, que para eso tengo un blog, para poder berrear, cuando no tengo a nadie cerca para atormentarlo con mis malviajes.
Cuando decidí venir a Chiapas, estaba segura que viviría cosas que en ningún otro lado podría vivir, que vería lo inimaginable, tanta emoción en mi ser no podía ser contenida,  después del respectivo drama del desprendimiento y las despedidas tomé mis cosas, abordé un avión y llegué hasta aquí. La primera semana fue fenomenal, San Cristóbal es la ciudad más maravillosa del mundo, además venía con compañía, el trabajo fue agradable y ameno, todo parecía indicar que el futuro deparaba algo grandioso para mí.
Fuimos a Chamula, ahí recibí la primera señal del karma, pero ante la emoción, la ignoré completamente, resulta que era día de fiesta para el pueblo, tratamos de seguir al pie de la letra las indicaciones,  no observar a las mujeres de las autoridades que estaban en posición ritual bajo una gran cruz por un lado de la plaza, no aceptar ningún "regalo", no tomar fotografías del interior de la iglesia.  Pagamos nuestros 20 pesos y entramos, una iglesia que solamente había imaginado leyendo Pedro Paramo, no porque él la cite, sino porque esa parecía una imagen sacada de mi Comala imaginaria, en fin un viajesote. Al salir, cual turistas ingenuos a tomar fotos de todo lo que veíamos, la verdad es que yo no mucho, porque la vibra en el lugar era muy densa y me asustaba hasta verlos, por lo cual me acerqué a mi compañera para pedirle que ella tomara las fotos y después fuera tan amable de pasármelas, no pasaron diez minutos de que hice la petición cuando un grupo de por lo menos 20 hombres de la comunidad se abalanzaron sobre mi fotografa compañera y sin más le zamparon un par de sopapos, exigiéndole que borrara las fotos. Después del susto, alguien leyó las letras chiquitas del comprobante de pago para entrar a la iglesia y descubrió que estaban prohibidas las fotos en general, no fotos.
El acontecimiento se volvió una anécdota graciosa de grupo que afortunadamente no paso a más y así termino la semana, mis compañeros volvieron al D.F. y yo me trasladé a la ciudad de Tuxtla Gutiérrez, desde donde operaría en un cubil felino que aún tenía que buscar.  Amablemente una maestra me dio asilo las primeras noches. Un ambiente familiar agradable, un par de niñas encantadoras, que al margen de que yo no sea el ama de los niños, podía vivir con ellas, todo parecía bien hasta que descubrí que tenían un hámster, que habitaba libremente por toda la casa, curiosamente lo descubrí una mañana cuando después de bañarme, metí la mano a mi mochila para buscar mi ropa y algo peludo y móvil chilló al sentirse apachurrado,  después del susto  que nos llevamos ambos,decidí que ese mismo día tenía que encontrar el cubil, y así lo hice, un cuarto de azotea en el centro de la ciudad. Pagué mi renta y me dieron mi llave, prometiéndome en una hora entregarme la de la calle, fui a recoger mis cosas, agradecí la hospitalidad y me despedí, pasé por el supermercado comprando los enceres necesarios para hacer habitable mi nuevo hogar, sin darme cuenta me dieron las 9 de la noche, al llegar al lugar todo estaba cerrado, apagado y por más que toqué y toqué y toqué y volvía tocar, nadie abrió. Ahí estaba yo, con una mochila gigante y muchas bolsas de supermercado sin forma de poder entrar, intenté meter algunas cosas a la mochila con la intención de desocuparme las manos y justo cuando la  cerraba crash, el cierre se descompusó. Cosas que pasan pensé, tomé un taxi y volví a la casa de la maestra a pasar una noche más en compañía de la rata.
Una vez ya instalada, intenté conectarme a internet, el cuarto incluía internet eso me dijeron, hasta una contraseña me dieron, busqué, busqué y resulta que el único lugar donde hay señal es en el baño, pfff, tengo un ciber baño, la onda no?
Con la firme convicción de aprender a andar en transporte público por la ciudad, me subí al fabuloso conejo bus, que hasta parece transporte de primer mundo, abro mi mochila para pagar y dejo al descubierto mi cámara, cierro mi mochila y avanzo para atrás por indicación del chofer, no sé ni cómo ni cuando, pero al bajar del conejo bus, ya no tenía cámara.
Me repuse pronto de la perdida, decía mi abuela, "cuando te toca te toca", y bueno a lo mejor ya me tocaba, además mejor que haya sido así, sin violencias . Llegó el fin de semana, el calor de esta ciudad es tremendo y que mejor para quitarse el calor que una cerveza,  salí dispuesta a encontrar un barecito agradable, de esos que hay en todos lados, donde la cerveza es barata y hay musiquita agradable, caminé, caminé y seguí caminando, comenzaba a ver frustrada mi empresa y opté por preguntar, ubiqué a un grupo de mujeres jóvenes que amenamente conversaban en el parque de la marimba, sin pensarlo mucho saludé y dije: ¿No saben dónde puedo tomarme una cerveza por aquí? Jamás en mi vida me había sentido tan despreciadamente observada, parecía que ellas hubieran escuchado algo como: ¿Qué les parece si tenemos sexo violento entre todas aquí mismo? Se fueron sin contestarme, pero aún en la distancia voltearon para seguir viéndome feo, rayos que complicado.
Volvía a mi casa, compré una caguama en el oxxo de la  esquina y me resigné a la música de mi ipod. De verdad que no lo entiendo, después lo pensé y bueno de las 8 estaciones de radio que sintoniza mi celular, 5 son de música cristiana, quizás sea que es una sociedad conservadora donde las mujeres no toman cerveza, pero el contraste llegó esa misma noche, cuando mi vecino daba una fiesta y desde mi ventana se podía ver el baile salvaje que parecía más una orgía publica al ritmo de reggaetón. No lo entiendo, de verdad que no entiendo.
En fin la última, hoy por la mañana me disponía a ir a la oficina, como de costumbre me levanté en automático a la regadera y justo cuando más jabón tenía por todos lados, el agua comenzó a mermar poco a poco  hasta que desapareció. Aaaaah!! Sólo a mi me pasan estas cosas, tuve que enjuagarme con una botella de litro y medio cosa que no fue ni cómoda ni fácil.
Pufff, a eso tengo que agregarle las quejas laborales, parece que a los de allá no les importa mucho que esté acá y a los de acá, no les agrada mucho la idea. Respiro, cuento hasta diez y trato de tener paciencia, en algún momento vendrá lo emocionante, lo sé, lo presiento.
Afortunadamente mañana me voy a San Cristóbal, donde espero la suerte vire y me encuentre por ahí, sentadita en algún andador esperándola.
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Re encuentros

12:50

Nuevamente un viejo Sauce que de tarde en tarde le da por volver, extendiendo ramas cuando más necesario se vuelve el abrazo, inquieta a la vieja maga que oxidada y gastada en el diván de las memorias dormita. Tenía tanto de no saberte, pensé que por fin nos habíamos olvidado. Ha pasado tanto tiempo, pero cuando las cosas son para siempre uno puede ser paciente y esperar los nuevos encuentros.
Si te miro bien, en realidad el tiempo no importa, no somos tan distintos…
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Pesimismo para el alma

9:32
" Mi existencia es incompresible y ridícula. Pero nunca estuvo a mi alcance poder elegir otra. Uno no deja de ser quien es. La libertad existe siempre sólo en el futuro. En el pasado ya no se puede encontrar. Nadie puede escoger otro pasado. Todo lo que sucede tenía que suceder como sucedió. A posteriori todo es inevitable, a priori nada. Lo único que importa es despertar del sueño. A pesar de todo, corremos detrás de la libertad, no podemos hacer otra cosa, pero la libertad camina siempre un paso por delante como un espejismo, existe siempre en el próximo instante, siempre en el futuro. Y el futuro es oscuro, una pared negra, impenetrable ante nuestros ojos. No, pasa entre nuestros dos ojos, a través de la cabeza. Estamos ciegos. Cegados por el futuro. No vemos nunca lo que está ante nosotros, nunca el próximo segundo, hasta que nos rompemos la nariz contra él. Vemos sólo lo que hemos visto ya. Es decir, nada. "
                                                                                                  Michael Ende
                                                                                                  El espejo en el el espejo
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Bitácora de viaje

12:36




"Todo es horrible o terriblemente bello"


Alguien alguna vez me dijo que viajar al sur era algo simbólico, yo desde que recuerdo soñé con un día tomarlo todo y caminar y caminar siempre en dirección al Sur, hoy estoy lo más al sur que he llegado, sin cruzar ninguna frontera política, pero si muchas muchas, culturales. Este es un lugar de contrastes.
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Anécdotas localmente graciosas

11:09

Yo: ¿Cómo va profe?
Alguien: Mal, no entiendo ni nada
Yo: ¿Qué eligió para estudiar?
Alguien: "El diablo y yo no nos podemos entender"
Ya estoy en Chiapas, es terriblemente hermoso este lugar.
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Querencias...

23:32
No se puede querer lo que quiero en la forma en que lo quiero y de paso compartir la vida con los demás... (Rayuela, Julio Cortázar)
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COSAS QUE CONTAR

20:40
Tengo el corazón en la garganta, pensaba que me había acostumbrado a las despedidas y que cada vez me dolían menos, pero hoy con mochila al hombro di una mirada, a lo que se queda, a mis cuatro moradas paredes, a ese rincón donde encontré refugio, a mis padres que tenía tanto de no verles llorar, y creo que un poco más y bajo las armas. Pero no, estoy lista y decidida a partir, yo elegí esta vida, elegí el camino, la soledad, la distancia, el polvo, la nostalgia, la no pertenencia, las noches, el humo, las fotos, los miles de no lugares, la usencia, las cicatrices ligeras y las heridas profundas.

Fui a recorrer las canteras rosas de Morelia, quizás el único lugar del que me he sentido parte por un tiempo prolongado, y me acordé mucho de Kundera, cuando habla de la nostalgia por lo que se ve, no por lo que se extraña sino por lo que se tiene, cuando vemos a alguien o algo y sentimos como se nos estruja el corazón, porque algo muy en el fondo nos indica que no volveremos a verlo o al menos no de esa manera. Algo así sentí en esta visita a Morelia, ví a los cuates, los de siempre, los entrañables, bebimos, bailamos, cantamos, lloramos, estuvimos en una azotea, nos abrazamos tan fuerte como esperando fundirnos, pero igual nos despedimos sabiendo quizás que cada vez somos menos precisamente los de siempre, que poco nos queda que permita mirarnos los ojos rabiosos y locos como en antaño.

Iván me robó una sonrisa grande, le pregunté: ¿ya tienes novia?

Él contestó: No, pero hoy me ilusioné.

Muchas más ideas en el tintero, pero muy pocos ánimos para escribirlas, se me cruzan los cables.
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Hoy

12:02

La vida no trae instrucciones, pero hoy estoy de buen ánimo para improvisar...




Una mañana nublada preciosa.
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Pan y circo

12:50

Me revienta, me encabrona, me.. bueno, me pone muy mal, toda esta efervescencia pendeja que nos vendieron alrededor del bicentenario. Somos un pueblo nulamente critico, ignorante de nuestra historia, pareciera que los héroes patrios son realmente súper héroes o santos, se nos olvidan muchas cosas; pero eso sí nos arman un circo gigante y aplaudimos como focas, nos traen a la Pau y nos arremolinamos por estar en primera fila, me molesta de sobremanera pensar en la cantidad de dinero que se gasto en todo ese festejo, mientras en el sur del país están literalmente hasta el cuello con el agua, esto sólo por poner un jemplo. Antes el dicho era al pueblo Pan y circo, triste pero parece que ahora nos conformamos  solamente  con el circo.
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La huida

20:51

La cosa es así, de repente nada encaja, todo se viene abajo y es necesario hacer las maletas e irse.  No estoy de acuerdo con la idea de que huir sea una reacción cobarde, por el contrario, creo q se necesita valor para tomar todos los demonios, temores y fantasmas arrebujarlos en una caja de cartón rotulada como "cosas valiosas" y subirlos primeros a la mudanza para no olvidarlos. Alguien alguna vez me dijo que la noche y la carretera se hicieron para huir… estoy lista, para regresar a los caminos.
La cosa es así una se muda de casa, de país y hasta de vida pero lo importante, lo valioso, lo que duele, siempre va conmigo.
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Grata (des)cotidinidad

19:11

Vengo llegando de una semana cansada pero amena en el diplomado, por lo general me toca ir a dar tutoría, pero esta vez fui únicamente como estudiante, lo cual hizo que todo fluyera de manera más agradable, tuve chance de ir por unas cervezas, presenciar pleitos absurdos, comer muy rico, dormir en una cama muy grande y acolchonada, ver a los buenos amigos de la chamba y lo mejor de todo, meter la nariz nuevamente en los libros de poesía y de poética, hacia tanto que no me sentaba toda a una tarde a eso, y lo he gozado en grande, hasta me anime a afilar el lápiz y aventurarme a escribir algo, que inmediatamente subí al blog. Es gracioso, yo reconozco que no soy buena en esas artes del lenguaje, como le leí a Alfonso Reyes "hay q saber distinguir entre el desahogo personal y la poesía, porque hasta los perros tienen necesidad de aullarle a la luna" pero es una experiencia tan agradable esa de "aullarle a la luna" se desvanece el peso por un instante al menos…
Ahora estoy ante la disyuntiva sobre el sur o el occidente, me he vuelto pusilánime.
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Cinco fases del espejo

22:57

I
Aferrándome a la última bocanada
empuñando el corazón
descalza, como siempre he estado:
Persigo la sombra  y me dejo ir
II
Paladeo el sabor  de tierras ya masticadas
invoco la presencia de todos  los q se han marchado:
me pienso.
III
Soy ese reloj de arena, al que tantas veces has dado vuelta.
un sur  perpetuo, un norte extremo
brújula  de agua.
navío encendido.
Soy  esta  tarde y soy tormenta.
Monstruo con corazón y escamas.
Espasmo de moribundo lascivo  
Mediocre entendimiento
Soy la memoria  enferma de la senil humanidad
Hipócrita intelectualidad
Gusano de anillos  opacos.
IV
Las larvas de mi cuerpo oxidan los sueños
Murmuro plegarias ha dioses  bizarros
Me desangro en el barro imperfecto  q me ha creado.
V
Las huellas se  borraran con la siguiente ola
Da inicio el final
El rito concluye
Caen las mascaras
Desnuda
Cansada
Ahora sólo espero.
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21:52

Otra vez me quedé con la palabras en las yemas de los dedos, quería escribir una carta enorme, repleta de suplicas y aclaraciones, pero no pude, no sé, aún ahora no sé, si fue por dignidad o por cobardía que no lo hice. Nuevamente te vi tomar tus cosas, fue como despedirme dos veces, escuchar tu voz susurrándome al oído: "hay q arrancarse el corazón de un solo tajo" Desafortunadamente, no es mi estilo, escarbo un poco cada día, un tanto más por las noches, ahí va, cada vez es menos lo q falta…
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Sin más

23:21

…él rompió un cristal amenazándome con una punta. Yo me he ido, no estoy más.
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Fotos y creencias

15:31


Viendo fotos de las redes sociales, me encontré un par de imágenes de uno de los últimos congresos que fui como estudiante, en una de esas fotos esta un viejo compañero de esos vuelos, con su barba desalineada y esa camisa a cuadros que siempre acostumbraba como saco, el sombrero esta sobre la mesa y en sus manos sostiene alguna ponencia de poética seguramente. Verlo ahí, atrapado en el tiempo, congelado con esa mirada penetrante y alterada, me estremeció de pies a cabeza, no es que haya pasado tanto tiempo, no es que ahora seamos otros, pero como nota al margen se leía una frase que sonaba más a un reclamo que a una descripción de ese pedazo de vida celosamente atrapado: "al menos yo si creía en lo que decía" .

¿En qué momento dejamos de creer?

Por muchos días me han rondado como fantasmas las palabras pero sigo sin poder escribir.
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Tele más tele

20:51

Es cierto que la televisión es una caja idiota, pero debo confesar que si bien nunca he sido adicta a ella (desde la infancia mi madre fue muy estricta, una hora de tele al día), siempre he gustado de embotarme un rato mirando el televisor, y no, no es que vea discovery chanel, ni animal planet, mucho menos el history (detesto los documentales lentos y más aún a los tipos buena onda que viven aventuras en la selva), no, en realidad me gusta la televisión basura, las series gringas que resaltan la banalidad de esa parte del mundo, las caricaturas acidas y satíricas, los Simpsons y los programas policiacos que son tan inverosímiles como absurdos.
Lamentablemente mi condición económica me ha dejado sin televisión por cable, así que me he conformado con los canales que la pobre señal de la antena aérea puede proporcionar, con la atenuante de que en provincia se limitan a tv azteca y Televisa.
En esa limitada opción de cosas por ver, hoy mientras haraganeaba después de cumplir con mis deberes, encendí la caja idiota y me dispuse a perder un par de horas de mi vida, con alguna serie mal doblada o algún capitulo repetido de Bob esponja, pero para mí infortunio el canal 5 tenía interferencia y las series comienzan hasta después de las 8, así que mis opciones se reducían, y ya sin hacerme del rogar opte por la señora Laura Bozo y su talk show, ahora en México.
Siempre me han parecido graciosos los nombres que le dan a los programas , el de día de hoy era "quiero confesarle a mi madre que trabajo en un bar", y cada vez que la peruana lo decía ponían una musiquita malosa, para que a todos nos quedara claro que trabajar en un bar es malo, lo patéticamente divertido es ver la caricatura que hacen en ese programa de la moral de los mexicanos; decía la señorita Laura "que pase el perro mal nacido que la embarazó" y después de un rato el pobre perro mal nacido dijo algo como es que el niño es de otro güey, entonces la seño Laura se puso tan iracunda que casi le explotaba la cara y dijo algo como: "a no palabrotas en mi set no, estamos en horario familiar".
Puf hasta ahí todo divertido, triste pero lejano, como parte de un universo paralelo, hasta que atravieso la calle para comprar algo en la tienda y escucho la profunda reflexión de la tendera, que no pierde detalle de su caja idiota: " No cabe duda, que bueno que esa señora está en México, tan buena que es, ha ayudado a tanta gente, apoco no?" Una serie de respuestas pasaron por mi cabeza: "Es usted imbecil?" fue la que gano entre las demás, pero me limite a poner cara de espanto, tomar mi cambio y salir corriendo de la tienda.
Increíble pero cierto, primero hay quien cree que todo ese circo televisivo es real y segundo y más repulsivo asimilan como absolutos los pendejos patrones morales que vende esa mujer.
Apagué mi tele y di gracias a mi madre que odiaba la televisión y nunca me dejo caer en las garras de la educación por telenovela.

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Viendo tele escuché

22:59
"mejor escribir para ti mismo y no tener público, que escribir para el público y no tenerte a ti mismo"
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Unas horas para los 27

16:03

¿Qué es este vuelo entre la vida y su ser?
¿este temblor como un sombrero gris?
¿este cielo que se abre como fierro
candente en su batalla
a punto de morir?
Juan Gelman
Has cambiado de piel tantas veces, que ya has perdido la cuenta. Esta noche lo sabes, vendrá él con su cuenta exacta y su reloj de arena, es momento de hacer balance de otro año; poco tienes en las manos y nada en los bolsillos, renunciaste a todo cuanto pudiera parecer estable a cambio de poder sentir. Pues bien, aquí estas, con miles de cicatrices, como trofeos de guerra grabados en la piel, es cierto no has terminado por entender cómo es que funciona el mundo y sigues tropezando, pero cada vez es más amplio el horizonte, cada silencio  más profundo y más limpia la mirada. No tienes miedo, con paso firme te aproximas al ajuste de cuentas, no importan los saldos, lo interesante es el camino.

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Kitchen

10:01

Una dulce melancolía me ronda desde que cerré el libro, es cómo si encontrara fragmentos de sus líneas al mirarme las manos, y es tan extraño este sentimiento de sentir que gozo cuando en realidad es una tristeza tenue la que se va acomodando en mis huesos. Siento como se esfuman las ideas, que muy hábilmente describió Yoshimoto, dando paso a un sentir sin límites, es como un limbo, donde Tokio esta a la vuelta de la esquina y los olores de la cocina se mezclan con la feminidad recuperada de Eriko, es el lugar donde Yuichi sueña que Mikage le cocina y beben té en vasos amarillos. Me gustan estos libros, los que dejan su atmosfera impregnada en todos lados por mucho tiempo después de leerlos.
Alguna vez en uno de esos cafecitos del jardín de las rosas, platicaba ociosamente con un buen amigo, sobre lo predecible de las historias que contamos, él argumentaba que era complicado buscar autenticidad en los temas de escritura, enumeraba varios y terminaba reduciéndolos a cuatro: el amor, la soledad, la locura y la muerte. Él decía que todo terminaba por ocuparse de ellos, un cuento de terror, una novela policiaca, un guión teatral, todas las tramas del mundo tienen como centro una de estas ideas. Yo fui disidente de su teoría, no recuerdo ahora el ejemplo ni los argumentos, pero de alguna manera concluíamos que si bien las tramas siempre eran las mismas, el reto para la creatividad eran las formas, el cómo se abordaran esas tramas.
Todo esto viene a mi reciente enamoramiento de Kitchen, donde los temas centrales son el amor, la muerte y la soledad, puntos desgastados hasta las cachas, lugares comunes dirían los que saben. Pero es tan excelsa su forma de tratarlos, es tan fina su pluma para dibujar en sus personajes las sonrisas amargas más exactas, que uno puede degustarlas lo mismo que ellos hacen con sus platos japoneses. Es tan humana la resignación dolorosa de la falta del otro, y tan sincera la búsqueda de sí mismo en una pérdida total de sentido.
Es una novela muy breve, de esas que me atemorizan porque comienzo a sentir que ya no tendré más páginas para seguir leyendo, pero que ha sido justa en extensión para rondarme como aroma embriagante que trastorna mi realidad.
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Idea fugaz

23:50

Últimamente no me gusta nada de lo que escribo, todo está plagado de lugares comunes y una queja absurda y monótona que me tiene cansada.
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viaje

3:31
Que el destino me pruebe en este viaje absurdo



yo probare en él mi suerte...
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Una breve tristeza

23:11

De vez en cuando el mundo se ensaña conmigo, sus dientes de metal trituran mis ideas, y cuando menos lo espero me azota contra las paredes una y otra vez. Resuenan en mi cabeza como letanía los versos de aquel poema de Pessoa "Estoy vencido como si supiera la verdad". Peor es estar vencida antes de saberla, atemorizarse a unos pasos de quitar el el último velo.
Mejor Pessoa, quién sino él, puede hablar y entender mis tristezas.
Hoy estoy vencido, como si supiera la verdad.
Hoy estoy lúcido, como si estuviese a punto de morirme
y no tuviese otra fraternidad con las cosas
que una despedida, volviéndose esta casa y este lado de la calle
la fila de vagones de un tren, y una partida pintada
desde dentro de mi cabeza,
y una sacudida de mis nervios y un crujir de huesos a la ida.
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A un día del mundial

14:00

Me revienta el futbol, dice mi padre que nací corta de espíritu, yo no lo creo sólo me parece completamente irracional el revuelo que causa tal acontecimiento. Veía en las noticias de la mañana a un reportero regordete y  con aspecto bonachón  que decía muy emocionado: se suspenderán clases, se instalaran pantallas por todos lados, toda la atención estará puesta en el mundial para encontrar a los mejores del mundo… creo que esta frase de cierre fue lo que más hizo que se me crispara la piel, no sé si de coraje o de indignación. Después de eso, otra nota sobre los miles de creyentes que fueron de rodillas a pedirle a un bulto de yeso milagroso, porque México gané el primer partido, aah! Mi pobre hígado se retorció, más estúpido no puede ser el proceder de esta gente. Y para terminar el noticiero los miles de mexicanos en Sudáfrica embriagándose y pre celebrando el triunfo de la selección. Me enoja, me pone mal y sólo pensar que me espera un mes entero de enajenación total y sólo futbol, me aferro a la misantropía y  decido a encerrarme el mes entero, cosas más relevantes hay en este planeta, asuntos más apremiantes en este país, dramas personales más importantes… Alguien me hablara de las implicaciones sociales, culturales, económicas y demás que hay en todo esto, yo no las paso por alto, las tengo en cuenta, pero eso no aminora mi desagrado ante el olvido y la gran nube de humo que permitimos sea este magno evento, es como si se parara el tiempo y chingue a su madre todo, que se pudran las especies  por el derrame de petroleo, mañana juega México y lo demás vale un cheto (sólo por citar  un ejemplo). Sí, si es un mega berrinche el que estoy haciendo, pero por eso es mi blog y entonces puedo hacer todos los berrinches que quiera, estoy dispuesta a no hablar ni con mi padre si es futbol el tema.
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Diluyéndome

21:17

Comienzas a diluirte en el llanto de las tres vidas que preceden al último estallido, todo va perdiendo color, se deslavan las ideas, se pierde el sentido en ese mar de lágrimas fermentadas que celosamente guardabas con el afán de no perder la memoria. Tus únicas pertenencias han sido desde siempre, una oscura noche inscrita en la mirada y ese cumulo de interminables historias que una a una sin que puedas hacer nada desaparecen, se pierden ante un par de ojos maliciosos que disfrutan mirando tu declive, que esperaron pacientes el momento de verte caer. Pero tú ya no eres capaz de sentir nada, has quedado reducida a lo que de ti esos ojos conserven, no los odias por regodearse en tu fracaso, no los amas porque nunca supiste como hacerlo, ya no eres más tú en ti, ya no son tus manos, ni tu voluntad, ni tu noche en la mirada, ya no eres tú quien escribe , ya no eres tú la que habla, terminaste por diluirte en el néctar amargo de las tristezas pasadas...
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Sobre feminismos antifeminismos y cosas peores

23:40

   Nunca he sido una mujer muy conforme con esos asuntos de la feminidad, creo q mas q aceptación la mía ha sido resignación, nací sexuada como fémina, con todas las implicaciones culturales que eso implica. Crecí en una familia conservadora pero no retrograda, siempre he gozado de total libertad para decidir y hacer, nunca se me ha reprimido, denigrado o limitado por esta razón; pese a ello siempre he pensado que los varones tienen una vida menos complicada y más divertida. Conforme fui creciendo rompí todos los roles que me fue posible, me di el lujo de declararme feminista y pelear por unos derechos que a mí nunca me fueron negados, participé de manera activa en una lucha absurda de un feminismo mal entendido contra los varones, ser como ellos, vivir como ellos, pensando que eso resarciría siglos de historia y daría el lugar que merecen a todas las mujeres del mundo.
   Después sin saber cómo, me vi envuelta en una relación codependiente llena de violencia, de la que salí no muy bien parada, di al traste a todo mi discurso y me di cuenta que si me había pasado fue por pendeja, no por cuestiones de educación, ni de oportunidades, ni de nada de eso; fueron mis decisiones las que me llevaron ahí y mis decisiones también me permitieron salir, entonces me volví antifeminista, y me llené la boca diciendo que todas nos damos o nos negamos el derecho de estar bien, nadie más. Hablé del feminismo como un discurso obsoleto y gastado.
   En otro giro de la vida, fui a vivir a una comunidad de la sierra de Michoacán, y ahí nuevamente mi esquema se trastocó completamente. La primera tarde en la comunidad, fui a jugar futbol, con las chicas; la cancha se dividía en dos partes: de un lado jugaban las mujeres y del otro los varones. No soy muy buena jugando nada, pero me resultaba divertido y una buena forma de integrarme a la comunidad, todo iba bien, hasta que el balón paso al otro lado de la cancha y una de las chicas fue por él, apenas lo había agarrado, cuando su padre la tomó por los cabellos y le dio dos patadas, mientras la insultaba y la acusaba de andar de "pinche loca", ella lloraba y gritaba q no estaba haciendo nada malo, yo me acerqué tan rápido como pude intentando intervenir, pero el hombre ese, tuvo a bien ponerme por enterada q las cosas ahí eran así y que era yo quien tenía q adaptarme a ellas si no quería tener problemas. En ese momento, me di cuenta de muchas cosas, primera y más importante hay una realidad latente en este país al menos, q se aleja completamente de la nuestra,  gente con costumbres primitivas, lugares donde ser mujer si es una cuestión complicada, lugares donde no saben que es ser feminista, pero es ahí donde más falta hace no un discurso feminista malentendido, sino programas integrales de educación y no sólo para mujeres sino para la población en general, hago esta acotación, porque después me di cuenta que los chicos son obligados desde muy corta edad, a demostrar su hombría con actos que atentan contra su integridad como seres humanos.  Esa fue mi bandera mucho tiempo, una educación voluntaria  y orientada a restituir el valor humano a las personas.
   Hace unos días, cuando las luces de todo el fraccionamiento ya estaban apagadas, salí a fumar al patio de atrás de la casa de mis padres, normalmente lo hago buscando la tranquilidad del silencio que da ese lugar, pero ese día no era precisamente un silencio apacible lo q se escuchaba, en la casa vecina se escuchaba el llanto desesperado de una mujer, los gritos histéricos de un hombre, cosas q se rompían por todos lados y un vagido angustiante. Entré corriendo a la casa, le dije a mi papá lo q pasaba, mi papá me dijo "eso es de todos los días",  fuera de mi lo cuestione que si no habían hecho algo, mi papá contesto: muchas veces, le hablamos a la policía, vienen se lo llevan, como ella no denuncia, no pueden hacer nada, sale y otra vez lo mismo.
Todo eso me hace saltar a una postura más radical aún, la necesidad de reformar las leyes, para q los agresores puedan ser procesados aunque las mujeres no denuncien, que se declare a esas mujeres incapacitadas por ese momento y se les brinde apoyo, para des – educarlas y reeducarlas, que se saquen los infantes de esos lugares para evitar la repetición de patrones, q los agresores reciban también apoyo sicológico, pero todo no con carácter de voluntario, sino como obligación. Sí suena a dictador, pero a veces creo q sólo así podemos parar ciertos canceres sociales con un historial cultural tan nutrido.
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Reflexiones sobre viejos textos

22:28

Hablar  es  violentar el espacio de los demás,
  es deshonesto, es intentar convencer al otro.
Merlina Maga (mayo 2005)


Hace algunos años, escribía sobre la violencia que se ejerce sobre los otros con el golpe de las palabras que rompen el silencio, ahora lo pienso y creo q era bastante radical la postura, no todas las palabras violentan, también hay las que dan alivio, las que se esperan ansiosamente, las que nunca llegan, las que duelen, las necesarias, las que sobran, las que faltan, las que se dicen, las que se escriben, las que se leen entre líneas, las que conmueven, las que molestan, las que mueven mundos…
Creo que el problema ya no son las palabras, creo que aprendí a vivir con ellas, a escucharlas a leerlas, adivinarlas, amarlas, a suponer con ellas circunstancias, a construir y deconstruir realidades a partir de ellas, a sentirlas como manos suplicantes reptando por el cuerpo para volverse completamente sensitivas, a desnudarlas para que sean mías y abandonarlas cuando no me pertenecen, a buscarme entre las vocales a jugar con las consonantes, a dotar de sentido a perderlo y reinventarlo.
Sigo prefiriendo la palabra que se plasma al golpe del teclado, que las que se emiten como sonido, me gusta más el discurso en el que se ha reparado más de una vez, que el que se dice mecánicamente, disfruto de leer como los otros proyectan ese golpe que viene desde dentro, que los hace verterse que refleja un yo más honesto que el que habla, que aún en el afán mentiroso de la ornamenta literaria, devela ese otro que siente y piensa, que lo divide.







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El loco

20:38




Todas las tardes acostumbraba pasar de regreso a casa por el mismo lugar, ya me eran familiares las casas, los negocios, mecánicamente subía o bajaba a las banquetas, podía hacer el recorrido con los ojos cerrados y estar segura en donde me encontraría al momento de parar, una rutina, aburrida pero agradable. Tres cuadras antes de doblar para entrar a la unidad donde estaba mi casa, había un loco que extendía la mano sin decir nada, algunos dejaban caer sobre su palma unas monedas, otros cambiaban de acera rápidamente, poniendo cara de susto, la mayoría le ignoraba.   Su  olor y su apariencia para nada gratos, hacían nauseabundo verle rascándose la cabeza y masticando algún mendrugo que sacaba de su bolsillo.  
Nadie sabía a ciencia cierta de donde había venido,  un día apareció en esa banqueta y por más que los vecinos intentaron echarle, volvía como espectro cada noche.    Algunas veces se enfrento apaciblemente a  tipos uniformados que  a jalones y con malos tratos le pedían se alejara del  lugar,  el loco sin poner resistencia, tomaba sus bolsas y costales, mientras se alejaba por unos minutos repitiendo frenéticamente  la palabra "olvidar".
Los vecinos desistieron de  alejarle, de cualquier forma  en esa casa no habitaba desde hace bastante tiempo nadie,  y el loco pese a su mala apariencia nunca había agredido a nadie.
Una tarde, siguiendo el rutinario camino que me conduce a casa, me percaté de que el loco había abandonado la banqueta, al principio no le di mayor importancia, pero   la curiosidad fue creciendo con los días, así que provechando  que   el dependiente de la tienda cercana era un tipo parlanchín y amable, entré a comprar cigarros y como quién no quiere y sí, como quien dice qué hora es, me aventuré a preguntarle por el loco.
– aahh usted pregunta por Don David-  contesto el tendero mientras me extendía mi cambio- pues sí hace bastante q no se ha parado por aquí, desde la noche del escándalo, sí, es q usted no sabe señorita, ese hombre estaba loco,  dicen  las malas lenguas que enloqueció    por el abandono de su mujer. Pero eso dicen a mi no me crea.
-¿ El escándalo?  ¿A qué escándalo se refiere usted? – pregunte ya  intrigada por el asunto.
-         Pues  fue  la noche de la tormenta, doña marta la viuda de Alfonso,  le ofreció su cochera para q se resguardara de la tremenda granizada; parecía que se nos caía el cielo. Total que  don David,  no  quiso  entrar, y doña Marta  muy acomedida, le dio un impermeable y   bolsas para que tapara sus triques.  Quien sabe que habrá pensado este loco pervertido,  porque cuando  Martita le extendió la mano con los  plásticos, este mal agradecido la sujetó con los diente y  la    mordió, cual perro con rabia. La  pobre mujer, gritaba desesperada   y el ingrato que ya no la mordía pero  no le soltaba la mano, no paraba de  gritar "Estela" "Estela",   los vecinos pese al aguacero salimos en auxilio de la pobre viuda,   que sollozante sólo maldecía.  Mi mujer la acompaño a su casa  y le limpio la herida, mientras el resto  tranquilizábamos al loco,  pensamos en llamar a la policía pero con tremenda tormenta  la línea de teléfono estaba fuera de uso, así que  lo atamos al barandal de  la casa,  para en cuanto amaneciera dar parte a las autoridades, el viejo Jacobo, que andaba en querencias con la viuda se ofreció a cuidarlo  durante la noche.  Pero al despertar  y salir con un cafecito para  don Jacobo, la sorpresa fue ver q el loco ya  no estaba, fuimos a la casa de Jacobo a ver q había pasado,  pero yo creo q eso de la locura ha de ser  contagioso, porque nos contó una  historia  tan descabellada, sobre girasoles de color marrón y mujeres q se aparecen las noches de tormenta…  Hay  pobre de Jacobo, desde ese día no sale de casa, mi mujer  le lleva cada viernes sus cigarros, pan, agua y pues algo para que coma, pero dice que cada día está peor, ahora él es el que solo murmura juntito a la pared "olvidar".    Pues así es seño, las cosas q pasan en este  barrio y de don David  pues ni el polvo.
-   Y donde es que vive el señor Jacobo- pregunté, arriesgandome a ser imprudente.
-         En  el portón negro, el que está junto a la casa  azul.  Pero tenga cuidado seño, no sea q se le contagie la locura a usted también.  Yo por eso dejo a mi mujer a condición de que  se envuelva bien en el rebozo y no  tenga ningún tipo de contacto  físico con Jacobo, si no fuera porque uno es retebuena gente lo dejábamos  morir por loco.
Agradecí   los cigarrillos y sonreí  por la historia,  salí de la tienda con gran tentación de visitar al tal Jacobo, la historia podría ser interesante, quizás sólo era el morbo, de ver que tan cierto era aquel relato del tendero,   no tenía mucho que perder, aún era temprano y  lo peor q podría pasar es que el viejo se negara a hablar con una desconocida, en ese caso me iría a casa y fin del tema.
  Así que atravesé la calle, toque el timbre y espere, pero no ocurría nada,  entonces me recargue levemente sobre la puerta y me di cuenta de que estaba abierta, dude unos momentos antes de  entrar, pero la curiosidad pudo más que  los razonamientos y las buenas costumbres. 
-Buenas tardes- grite mientras me asomaba por las ventanas llenas de polvo, nadie contestó.
-buenas tardes- volví a gritar  mientras me acercaba a la puerta que conducía al  interior,  la abrí sin dificultad y comencé cautelosamente una inspección del sitio, no había nada extraño en ese lugar, una casa desordenada y empolvada, como cualquier casa de un viejo que vive solo,  me adentré en ella. De pronto, comencé a sentir una mirada que seguía uno a uno mis movimientos, y el pánico me invadió; recordé lo que en algún lugar había leído sobre las personas que pierden la razón y que al sentirse invadidas en su espacio  la dosis de adrenalina que sube a su cerebro es mayor y las vuelve peligrosas.  El ruido de  un encendedor  me hizo  ubicar el  sitio de donde provenía la mirada,  poco a poco gire sobre mis talones y me encontré con  ella, la mirada provenía de  un viejo canoso y desalineado, con apariencia socarrona, que fumaba sin  apartar sus ojos de mi.
-Buenas tardes- dije sin saber si extender la mano o explicar porque estaba allanando su hogar. 
El viejo gruño y sonrió de forma  extraña, no  pude saber si era amabilidad o burla.
  –No se asuste, que no soy peligroso- me dijo con una voz muy suave, mientras cruzaba la pierna y  extendía la mano ofreciendo que me sentara.
Me senté en el sillón frente al suyo y  sin poder decir nada, respire con un poco de alivio. Antes de que  pudiera hilar mis ideas, para explicarle los motivos de mi visita el comenzó  la charla.
-Sí, yo lo ayude, y dígame loco como todos en este barrio,  pero David no estaba loco,  y yo tampoco, me gusta hacerle al loco, porque es divertido, ver como Marta pasa y se persigna en la puerta de mi casa, o  ver a Eduviges como mujer abgana toda envuelta en el rebozo, cuando me trae comida.
- y  por qué no sale de aquí, es qué no se aburre?- Pregunté sin darme cuenta de lo absurdo de mi pregunta.
-Estoy cansado,  ahora sólo espero, espero que David encuentre a Estela y que la muerte me encuentre a mi, soy viejo y estoy cansado. Sólo me queda esperar. Alguna vez el mundo fue mío, hoy nada me pertenece, pero fui necio, necio como solo  un viejo puede serlo, hasta que esa noche David "el loco"  me hizo consciente de mi  necedad,  le digo él no está loco.  Los locos somos nosotros, los necios, los que nos aferramos a  este devenir, y vivimos tan muertos, tan cuerdos, como si nada pasara, como si el aferrarse a esta vida tuviera sentido.  Todos sufrimos perdidas, pero nos resignamos, les lloramos, nos amargamos, y asimilamos lo q venga después, la cosa no es tan mala.  Pero él   no, David no asimilo la perdida, ni se amargo, ni pensó que esto no era tan malo, él sufrió la pérdida de algo que nunca es nuestro. Yo no lo juzgo por eso, con amores tan grandes poco se puede- el viejo hizo una pausa, sin apartar su mirada,  me ofreció un cigarrillo y se acerco para encenderlo.
Todo esto resultaba tan extraño, ahí estaba yo fumando  en  la polvosa sala  de un desconocido con fama de loco  y escuchando  sobre los amoríos de un vagabundo.
-Él la encontró  un día de tormenta – prosiguió el viejo- estaba  empapada y temblando  de frío, como un animalito, justo afuera de la casa donde lo amarramos, la chica tenía un girasol en sus manos y sollozaba inconsolable; David  que por aquéllos años trabajaba en la oficina de correos,  pasaba todas las  madrugadas  por esta calle para llegar hasta la  oficina postal, se conmovió de ver a tan indefensa criatura temblando bajo la tormenta, la ayudo a ponerse en pie y se  percato que  la mujer tenía herida la palma de la mano izquierda, la sangre de la herida  había cubierto la flor de un color marrón, David quiso saber su nombre  o como poder  ayudarla, pero la mujer sin soltar  el girasol, se aferro a su cuello y murmuraba en su  oído "olvidar" "olvidar",  él  tocó el timbre de la casa  donde la mujer lloraba, pero esa casa  desde hace  muchos, muchos años esta deshabitada;  así que como todo un caballero, le ofreció su chaqueta y  decidió volver a su casa con ella.   Le preparo algo caliente y le ofreció su cama,  le dijo que podía quedarse, cubrió su herida con  gasas y salió a trabajar.   Al  volver a casa compro  un poco de pan,   y se preguntaba si la enigmática mujer aún estaría ahí.   Al abrir la puerta se encontró con la chica recargada en la pared murmurando ya casi sin aliento la misma palabra que le murmuro a  él: "olvidar",  mordía desesperadamente la palma de su mano;  David le retiro de la frente los cabellos que caían como cascada  de obsidiana sobre su cara,  ella  se puso en pie y  sin decir nada  lo sujetó y le invitó a bailar,  bailaron sin más  música que un tararear monótono  y  sumergidos en un  letargo mágico.
-Ella no hablaba?-  pregunte  desconcertada ante el relato.
-Las palabras no hacen falta- dijo el viejo con gesto apacible-  dos seres como ellos, no necesitaron  nunca hablar  para  poder  sentir o saber que el mundo  había parado para que ellos bailaran,  Estela, que fue el nombre que él  otorgó a la chica, enseñó a David  lo magnifico  del silencio y  lo absurdo de las palabras cuando se ama,  fue como si ambos  hubieran renunciado a su historia personal, para escribir una nueva. Él seguía  trabajando en la  oficina de correos, cada madrugada abandonaba  la casa  sin hacer ruido para no despertar a Estela,   regresaba cada noche  y la encontraba  en la misma pared, con la herida de la mano sangrando  por lo insistente de sus dientes, pero sus ojos se iluminaban al verlo entrar con la bolsa de pan y  los brazos extendidos para seguir bailando en esa irrealidad. Fueron felices,  David comenzó a olvidar  los  nombres de las cosas,  comenzó  a  entrar al mundo de Estela, donde   las únicas palabras validas se decían  con la mirada y  el suave balanceo de los cuerpos al bailar.
El viejo me miro, tenía la boca abierta y los ojos como platos, me parecía increíble lo que me decía, pero hermoso, así que se sonrío de manera socarrona y continuó hablando.
-Pero ha  de saber señorita que este mundo no es para  seres como ellos.  David   sumergido en el  letargo que le proporcionaban los brazos de Estela, dejo de cumplir con los requisitos mínimos para la subsistencia,  lo echaron  de la oficina de correos, dándole una indemnización   justa  por sus años de servicio.  Con esto sobrevivieron hasta el día  que  los arrancaron a uno del otro.
-¿quién los arranco?  ¿Porqué?-  pregunte ya sin poder ocultar el gran interés que me provocaba ese descabellado realato .
- el destino, un dios cruel, la sociedad que no entendió-decía el viejo , bajando por primera vez la mirada y sacudiendo la cabeza de forma negativa, era como si realmente sintiera la historia.-el hombre es cruel, es envidioso  y no soporta ver a dos criaturas entregadas a la felicidad de su naturaleza, los vecinos de David  dieron aviso a las autoridades, disfrazando sus malas intenciones de preocupación, una mañana  mientras David  y Estela desayunaban entre fluidos y gemidos,  la puerta de la casa se abrió con violencia y unos tipos  uniformados   partieron  por la mitad ese gran corazón del que ahora latían los dos, David corrió tras ellos gritando el nombre de su complemento, ella tomó su mano  con los dientes hasta hacerla sangrar.
-Pero porqué se la llevaron, no estaban haciendo nada malo- cuestioné arqueando las cejas  y  sin poder evitar   la necesidad de seguir escuchando.
-Pues no, ellos no hacían nada malo, ni le hacían mal a nadie- explicó el viejo don Jacobo- pero como le digo la  gente es mala, resulta que Estela era hija de un  tal señor Díaz,  y  tenían ya bastante tiempo buscándola,  porque la chamaca se escapó de un hospital psiquiátrico,  por eso fue que vino a parar a la casa del barandal la noche que David la encontró.
-Y después que paso?- presione al viejo sin  ocultar la intriga.
-Pues ocurrió que David  sin poder desprenderse de Estela  y habiendo  olvidado cómo era vivir en el  mundo de los "cuerdos" se dedico por un tiempo a cultivar en el pequeño jardín de su casa  girasoles, para sentir la presencia de su amada, todas las noches los roseaba con sangre q hacia brotar de las palmas de sus manos.  Por las mañanas salía a buscarla,   mostraba a los extraños esa herida que aún sangraba en su mano izquierda, con la esperanza de que  pudieran verla y la identificaran con la de  Estela, pero nada, Ella no aparecía,  David ya sin dinero y sin poder hablar, dejo su casa y su jardín de girasoles  marrón, para venir a  la banqueta donde la encontró, con la esperanza de  verla regresar.
-Y porqué ataco a Marta, porqué le contó a usted su historia? Porqué me la cuenta usted a mí?- no entendía muchas cosas,  para empezar no entendía q rayos  hacia yo ahí,  que  morbo extraño me llevo a ese  interrogatorio, que  necesidad llevo al viejo a contar la  historia a una completa desconocida.
- David no ataco a  Marta, solo la confundió con su Estela, el día  de la tormenta, él  pensó ver en las manos de Marta las de Estela,  y pretendió verlas sangrar como lo hacían las de ella;  cuando   nosotros le atacamos y lo atamos para evitar   le hiciera daño a alguien,  en un momento de "cordura" David comenzó a repasar esta historia que  yo acabo de contarle,  me mostró   las  heridas en sus manos  y los  restos del primer girasol marrón, el que traía consigo Estela la noche que la encontró.  Yo no pude menos que avergonzarme ante mi  lucidez,  envidié por un momento a aquel desdichado loco, porque pese a todo conocía  mejor que cualquiera de nosotros lo que es la angustia de amar, extrañar  y esperar,  pero lo mejor de todo era pensar que ese loco fue feliz, plenamente  por un breve tiempo, pero plenamente, eso es algo que  yo nunca pude experimentar.
Don Jacobo guardo silencio y murmuraba olvidar, olvidar, - ¿Porqué me cuenta todo esto a mi?- retiteré la pregunta para sacarlo del letargo en el que parecía haberse sumido.
-¿Qué porque se lo cuento a usted?   Es sencillo,  usted no me conoce  y yo no la conozco, sabía que preguntaría por el loco,   porque eso  hacen todos los que  me visitan, pero no, usted no pregunto nada.  Quizás por eso  mereció que le contara la historia.   Pero ahora le  pido señorita que se marche, que   como le dije al incendiar las primeras palabras,  tengo q seguir en mi espera,  espero que David encuentre a Estela,  espero que la muerte me encuentre a mi y  ahora mismo espero  a que usted se valla.-  El viejo se  levanto  de su sillón,  se  tiro en el suelo  y recargándose a la pared comenzó a   murmurar "olvidar"…
Salí de la casa de don Jacobo, con  un  halo de incredulidad, pensaba en volver al día siguiente, para  interrogar nuevamente al viejo, pero los días posteriores la puerta no se abrió.   La  intriga me hizo volver a la tienda,   pedí cigarros, y nuevamente como quien no quiere, pregunté que había sido de Don Jacobo.   El tendero me   comunicó,   que  Eduvijes, lo había encontrado, días atrás muerto, junto a la misma pared, con las palmas de las manos reventadas y la sonrisa placida de quien nada teme.  Agradecí  por  la atención y la respuesta,  mire el barandal   e imagine a David y  a Estela, después  observe  el portón negro  y  pude ver  la imagen del viejo Jacobo   recibiendo la dulce muerte… cerré los ojos y  sólo pude pensar… olvidar.





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Desesperanzas III

22:47

Hace frío sin ti, pero se vive
Roque Dalton
Pienso sin saber que siento, me miento si digo que no duele -de los engaños el menor-, no sé si lo entiendas, no quiero que me creas, no espero que me esperes. Hace tiempo que mi imagen se fue transfigurando en tu mirada, tanto, que ya no es mi rostro el que ves, ni mi piel la que deseas. Poco a poco me volviste un ser mítico de piedra, una hermosa construcción en tu cabeza, me dotaste de la belleza más excelsa, diste a mis ojos la luz de todas las estrellas, le cediste al olvido mis defectos y pusiste en mis labios tus palabras. Por un momento parecía sencillo ser arcilla, dejarme moldear, reinventar, crear ¿Por qué no? Si yo no había sabido hacerlo, tal vez tú tendrías la fórmula perfecta y de inicio parecía que sabias todas las respuestas.
No soy musa, no eres demiurgo, no somos…
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Los finales no felices

21:52

"Hubiera querido penetrar en tu pasado
murmurando frases que hacen llorar a los muertos
y encantar a las fieras encerradas en tu corazón"
Alejandro Jodorowsky
Si alguien me hubiera preguntado, yo hubiera contestado con palabras prohibidas "siempre" ó "nunca" pese a que desde la última vez me prohibí estrictamente pronunciarlas, sabiendo que su concepto se ata como soga al cuello y cuando intentas alejarte te deja colgado en mitad del vacío, sin aliento sin vida, sin nada. Es bueno que ya nadie pregunte, así es más sencillo sólo volver a pasar y que los que ya de siempre vaticinaban este desenlace, puedan regocijarse en su triste acierto: No pudimos.
Me habría gustado mirarte de nuevo, murmurarte las palabras exactas al oído y quedarme ahí, por mucho tiempo.
Me perdí, hace muchas líneas atrás, miles de líneas atrás me perdí y lo más triste es que esta vez ya no quiero buscárteme.
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Los finales felices…

20:27

   Nunca me han gustado los finales felices, me parecen irreales, una burla para los lectores, atentar con cualquier ápice de inteligencia humana, a lo mejor soy muy dura. Recuerdo cuando era joven, bueno, más joven, digamos infante, mi tía Lidia era adicta a las novelitas de puesto de periódicos Jazmín, novelas con corazón, o las novelas que venían en Vanidades, todas escritas por Corín Tellado, yo de repente me leí un par de ellas, a escondidas claro está, porque tenían un "alto contenido erótico" no apto para una niña, la verdad es que era atractivo leerlas solo porque me eran prohibidas, pero en realidad resultaba de lo más aburrido, pues después de leer la primera ya tenía el esquema, la fórmula mágica, para saber cómo terminarían todas.
    Hace algún tiempo tuve un altercado con un polígono amoroso y digo polígono, porque a veces sólo era un triángulo pero de repente ya no sabía cuántos lados tenía la cosa esa, pero no es eso lo que me ocupa por ahora, sino la emblemática personalidad de una de las participantes en la trama de esa historia, era una mujer si no digamos guapa por lo menos con dos ojos, dos piernas, veinte dedos, una boca, de más o menos mi edad, en fin, digamos una chica normal promedio, dentro de esa normalidad algo muy enfermo  desde mi perspectiva se escondía, tuve oportunidad de hablar un par de veces con ella, y las dos ocasiones me sentí en medio de una telenovela de Televisa, sus diálogos eran del tipo: Ese hombre es mío y nadie me lo puede quitar, Me voy a vengar y pagaran con sangre malnacidos, Yo estoy dispuesta a luchar por lo que es mío, cuésteme lo que me cueste, parecía que
como en nuestro tiempo las guarderías no estaban tan en boga, había sido educada  por él canal de las estrellas. Al principio me parecía ridículo y hasta me divertía, pero después me di cuenta, que es toda una estructura de pensamiento mucho más compleja, arraigada en muchas mujeres, de mi edad al menos.
     La expectativa en cuanto a la consumación de la felicidad, la idea de los buenos y los malos, los amores eternos, es algo enraizado en el imaginario colectivo, y aquí trato de separar un poco las ideas, todos queremos ser felices, porque bueno es parte de la naturaleza buscar los estados de bienestar, el problema es que tenemos un concepto transfigurado de felicidad, es decir (hablo de generalidades) vivimos con una esperanza ciega y torpe, de que en algún momento alguien nos va a salvar y tendremos un final feliz.
    Los finales felices, no sólo no me gustan, no existen. Leemos novelas rosas y miramos telenovelas para compensar la frustración de una búsqueda absurda, el problema es el círculo vicioso que en ello se juega.
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Un dos tres por mi…

13:22

"Sin embargo, los adultos viven con la idea
grabada en el corazón de que
las cosas son hermosas porque acaban"
Banana Yoshimoto
Amrita
Nuevamente descalza y por el filo de la navaja, caminas distraída, solo por momentos sientes la adrenalina transitando por el cuerpo y en ese instante sonríes, de un lado el abismo: la caída sin fondo, el grito que ya nadie escucha, las fauces del lobo esperando para devorarte; del otro, la muy segura salvación, pero tú no quieres salvarte, eso lo tienes claro. Has aprendió a jugar a las escondidas con la muerte, sabes muy bien donde se encuentra, pero la dejas correr hasta la base para decir con gozo un dos tres por mi y por todos mis amigos, entonces es su turno de buscarte, no te mueves, no respiras y cuando parece que ha levantado hasta la última piedra sin encontrarte, huyes hasta poder gritar, un dos tres por mí, por mi y por mí. Has tenido suerte esta vez, la bala no salió disparada y le has ganado a la ruleta, pero mantente alerta que no siempre tendrás la habilidad de los gatos, para seguir cayendo de pie.
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Secretos

22:59

Algo en la cabeza me da vueltas desde hace algún tiempo, una culpa irracional por los secretos que conmigo tengo, más de alguna vez he estado a punto de abrir la caja de pandora y dejarlos escapar todos, ser libre, no sentir ese peso sobre mis espaldas ni presentir que esas miradas inquisitorias los notaran intentando salir por mis labios en cualquier momento, y entonces dedos índices gigantes me señalaran enérgicos y voces del pasado y del presente me reclamarán por haber guardado silencio tanto tiempo…


Si yo lo sé, mis palabras suenan a argumento de telenovela chafa…
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