Las centrales son esos no lugares que tan habituales se han hecho a mis días, despedidas, baños públicos, bienvenidas ,decepciones, butacas incomodas, esperas interminables, flores, revistas, llantos, pañuelos al viento, autobuses, taxis, sonrisas, boletos, encuentros, café, expectativas, teléfonos de monedas, gente, mil gente. Cuando el autobús arriba, siempre te busco con la mirada tras los cristales, es obvio que no estarás, pero me gusta sentir esos cinco segundos de estremecimiento que me permite la imaginación al pensarte. A veces creo que en realidad estas en un no lugar esperando por mí, sólo que difícilmente será mi autobús el que llegue a ese sitio.
El alma condenada o De Bernini a Bartolozzi
Hace 2 días
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