Tiempo, un filme coreano del director Kim Ki-Duk, una película de amor, sí, suponen bien, de otro tipo de amor, un amor enfermo. Ella una chica linda que decide cambiar su rostro completamente por miedo a que él pueda cansarse con el paso del tiempo de ver siempre la misma cara, del mismo cuerpo. Él un hombre sencillo y perdidamente enamorado de su neurótica, posesiva y celosa novia. La historia va del abandono, la búsqueda, la reinvención literal, la desesperación, el deseo, la lealtad, la confusión y la cascada infinita de emociones encontradas que se generan en torno a esta necesidad de sentirse amado, de pretender ser todo para alguien, ser todo y serlo todo el tiempo.
De una manera muy sutil aunque sin dejar de tener partes visualmente violentas, Kim Ki-Duk, plantea interrogantes fuertes sobre el amor y las relaciones humanas a través del tiempo, ¿Será que realmente podemos amarnos toda la vida? ¿Qué tanto la reinvención nos pierde? ¿Cuáles son los límites del amor? Además de cuestiones de identidad y belleza.
Debo agregar que el escenario principal de la película es hermoso, el parque de las esculturas en la isla de Mo, está isla pertenece a un escultor llamado Lee Il-ho, quien exhibe su trabajo de forma permanente en la isla. La esculturas que aparecen en la película son todas con temáticas amorosas y/o eróticas, hermoso, si a eso agregamos la maravillosa fotografía del filme, aquello se vuelve en un festín visual digno de ser apreciado por todos.
Después de ver tiempo, menos pude dormir. Pasé la noche repasando las posibles respuestas a las interrogantes que quedan abiertas en el filme.
http://www.youtube.com/watch?v=7zQE-CSzodg
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