miércoles, 22 de junio de 2011

Arroz con leche

Encontré una aplicación exacta para esa frase de tiempos pasados siempre fueron mejores, las cocinas de las abuelas, mi abuela tenía el sazón mágico en sus manos, era la reina de la sopa de fideo y no es que mi madre tenga mal sazón, no nada de eso, pero sinceramente nada como los guisos de mi abuela, y podrían ser las cosas más sencillas para un día común, hasta lo más elaborado para las festividades, todo era delicioso. Había un problema con la abuela, siempre fue muy celosa de su cocina, y no permitía que nadie le ayudara con nada ahí dentro, su frase para ahuyentar a todo mundo de ese espacio místico mágico era mucho ayuda el que no estorba, con eso nos quedaba claro a todos que no quería nadie rondando por ahí hasta que estuviera lista la comida y entonces una comitiva de más de 20(aquí cabe aclarar que mi abuela tuvo 18 hijos, que por lo general se reunían los domingos a comer) personas se sentarían en esa enorme mesa de comedor que había en su cocina a deleitarse con lo que se que hubiera preparado. Esos tiempos eran geniales, parecía domingo de fiesta siempre, desafortunadamente la abuela enfermó, no fueron muchos años los que yo gocé de esos banquetes, pero no los olvidó.


Cuando la abuela enfermó, eligió a una de mis tías para heredarle todos sus saberes de alquimia gastronómica, y bueno mi tía aprendió muy bien, aunque nunca igualaría a la abuela, además poco a poco la enorme familia se dispersó y no hubo más domingos familiares, entonces mi tía ya sólo cocinaba para tres, el abuelo, la abuela que ya casi no comía y ella que siempre vivía a dieta, por lo que la comida dejo de ser un ritual en esa casa.

Pese a ello, una de las últimas veces que yo estuve por ahí, me invitaron una deliciosa taza de arroz con leche, juro que ha sido el mejor arroz con leche que he comido en mi vida, con la consistencia exacta, el dulce preciso, incomparable. Entonces aunque eso de cocinar nunca ha sido lo mío, le pedí a mi tía la receta de tan delicioso postre, mi tía tan simpática y buena como parece ser, me anotó la receta y me dijo si tienes dudas me hablas y yo te digo como hacer.

Bien, intentando ser menos hermética de lo que fue la abuela quiero compartir con ustedes el tesoro de familia que entregó mi tía, como receta para elaborar el postre perfecto:

Arroz al gusto


Leche al gusto


Azucar al gusto


Canela al gusto


Hierva, mezcle y coma.


(no alterar ninguno de los ingredientes)

Encantadoras las mujeres González no les parece?

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Arroz con leche

Encontré una aplicación exacta para esa frase de tiempos pasados siempre fueron mejores, las cocinas de las abuelas, mi abuela tenía el sazón mágico en sus manos, era la reina de la sopa de fideo y no es que mi madre tenga mal sazón, no nada de eso, pero sinceramente nada como los guisos de mi abuela, y podrían ser las cosas más sencillas para un día común, hasta lo más elaborado para las festividades, todo era delicioso. Había un problema con la abuela, siempre fue muy celosa de su cocina, y no permitía que nadie le ayudara con nada ahí dentro, su frase para ahuyentar a todo mundo de ese espacio místico mágico era mucho ayuda el que no estorba, con eso nos quedaba claro a todos que no quería nadie rondando por ahí hasta que estuviera lista la comida y entonces una comitiva de más de 20(aquí cabe aclarar que mi abuela tuvo 18 hijos, que por lo general se reunían los domingos a comer) personas se sentarían en esa enorme mesa de comedor que había en su cocina a deleitarse con lo que se que hubiera preparado. Esos tiempos eran geniales, parecía domingo de fiesta siempre, desafortunadamente la abuela enfermó, no fueron muchos años los que yo gocé de esos banquetes, pero no los olvidó.


Cuando la abuela enfermó, eligió a una de mis tías para heredarle todos sus saberes de alquimia gastronómica, y bueno mi tía aprendió muy bien, aunque nunca igualaría a la abuela, además poco a poco la enorme familia se dispersó y no hubo más domingos familiares, entonces mi tía ya sólo cocinaba para tres, el abuelo, la abuela que ya casi no comía y ella que siempre vivía a dieta, por lo que la comida dejo de ser un ritual en esa casa.

Pese a ello, una de las últimas veces que yo estuve por ahí, me invitaron una deliciosa taza de arroz con leche, juro que ha sido el mejor arroz con leche que he comido en mi vida, con la consistencia exacta, el dulce preciso, incomparable. Entonces aunque eso de cocinar nunca ha sido lo mío, le pedí a mi tía la receta de tan delicioso postre, mi tía tan simpática y buena como parece ser, me anotó la receta y me dijo si tienes dudas me hablas y yo te digo como hacer.

Bien, intentando ser menos hermética de lo que fue la abuela quiero compartir con ustedes el tesoro de familia que entregó mi tía, como receta para elaborar el postre perfecto:

Arroz al gusto


Leche al gusto


Azucar al gusto


Canela al gusto


Hierva, mezcle y coma.


(no alterar ninguno de los ingredientes)

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