…entonces el monstruo se asomó por atrasito de mi oreja, no pude más que asustarme y llorar como chiquilla. Resulta que el monstruo también se asustó, lloriqueó unos minutos saltando después por la ventana, dejándome sola y sin consuelo.
El alma condenada o De Bernini a Bartolozzi
Hace 2 días
0 visiones de otros espejos:
Publicar un comentario