Caminas sin esperar llegar. Sólo caminas, tus pasos son cada vez menos firmes, tu mirada menos exacta. Sólo caminas. Esperando sin esperanza, pretendiendo que el siguiente paso cobre sentido, o que quizás la suma de todos los que ya has dado dé una cifra a tu favor, perdiste la cuenta hace mucho tiempo de cuantos serán, olvidaste el rumbo que te habías trazado al comenzar, ahora sólo la inercia te permite seguir andando.
El día de la huida alguien te prometió valdría la pena partir, por eso caminas, sólo caminas.
El alma condenada o De Bernini a Bartolozzi
Hace 2 días
0 visiones de otros espejos:
Publicar un comentario