miércoles, 7 de mayo de 2014

Es mayo y llueve y...

Te escribo para decirte
que no quiero decirte nada
que sólo quiero abrazarte
buscar el calor de tu vida.
Pedro Casariego Cordoba

Es mayo. Es mayo y llueve. Es mayo llueve y me acordé de ti.  Es mayo, llueve, me acordé de ti y mañana es tu cumpleaños. Es mayo, llueve, me acordé de ti, mañana es tu cumpleaños y creo que a veces te extraño.  
Protesto a la distancia, al tiempo, a las rutinas y al olvido. Nos fuimos, envejecimos, nos olvidamos.   Perdí la cuenta  de las lluvias que pasaron desde la última vez que un mensaje al celular me avisaba que en ese otro lugar del planeta donde tú habitas también llovía.  Digo lluvia, digo olvido, digo Sauce, digo tú y esa tenue tristeza que siempre nos rondaba se asoma en la memoria y siento el ligero estremecer de la tarde reventar en mis dedos.  
Me permito en el vado de nostalgia en el que tanto disfruto acomodar mis tardes, dedicarte algunas líneas para celebrar  el recuerdo de nuestra amistad olvidada. Quizá se quedó detenida, frente a una taza de solemne y humeante café o ebria y desenfada a la salida de algún bar.  Quizás viaja contigo sin mí y conmigo sin ti.  No es sencillo encontrar ojos desnudos que nos contemplen.
No somos los mejores amigos, esos que nunca se hieren, esos que siempre están, esos que nunca se olvidan.  Por el contrario, somos dos tristes mortales falibles y excéntricos que en plena caída nos reconocimos.  No tengo yo que contarte la historia, bastara desempolvar la memoria o abrir el ordenador para encontrarla.  Me gusta pensar que en efecto fue magia.  Que hace 10 años en un mundo que ya no existe  un Sauce y una Maga se encontraron y  se volvieron amigos.

Nunca pude asistir a tus fiestas de cumpleaños, a decir verdad creo que es el primer año que recuerdo la fecha exacta. No vivo mucho en esta tierra.  

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Es mayo y llueve y...

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Te escribo para decirte
que no quiero decirte nada
que sólo quiero abrazarte
buscar el calor de tu vida.
Pedro Casariego Cordoba

Es mayo. Es mayo y llueve. Es mayo llueve y me acordé de ti.  Es mayo, llueve, me acordé de ti y mañana es tu cumpleaños. Es mayo, llueve, me acordé de ti, mañana es tu cumpleaños y creo que a veces te extraño.  
Protesto a la distancia, al tiempo, a las rutinas y al olvido. Nos fuimos, envejecimos, nos olvidamos.   Perdí la cuenta  de las lluvias que pasaron desde la última vez que un mensaje al celular me avisaba que en ese otro lugar del planeta donde tú habitas también llovía.  Digo lluvia, digo olvido, digo Sauce, digo tú y esa tenue tristeza que siempre nos rondaba se asoma en la memoria y siento el ligero estremecer de la tarde reventar en mis dedos.  
Me permito en el vado de nostalgia en el que tanto disfruto acomodar mis tardes, dedicarte algunas líneas para celebrar  el recuerdo de nuestra amistad olvidada. Quizá se quedó detenida, frente a una taza de solemne y humeante café o ebria y desenfada a la salida de algún bar.  Quizás viaja contigo sin mí y conmigo sin ti.  No es sencillo encontrar ojos desnudos que nos contemplen.
No somos los mejores amigos, esos que nunca se hieren, esos que siempre están, esos que nunca se olvidan.  Por el contrario, somos dos tristes mortales falibles y excéntricos que en plena caída nos reconocimos.  No tengo yo que contarte la historia, bastara desempolvar la memoria o abrir el ordenador para encontrarla.  Me gusta pensar que en efecto fue magia.  Que hace 10 años en un mundo que ya no existe  un Sauce y una Maga se encontraron y  se volvieron amigos.

Nunca pude asistir a tus fiestas de cumpleaños, a decir verdad creo que es el primer año que recuerdo la fecha exacta. No vivo mucho en esta tierra.  

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