viernes, 4 de junio de 2010

Diluyéndome


Comienzas a diluirte en el llanto de las tres vidas que preceden al último estallido, todo va perdiendo color, se deslavan las ideas, se pierde el sentido en ese mar de lágrimas fermentadas que celosamente guardabas con el afán de no perder la memoria. Tus únicas pertenencias han sido desde siempre, una oscura noche inscrita en la mirada y ese cumulo de interminables historias que una a una sin que puedas hacer nada desaparecen, se pierden ante un par de ojos maliciosos que disfrutan mirando tu declive, que esperaron pacientes el momento de verte caer. Pero tú ya no eres capaz de sentir nada, has quedado reducida a lo que de ti esos ojos conserven, no los odias por regodearse en tu fracaso, no los amas porque nunca supiste como hacerlo, ya no eres más tú en ti, ya no son tus manos, ni tu voluntad, ni tu noche en la mirada, ya no eres tú quien escribe , ya no eres tú la que habla, terminaste por diluirte en el néctar amargo de las tristezas pasadas...

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Diluyéndome


Comienzas a diluirte en el llanto de las tres vidas que preceden al último estallido, todo va perdiendo color, se deslavan las ideas, se pierde el sentido en ese mar de lágrimas fermentadas que celosamente guardabas con el afán de no perder la memoria. Tus únicas pertenencias han sido desde siempre, una oscura noche inscrita en la mirada y ese cumulo de interminables historias que una a una sin que puedas hacer nada desaparecen, se pierden ante un par de ojos maliciosos que disfrutan mirando tu declive, que esperaron pacientes el momento de verte caer. Pero tú ya no eres capaz de sentir nada, has quedado reducida a lo que de ti esos ojos conserven, no los odias por regodearse en tu fracaso, no los amas porque nunca supiste como hacerlo, ya no eres más tú en ti, ya no son tus manos, ni tu voluntad, ni tu noche en la mirada, ya no eres tú quien escribe , ya no eres tú la que habla, terminaste por diluirte en el néctar amargo de las tristezas pasadas...
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