lunes, 12 de septiembre de 2011

500 días con ella

Tres premisas indispensables para leer este post.

a)      Ha sufrido ya una decepción amorosa que lo dejo destrozado y llorando como nene o nena.

b)      Alguna vez se  ha enamorado perdidamente de alguien con quien tuvo intimidad pero que claramente le dijo “no me interesa tener una relación”.

c)       Usted sigue pensando que el amor existe.

Muy bien si cumple con por lo menos una de las tres anteriores, puede seguir adelante con la lectura, en caso contrario, mi recomendación es no pierda tiempo, viva un poco más, salga a la calle a buscar al amor de su vida, tenga sexo desenfrenado con alguien para terminar enamorado de ese alguien, permita que le rompan el corazón, llore inconsolablemente y después sólo después ya que haya superado la etapa más dolorosa y esté dispuesto a continuar con su vida venga y lea este post.

500 días con ella es una comedia romántica, o por lo menos ahí la colocan  los que se encargan de hacer las clasificaciones de las películas. A mí me parece que aunque tiene tintes románticos, tiernos, de esos donde las hormonas suspiran y dan ganas de tener un Tom o una Summer cerca, no es precisamente una historia de amor, o por lo menos  no del amor rosa,  ese amor irreal con el  que nos ha enfermado la cabeza desde niños  Disney.   La forma en que se va contando la historia no es lineal, es un ir y venir entre los 500 días, teniendo una combinación dolor, placer, confusión, frustración, desesperación, alegría, asombro, complicidad, esperanza, deseo y todas esas cosas que en realidad se sienten cuando te enamoras, cuando tú encuentras al amor de tu vida, pero el amor de tu vida no te encuentra a ti. 

Al final Tom no se queda con la chica, Summer se casa con alguien más, pero no es eso lo importante. Lo importante es ver a Tom salir a comprar Wiskey en bata, verle rompiendo platos como poseído y sufriendo infinitamente, hasta que no le queda más que  dejar de conmiserarse y regresar al mundo. No al mundo de antes de Summer, no al mundo con Summer, a un nuevo mundo, donde hay mil cosas por descubrirse, donde el amor aún existe.

Pfff, esperanzador final, no sé si son las hormonas  o un vestigio de  esperanza las que teclean el post del día de hoy, pero me ha gustado mucho la película, una comedia romántica inteligente, muy bien armada y además con una musicalización popera, sí  muy pop pero muy agradable.

Vi esta película por un pacto, juego, competencia el producto que da prueba de que la he visto es un dibujo y una frase, el dibujo no lo posteare porque apesto como dibujante, pero la frase sí, dos frases me gustaron mucho:

“No me gusta ser novia de nadie, en realidad no me gusta ser nada de nadie”

“Robín no es la chica de mis sueños, ella es mejor que eso, es real”

(agrego foto de Matthew Gray Gubler, porque aunque su personaje es completamente secundario, fue su frase la que más me ha gustado, además de que bueno O por Dios, etc. etc.)

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500 días con ella

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Tres premisas indispensables para leer este post.

a)      Ha sufrido ya una decepción amorosa que lo dejo destrozado y llorando como nene o nena.

b)      Alguna vez se  ha enamorado perdidamente de alguien con quien tuvo intimidad pero que claramente le dijo “no me interesa tener una relación”.

c)       Usted sigue pensando que el amor existe.

Muy bien si cumple con por lo menos una de las tres anteriores, puede seguir adelante con la lectura, en caso contrario, mi recomendación es no pierda tiempo, viva un poco más, salga a la calle a buscar al amor de su vida, tenga sexo desenfrenado con alguien para terminar enamorado de ese alguien, permita que le rompan el corazón, llore inconsolablemente y después sólo después ya que haya superado la etapa más dolorosa y esté dispuesto a continuar con su vida venga y lea este post.

500 días con ella es una comedia romántica, o por lo menos ahí la colocan  los que se encargan de hacer las clasificaciones de las películas. A mí me parece que aunque tiene tintes románticos, tiernos, de esos donde las hormonas suspiran y dan ganas de tener un Tom o una Summer cerca, no es precisamente una historia de amor, o por lo menos  no del amor rosa,  ese amor irreal con el  que nos ha enfermado la cabeza desde niños  Disney.   La forma en que se va contando la historia no es lineal, es un ir y venir entre los 500 días, teniendo una combinación dolor, placer, confusión, frustración, desesperación, alegría, asombro, complicidad, esperanza, deseo y todas esas cosas que en realidad se sienten cuando te enamoras, cuando tú encuentras al amor de tu vida, pero el amor de tu vida no te encuentra a ti. 

Al final Tom no se queda con la chica, Summer se casa con alguien más, pero no es eso lo importante. Lo importante es ver a Tom salir a comprar Wiskey en bata, verle rompiendo platos como poseído y sufriendo infinitamente, hasta que no le queda más que  dejar de conmiserarse y regresar al mundo. No al mundo de antes de Summer, no al mundo con Summer, a un nuevo mundo, donde hay mil cosas por descubrirse, donde el amor aún existe.

Pfff, esperanzador final, no sé si son las hormonas  o un vestigio de  esperanza las que teclean el post del día de hoy, pero me ha gustado mucho la película, una comedia romántica inteligente, muy bien armada y además con una musicalización popera, sí  muy pop pero muy agradable.

Vi esta película por un pacto, juego, competencia el producto que da prueba de que la he visto es un dibujo y una frase, el dibujo no lo posteare porque apesto como dibujante, pero la frase sí, dos frases me gustaron mucho:

“No me gusta ser novia de nadie, en realidad no me gusta ser nada de nadie”

“Robín no es la chica de mis sueños, ella es mejor que eso, es real”

(agrego foto de Matthew Gray Gubler, porque aunque su personaje es completamente secundario, fue su frase la que más me ha gustado, además de que bueno O por Dios, etc. etc.)
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