jueves, 13 de octubre de 2011

Tiempo

El insomnio es un nuevo amigo de mis noches, llega justo antes de que se apaguen las  luces y se va muy sonriente justo antes de que vuelvan a encenderse. Al principio amablemente le pedía que se fuera, pues las jornadas de trabajo después de una noche de insomnio  son insufribles, pero no, no funcionó, entonces opté por tratar de echarlo por la fuerza, arrancándome los pelos, tomando leche caliente, contando borreguitos, practicando meditación zen, hasta el baño con hojas de lechuga intenté, pero nada, instalado ya en mi días como quien siempre ha vivido ahí.  Deje de resistirme a la vigilia, creo que mi cuerpo esta adaptándose a dormir cuatro horas por día y si lo pienso bien, es hasta productivo, por primera vez en mucho tiempo voy al corriente con mis reportes, he estado dándole un poco a la corrección de mis cuentos  que tenía tan olvidados, he leído un par de cosas que tenía en lista de espera y he visto películas que parecía que sólo había comprado para rellenar ese espacio en el librero.  Anoche precisamente vi algo bastante intenso, una película que se me había resistido desde ya hace algunos meses y que más que hablar de mi insomnio y mis hábitos noctámbulos es lo que me ocupa en este post.


Tiempo, un filme coreano del director Kim Ki-Duk, una película de amor, sí, suponen bien, de otro tipo de amor, un amor enfermo. Ella una chica linda que decide cambiar su rostro completamente por miedo a que él pueda cansarse con el paso del tiempo de ver siempre la misma cara, del mismo cuerpo. Él un hombre sencillo y perdidamente enamorado de su neurótica, posesiva y celosa novia.   La historia va del abandono,  la búsqueda,  la reinvención literal, la desesperación, el deseo, la lealtad, la confusión y la cascada infinita de emociones encontradas que  se generan en torno a esta necesidad de sentirse amado, de pretender ser todo para alguien, ser todo y serlo todo el tiempo.

De una manera muy sutil aunque sin dejar de tener partes visualmente violentas, Kim Ki-Duk, plantea interrogantes fuertes sobre el amor y las relaciones humanas a través del tiempo, ¿Será que realmente podemos amarnos toda la vida? ¿Qué tanto la reinvención nos pierde? ¿Cuáles son los límites del amor?  Además de cuestiones de identidad y belleza.

Debo agregar que el escenario principal de la película es hermoso, el parque de las esculturas en la isla de Mo, está isla pertenece a un escultor llamado Lee Il-ho,  quien exhibe su trabajo de forma permanente en la isla. La esculturas que aparecen en la película son todas con temáticas amorosas y/o eróticas,  hermoso, si a eso agregamos la maravillosa fotografía del filme, aquello se vuelve en un festín visual digno de ser apreciado por todos.

Después de ver tiempo, menos pude dormir.  Pasé la noche repasando las posibles respuestas a las interrogantes que quedan abiertas en el filme.
http://www.youtube.com/watch?v=7zQE-CSzodg

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Tiempo

El insomnio es un nuevo amigo de mis noches, llega justo antes de que se apaguen las  luces y se va muy sonriente justo antes de que vuelvan a encenderse. Al principio amablemente le pedía que se fuera, pues las jornadas de trabajo después de una noche de insomnio  son insufribles, pero no, no funcionó, entonces opté por tratar de echarlo por la fuerza, arrancándome los pelos, tomando leche caliente, contando borreguitos, practicando meditación zen, hasta el baño con hojas de lechuga intenté, pero nada, instalado ya en mi días como quien siempre ha vivido ahí.  Deje de resistirme a la vigilia, creo que mi cuerpo esta adaptándose a dormir cuatro horas por día y si lo pienso bien, es hasta productivo, por primera vez en mucho tiempo voy al corriente con mis reportes, he estado dándole un poco a la corrección de mis cuentos  que tenía tan olvidados, he leído un par de cosas que tenía en lista de espera y he visto películas que parecía que sólo había comprado para rellenar ese espacio en el librero.  Anoche precisamente vi algo bastante intenso, una película que se me había resistido desde ya hace algunos meses y que más que hablar de mi insomnio y mis hábitos noctámbulos es lo que me ocupa en este post.


Tiempo, un filme coreano del director Kim Ki-Duk, una película de amor, sí, suponen bien, de otro tipo de amor, un amor enfermo. Ella una chica linda que decide cambiar su rostro completamente por miedo a que él pueda cansarse con el paso del tiempo de ver siempre la misma cara, del mismo cuerpo. Él un hombre sencillo y perdidamente enamorado de su neurótica, posesiva y celosa novia.   La historia va del abandono,  la búsqueda,  la reinvención literal, la desesperación, el deseo, la lealtad, la confusión y la cascada infinita de emociones encontradas que  se generan en torno a esta necesidad de sentirse amado, de pretender ser todo para alguien, ser todo y serlo todo el tiempo.

De una manera muy sutil aunque sin dejar de tener partes visualmente violentas, Kim Ki-Duk, plantea interrogantes fuertes sobre el amor y las relaciones humanas a través del tiempo, ¿Será que realmente podemos amarnos toda la vida? ¿Qué tanto la reinvención nos pierde? ¿Cuáles son los límites del amor?  Además de cuestiones de identidad y belleza.

Debo agregar que el escenario principal de la película es hermoso, el parque de las esculturas en la isla de Mo, está isla pertenece a un escultor llamado Lee Il-ho,  quien exhibe su trabajo de forma permanente en la isla. La esculturas que aparecen en la película son todas con temáticas amorosas y/o eróticas,  hermoso, si a eso agregamos la maravillosa fotografía del filme, aquello se vuelve en un festín visual digno de ser apreciado por todos.

Después de ver tiempo, menos pude dormir.  Pasé la noche repasando las posibles respuestas a las interrogantes que quedan abiertas en el filme.
http://www.youtube.com/watch?v=7zQE-CSzodg
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