martes, 26 de julio de 2016

33-4 Porque yo no sé nadar



Guardé los sonidos de la infancia en la raíz palpitante que llevo en el pecho. Aprendí que la forma correcta de caminar es con los pies descalzos y que la única forma de apreciar la belleza de un cuerpo es mirar con atención su mapa de recuerdos. Bebí de forma desmedida las mieles de la primavera; me resigné entonces a dejar pasar el polvo, que remueve el otoño, hasta cicatrizar la herida. Avanzo con calma y cada vez con menos miedo hacía la transformación de los años, como canción pop española: todo es horrible o terriblemente bello.  

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33-4 Porque yo no sé nadar



Guardé los sonidos de la infancia en la raíz palpitante que llevo en el pecho. Aprendí que la forma correcta de caminar es con los pies descalzos y que la única forma de apreciar la belleza de un cuerpo es mirar con atención su mapa de recuerdos. Bebí de forma desmedida las mieles de la primavera; me resigné entonces a dejar pasar el polvo, que remueve el otoño, hasta cicatrizar la herida. Avanzo con calma y cada vez con menos miedo hacía la transformación de los años, como canción pop española: todo es horrible o terriblemente bello.  
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