lunes, 18 de enero de 2010

La mujer imaginaria



"Para siempre fue mucho tiempo", escuchaba en una de esas viejas películas que me gusta ver y volver a ver, es ocioso dice mi madre, cuando ve que es la tercera vez q pongo una cinta en un mismo día, pero yo sólo muevo la mano en un ademán grosero, indicando que no me molesten y hago un shhhh determinante para q nadie más se atreva a cuestionar mis ganas de verla. Regreso a lo que me ocupa, olvidarme de mi mundo para entrar en el de Toto, el de Anni, el de Tristan o el de Forrest. Sigo cuadro a cuadro sus historias, permitiéndome sentir la emoción de quien las vive y de quien las cuenta, conozco los finales de memoria, pero aún me sorprende y me hace sentir el corazón pequeño el desenlace de cada una de ellas.
Cuando era pequeña, me daba miedo el cine, pensaba que ahí dentro una mente siniestra había aprisionado a esas personas y las obligaba a vivir las situaciones para que yo las viera, al mismo tiempo, cuando salía de la sala lo hacía estirando las manos, para toparme con esa manta blanca detrás de la que muy seguramente estaba y otros me miraban (esa idea no se ha ido del todo).
"para siempre fue mucho tiempo" me golpea, cada vez que la escucho y miro los pañuelos agitándose al viento, pocas cosas me hacen vivir de esa manera siendo la mujer imaginaria que se marcha.

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La mujer imaginaria

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"Para siempre fue mucho tiempo", escuchaba en una de esas viejas películas que me gusta ver y volver a ver, es ocioso dice mi madre, cuando ve que es la tercera vez q pongo una cinta en un mismo día, pero yo sólo muevo la mano en un ademán grosero, indicando que no me molesten y hago un shhhh determinante para q nadie más se atreva a cuestionar mis ganas de verla. Regreso a lo que me ocupa, olvidarme de mi mundo para entrar en el de Toto, el de Anni, el de Tristan o el de Forrest. Sigo cuadro a cuadro sus historias, permitiéndome sentir la emoción de quien las vive y de quien las cuenta, conozco los finales de memoria, pero aún me sorprende y me hace sentir el corazón pequeño el desenlace de cada una de ellas.
Cuando era pequeña, me daba miedo el cine, pensaba que ahí dentro una mente siniestra había aprisionado a esas personas y las obligaba a vivir las situaciones para que yo las viera, al mismo tiempo, cuando salía de la sala lo hacía estirando las manos, para toparme con esa manta blanca detrás de la que muy seguramente estaba y otros me miraban (esa idea no se ha ido del todo).
"para siempre fue mucho tiempo" me golpea, cada vez que la escucho y miro los pañuelos agitándose al viento, pocas cosas me hacen vivir de esa manera siendo la mujer imaginaria que se marcha.
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