Uno de mis episodios favoritos en Cien años de soledad es
cuando todo Macondo enferma de insomnio y comienzan a olvidar, entonces José
Arcadio Buen Día comienza a poner letreritos sobre las cosas con sus nombres; eventualmente
saber cómo se llama algo no era suficiente, así
que además de poner su nombre, puso el para qué se usa o sirve cada cosa
“esta es la vaca, la vaca da leche, la leche se pone a hervir y se combina con
el café para hacer café con leche “
Me acordé de este pedacito de
Cien años de soledad, porque ayer leyendo a las brujitas, una decía de forma
muy determinante que antes de aprender a leer en las estrellas el porvenir, era
necesario aprender a mirar con objetividad el presente. Dando vueltas a esa idea apareció en mi cabeza
Pilar Ternera, quien en tiempos del insomnio dejó de leer el futuro en las
barjas para leer el pasado, siendo en plena crisis más necesario saber quiénes eran
y no quiénes serían. Evoqué a mis psicoanalistas, terapeutas y demás fauna psicoloca
que he tenido a bien frecuentar en diferentes momentos de mi vida y pensaba que
no están muy lejanos ni de las brujitas, ni de la primera amante del primogénito
de los Buen Día, su “mancia” es esa, la de ayudar a leer el pasado para
entender el presente.
Si, he tenido un poco
de tiempo libre para pensar tonterías, aún no tenemos internet en casa. Cosas
que me son necesarias ahora mismo:
-Dejar de pensar en él por las mañanas, las noches y el
resto del día están casi bajo control, pero las mañanas son harto complicadas.
-Ubicar un parque, bosque, un pulmón más o menos cercano a casa para caminar
cavilando pendejadas sin correr el riesgo de morir atropellada ni volver a casa
como quien se ha fumado una decena de cigarrillos laramy.
-Encontrar una librería, el mundo es muy triste sin libros y
sin internet.
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